Con un pueril intento de “pastoreo” el gerente del gobierno de empresarios para empresarios, haciendo gala de su tradicional condición de novato, pretende hacer un jaque a su entrañable adversario: el populista Andrés Manuel; nueva derrota anunciada. La jugada es clara en su diseño lineal: 1) Armar lío con el Presidente Chávez de Venezuela; 2) Provocar la ofensa personal; 3) Convertir la ofensa personal en atentado contra la dignidad de la Nación y del pueblo mexicanos; 4) Concitar al “patrioterismo” para identificar a Chávez como el demonio comunista “robachicos”; 5) Arrinconar a AMLO para identificarlo con Chávez y 6) Provocar el pánico de la clase media con la consigna negativa: ¿Quieres un Chávez para Presidente de México?.
Entre los elementos que desnudan la intención de la jugada destacan los siguientes: 1) Kirschner fue lapidariamente ofensivo con Fox al señalarle que confunde la diplomacia con la pleitesía y conminándolo a atender los asuntos de los mexicanos y no intervenir en los de los argentinos; no obstante, fue suficiente la conversación entre cancilleres para dar por zanjado el diferendo; 2) Chávez lo llamó “cachorro del imperio” lo que no necesariamente es un insulto (bien lo hubiera podido tildar como cipayo o esclavo) e igualmente lo conminó a no intervenir en sus asuntos, no sin darle el título de “caballero” con la amenaza de resultar “espinao” pero, en este caso, el resultado de la conversación entre cancilleres fue distinta: en tanto que Alí Rodríguez comunicó que el asunto quedaba resuelto, Derbez lo negó, para posteriormente dar un plazo perentorio (ultimátum) para que se ofreciese una disculpa explícita (inusual en manejo diplomático); 3) El presidente Castro ha sido mucho más incisivo y mordaz en sus calificativos destinados a Fox y hubo el enfriamiento de las relaciones, pero tuvo que acudir Derbez a La Habana para resolverlo; 4) La decisión estratégica era la de armar lío con Venezuela y su Presidente Hugo Chávez, para poder estructurar la siguiente jugada al interior del país; 5) Ya desde las épocas del intento de defenestración de AMLO surgieron en el internet los correos denostadores contra Hugo Chávez y su identificación con Fidel Castro, colocando a López Obrador en el mismo banquillo ( George W. Castañeda no es ajeno a tal maniobra).
En estos primeros días de puesta en práctica la jugada se han confirmado las suposiciones; los panistas envueltos en el lábaro patrio hacen aguerrida defensa de la dignidad nacional ofendida por el “tiranuelo de Caracas” arropados por no pocos comentaristas de los medios masivos y otros comentaristas políticos que, sin dejar de reconocer la tremenda incapacidad de Fox para; entre otras muchas cosas, comportarse en el ámbito de la diplomacia, asumen también el tono de la patria ofendida y cierran filas bélicas en torno al “señor presidente”.
Por su parte, Andrés Manuel no cae en la trampa: se manifiesta en defensa de la institución presidencial contra cualquier tipo de ataque a que se vea sometida, no sin llamar la atención a Fox para evitar los desplantes y excesos verbales que la colocan en riesgo de irrespeto. De manera consistente evita y rechaza cualquier suerte de comparación con otro dirigente, sean Chávez, Lula o Kirschner, insistiendo que las condiciones de cada país son distintas y que no proceden las comparaciones.
Lo que resulta verdaderamente reprobable es que, en aras de una estrategia política electoral interna, se esté jugando con el prestigio internacional de México y, eso sí es traición a la Patria. Ojalá en el Congreso Federal dejaran de lado las jugadas políticas de la inmediatez para obligar al señor Fox a respetar la investidura que ostenta; queda un largo año para que siga incurriendo en nuevos y más graves errores.
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