Si cada cerebro interpreta la realidad a su manera, el oficio de juzgar públicamente resulta un tanto arriesgado. El oficio de juez es un tanto peor, y como periodista uno simplemente contrasta hechos. La carta de Giordani, se contradice en un hecho, fue el comandante Hugo Chavez quien dijo públicamente que deseaba todo el apoyo para Nicolàs Maduro, dijo expresamente que su deseo si le pasaba algo era que el pueblo venezolano eligiese a Nicolàs Maduro como Presidente de la Repùblica Bolivariana de Venezuela, no hizo la aclaratoria de que dejase a Giordani en Planificación o aceptase todas sus observaciones, es decir, la responsabilidad de jefe de estado implica asumir decisiones, buenas y erradas, oportunas o a destiempo, como seguramente le sucediò a Chavez quien con sabiduría y humildad reconociò públicamente varios de sus errores y la de sus ministros. Y su mensaje màs recurrente y sentido fue el llamado a la unidad.
La carta de Giordani acusa a Nicolàs Maduro de no aceptar sugerencias u observaciones de Giordani como ministro de Planificación. De ser acertada o no tales decisiones el tiempo lo dirà, y Giordani tiene todo el derecho de hacerlas pùblicas o no, y al hacerlas a travès de una carta abierta, tiene el derecho de hacerla con humildad o prepotencia, cada quien la recibe como le guste. Eso en dictadura es imposible. Pero ademàs, siendo Giordani quien es y quien fue para el gobierno, es un hecho que no es un acto de unidad.
Vanesa Davies, a quien conozco personalmente y de quien no tengo ni un solo adjetivo para acompañar su nombre, salvo que la respeto como mujer, amiga y periodista, tambièn se expresò públicamente con quienes han acusado al actual gobierno de dictadura y de violentar la libertad de expresión, me refiero a Cesar Miguel Rondon y Luis Chataing, ambos personajes conocidos de la televisión venezolana y con talento para escribir novelas el primero, y para vender el segundo.
No tengo la menor idea de las razones de las autoridades de Televen para suspender el programa del humorista, quien argumenta hacer sàtira y no burla irrespetuosa. Tanto Vanesa, Rondòn y Chataing conversaron en un programa radial el despido del ùltimo, quien ademàs argumentò a CNN que su despido fue motivado por su sàtira a los planes magnicidas denunciados por el gobierno. En honor a la verdad, hay que añadirle a la sàtira su evidente opinión polìtica, a la cual tiene derecho, de desmentir las supuestas pruebas que el locutor considera un insulto a su inteligencia. Pero obvia varios hechos importantes en su sàtira y en su argumentación polìtica, y es que hubo 42 asesinados, incluyendo funcionarios del gobierno, a causa de las guarimbas planificadas segùn lo evidencian las llamadas, correos electrònicos y vìdeos presentados ante el Ministerio Pùblico.
Que los responsables de esas supuestas acciones contra el gobierno y contra miles de venezolanos vìctimas de esas guarimbas, ademàs de pròfugos de la justicia son reincidentes en este tipo de acciones delictivas.
La sàtira de Chataing bien podrìa ser considerada por los dueños del canal, como un mensaje que irrespeta las vìctimas de los sucesos violentos de febrero de este año, no lo sè, no me consta, pero no es difícil deducir que los dueños de Televen tambièn tienen derecho a argumentar que son adultos y autonomos de asumir sus propias decisiones con las empresas que asumieron la Ley de responsabilidad Social para administrar el espectro radio elèctrico de todos los venezolanos, donde por cierto se dicen muchas cosas.
Resulta entonces que Giordani, Vanesa Y Chataing dijeron cosas que una dictadura no permite, que una falsa democracia tergiversa y que una revoluciòn tolera. Me gustarìa saber què piensa la familia del motorizado degollado por esa intolerancia que todavía muchos no quieren ver y que frecuentemente se esconde detràs de una burla que presentan como sàtira.
