¿Qué es un ser social? Es un ser humano. ¿Qué es un ser humano? Es un ser creado compuesto de materia, espíritu y alma. ¿Qué es la transcendencia? Reflexionen pensando en el Comandante.
Hugo Chávez creció en Sabaneta (estado Barinas), en una casa de las denominadas de “malariología”, aquellas diseñadas en los tiempos del Dr. Arnoldo Gabaldón (años 30) con su patio trasero donde todo llanero se sienta debajo de la mata de mango para “la conversa condimentada” esperando el sancocho del domingo al tiempo que la conversa gira alrededor de los fantasmas del llano criollo sea apureño, barinés, portugueseño, guariqueño, cojedeño. Los fantasmas que acompañarán a todo llanero de “tabaco en vejiga” durante su tránsito por estos extraños mundos incontrolados y, en variadas ocasiones, incomprendidos. Se habla de la familia y sus historias, de los buenos y malos gobernantes, de los libros leídos y de sus personajes, de los hijos y los ahijados, de la vida y los recuerdos, de las coplas de enamorado. El llanero siempre carga su petaca con su chimó, su chinchorro, la cobija y el machete y la navaja para donde caiga la noche, allá dormirá bajo el manto de las estrellas y al sereno de la noche evitando ponerse en el camino de la Sayona. Es la profunda teluridad del llanero, es la realidad que resaltó durante las batallas por la Independencia, es lo “real imaginario”, es la música que retumba en la noche de los recuerdos de aquellos amores. ¿Quién es Hugo Rafael Chávez Frías?
Sobre Hugo Rafael Chávez Frías, en estos días de profundo dolor, se ha dicho todo. ¿Quién es ese ser social que ha ocasionado tan impactante reacción popular? Pues un llanero criollo con sangre de blanco, de indio aborigen y de negro alzao, indómito y, muy particular, de fuerte personalidad. Hugo Chávez nunca quiso pertenecer al “grupo Mérida”; pienso que sentía que aquello “le estrechaba el cuero”. Tenía internalizado el futuro como se lo expresó a su amigo y, probable, confidente, José Vicente Rangel adosándole la idea a Friedrich Nietzsche para no parecer sobredimensionado ¿nació así y/o se formó? De los grandes hombres de la Historia, realmente, nada se sabe, se escribe sobre ellos, se analizan sus personalidades pero nunca jamás se alcanzan sus profundidades; ¿cómo logran alcanzar los objetivos que se proponen? sabemos, Hugo Chávez entre ellos, que es gracias a la perseverancia, trabajo, estudios, decisión y principios, teluridad e inconsciente colectivo-históricos internalizado y mando con firmeza cotidiana; pero con Hugo Chávez, en su personalidad, hay una particularidad que sobresale, su humanismo, que se ha manifestado en las muestras de respeto y amor que la sociedad venezolana le ha venido expresando desde el momento de su traslado desde el Hospital Militar hasta su presencia en “Capilla ardiente” en la Academia Militar.
¿Por qué esas expresiones de amor y respeto? Simple. Hugo Rafael Chávez Frías se transformó en pueblo. Nos explicamos.
José Vicente Rangel en su columna: “ElEspejo” (Últimas Noticias, CCS, 11 de marzo de 2013, pág. 10 ElPaís) titulada: “Chávez en la historia” nos propone un Chávez denso, histórico, humano, político y, nos agregamos, estadista. Comienza José Vicente con una frase que, de entrada, como siempre, nos obliga a sentarnos para la reflexión: “…No se necesita morir para entrar en la historia. Algunos lo necesitan, otros no. Les basta haber hecho en vida una obra con perfil propio. Que vaya más allá de lo común. Algo que llegue, por ejemplo, al vasto y desolado universo de los humildes…” (Idem). Extraigamos la frase: “…que vaya más allá de lo común…” Nos preguntamos: ¿a qué se refiere José Vicente con el concepto (en este caso en particular) “lo común”? Es el propio autor de ElEspejo quien nos responde expresando que “…algo (no nos dice qué) que llegue…al vasto y desolado universo de los humildes…” (Ibidem) Quizás, como guía, nos menciona a Víctor Hugo y su obra: “Les Misérables” (disculpen por nuestro afrancesamiento).
La íntima comunión que se desarrolló entre Hugo Chávez y “…los que no cuentan para nada. Los que existiendo, no existen. Los que están presentes, pero son invisibles porque una estructura de poder que los desprecia, y una cultura montada sobre la exclusión de los que no son considerados iguales, los arroja de la escena. O mejor, los borra…” (Idem. JVR. ElEspejo). Duras, muy duras palabras que no dejan equívoco pero estamos hablando de Hugo Chávez, el ser social de Sabaneta que decidió no ser Hugo Rafael Chávez Frías sino Venezuela, su pueblo, su historia, su teluridad, su estirpe llanera.
Todo empezó, públicamente, para Hugo Chávez con aquella frase que ya se incorporó al “ideario bolivariano nacionalista y socialista” criollo: “por ahora”. ¿Por qué tuvo tan tamaño impacto aquel por ahora? ¿Qué expresaron Alejandro, Aníbal, Espartaco, Julio Cesar, Churchill en sus momentos, por no nombrar a Simón Bolívar, Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, solo por mencionar algunos personajes de la Historia? No sabemos sí es incompresible las actitudes de la sociedad venezolana cuando escuchó aquella frase salida del inconsciente de Hugo Chávez, lo que sabemos y conocemos son las reacciones posteriores de esa sociedad hacia aquel militar patriota que exhumaba dignidad nacionalista, algo que no se compra, ni se hereda, hay que vivirla y los pueblos, en su intimidad telúrica nacionalista, la captan ¿comunión de los pobres?
En ese marco demostrativo, nos retrotraemos al 13 de abril (2002). Nos preguntamos ¿Qué motivaron a aquellas masas humanas nacionalistas a expresar sus adhesiones, apoyos, solidaridades y deseos del regreso de Hugo Chávez? Acá debemos resaltar dos (2) realidades de la Revolución Bolivariana Socialista. La primera de ellas es que la Revolución “llegó a Miraflores” por la vía democrática del voto en el marco de las normas del estado burgués; la segunda realidad es que el retorno de Hugo Chávez a Miraflores el 13 de abril (2002) se realizó “sin disparar un tiro”, totalmente producto y por presiones del pueblo venezolano al cual se refiere José Vicente en las frases más arriba expuestas.
El tercer acto de esta obra real-humana que nos podríamos permitir denominar bajo el título de: “El hombre que se convirtió en pueblo” tiene su argumento, real y objetivo, en aquella decisión de Hugo Chávez de “lanzar las misiones”. Permítasenos algunas disgregaciones. Sabemos que “…Dios escribe…”, la verdad, como mejor le parece para lo real-revelación en cuanto al ser social referido. En ocasiones, aquella escritura la denominamos: destino. En ocasiones las denominamos como de los signos de los tiempos. En ocasiones como la Voluntad del Señor. Lo real-objetivo en cuanto a Hugo Chávez es que los accidentes de la Naturaleza le obligaron en su conciencia humano-nacionalista, al reflexionar, tomar la decisión de solucionar el problema de la vivienda para “…lo que existiendo, no existen…” de una vez y por todas. Aquello impactó a todos los invisibilizados. Aquel impacto les concientizó que podrían aspirar a aquella esperanza del migrante interno desde tiempos de “Cuando quiero llorar, no lloro”; “Oficina Nº 1”; de aquel Plan post-23-enero; de las promesas incumplidas de la 4ta. República; aquellas esperanzas misionales al concientizarse se unieron, fuertemente, a la palabra comprometida de quien (Hugo Chávez) no les había fallado hasta entonces como lo demostraban las realidades de las otras Misiones sociales. La conciencia colectiva enamorada de la palabra dada se conjugó con la palabra dada en una unidad de vida que se transformó “en Uno” rechazando “lo Otro”.
Finalicemos con las palabras de José Vicente Rangel en el texto referido. Nos dice José Vicente que “…Este es el hombre –Hugo Chávez- que entró en vida en la historia, que sólo la muerte pudo abatir, cuya figura se agiganta y adquiere relieve mundial. La razón del fenómeno de su lealtad al pueblo y su sentido de dignidad en el ejercicio de la política…” (Ibídem).