El resultado electoral del 6D es sin duda alguna el revés electoral más significativo contra el proceso revolucionario. Perdimos por amplia mayoría y de inmediato, sin pataletas, reconocimos los resultados. Los argumentos de poca o ninguna democracia en Venezuela se quedaron esperando por un mortífero y apocalíptico desenlace en el que, las fuerzas opositoras eran derrotadas "con trampa" y en consecuencia había que intervenir, aislar e invadir para derrocar al gobierno y toda la institucionalidad. Con el triunfo contundente de la oposición esos argumentos, hoy, están engavetados y pobre de aquel que trate de esgrimirlos.
Perdimos, sin ambigüedad, perdimos y es sin duda alguna responsabilidad de todos los Chavistas de corazón y de acción reconocerlo, todos y cada uno de nosotros, como Chávez, es responsable, más allá de haber cumplido en lo individual. Nuestra derrota es, a todas luces, hoy 72 horas después, lo mejor que ha ocurrido, para el gobierno, la oposición y los no convencidos de las bondades del Socialismo del Siglo XXI y la Revolución Bolivariana. Nosotros mostramos que Venezuela en Revolución es una DEMOCRACIA VIVA como ninguna otra en el mundo, la oposición y sus "amos", aupadores de la guerra, la destrucción y la muerte, se quedaron con las ganas.
Lo percibo así; posterior al derrocamiento de Hugo Chávez el 11A de 2002, envalentonados por el inmenso apoyo popular contra el "régimen dictatorial" del momento se lanzaron por todos los medios, de propaganda y comunicación, a exterminar cuanto vestigio chavista existiera, su fascismo quedó al descubierto, 48 horas después, sus seguidores no aparecieron, estaban embriagados, escondidos o en el mejor de los casos, descontentos con lo que estaba ocurriendo, el fascismo tomaba las calles de toda una nación. Fueron derrotados por la PAZ del pueblo humilde, excluido, que a gritos pedían ver a Chávez, ¡que él les explicara, les dijera la verdad! Hoy, después del triunfo abrumador, al igual que en ese pasado, la oposición se queda sin argumento alguno y un dilema, ¿cómo tomar el poder político y borrar de un plumazo la institucionalidad? Su triunfo electoral los obliga, los subordina al cumplimiento del hilo constitucional y sobre todo de la oferta electoral. Cosas muy, pero muy difíciles de cumplir por la naturaleza de sus propósitos.
Ya nos están diciendo y a sus electores que no pueden resolver el problema económico, ¡no está en sus manos! ¡No pueden acabar con las colas!, ¡imaginen que pudieran, no lo harán porque esa es la razón de su triunfo!..., en lo constitucional y legal, a pesar de ser mayoría parlamentaria con poder para derogar y redactar nuevas leyes, el pueblo venezolano que en ellos creyó y votó, como ese 11 y 12 de Abril, espera que legislen bien, mejor que el gobierno chavista, en favor del pueblo, no de empresarios, ni de oligarcas…, en beneficio del pueblo. De lo contrario, es como un matrimonio que a la primera pelea se termina. Eso lo sabe y lo saborea "almagromente" la dirigencia opositora "triunfadora".
Para quien escribe, la oposición nunca creyó, o por lo menos no lo quería así, que podía imponerse con tanta ventaja electoral en la AN, su plan era, pequeñas diferencias, "el fraude", argumentos caóticos en la mente, alma y corazón de todos y cada uno de los venezolanos que votaron por ellos, predisponiéndolos a un desenlace fatal, a través del cual la dirigencia y sus mentores se hicieran del poder por vías extra constitucionales, de intervención y desconocimiento de la legislación venezolana. En ese sentido ¡Ganó la PAZ! No saben cómo ni para quien gobernar, la violencia, el caos…, son sin duda su mejor arma para conquistar el poder.
Se frotan sus frías y sudorosas manos mientras se debaten entre el hilo constitucional y el caos, para el cual no tienen pueblo ni apoyo. Buscan con provocaciones, de todo tipo y por todos los medios, sublevar el descontento del pueblo chavista derrotado. Que salga a la calle a destruir, a crear la ingobernabilidad prometida que ellos no pudieron crear. Eso, para ellos, es sin duda el mejor y más fructífero escenario.
¡Calma, calma, calma! Los planes opositores no eran llegar a la asamblea con tan holgado triunfo, no era la vía electoral, era el caos, la destrucción y la muerte. Triunfo la paz y sin argumentos, insisten por todas las vías posibles, en llevarnos a una guerra civil en la cual dicen ser triunfadores.