Mi palabra

¡Nicolás, el duro!

El sábado 5 de diciembre, víspera de elecciones, escuche una corta conversación entre dos mujeres, con intereses económicos totalmente encontrados: una de ellas, una comerciante, con apariencia muy humilde, sin poder ocultar su frustración, achacándole todo al gobierno, por la grave situación. La otra una profesional, llegó al negocio por un producto; al saber el precio se sorprendió, exclamando sin ofender ¡Tan caro, no puede ser!; la vendedora, levantó la mirada, para lanzar unas palabras con un tono muy fuerte ¡Por eso, debemos ir todos a votar por el cambio, mañana muy temprano! La clienta le devolvió la papa "caliente", muy seria con la voz muy pausada: "Estamos de acuerdo; entonces el lunes, vengo temprano a comprarle, porque usted va rebajar la mercancía". La repuesta de la negociante, fue una mirada centellante, sin pronunciar una palabra.

Esa exageración en los precios, se convirtió en el principal aliado de los candidatos de la oposición; no necesitaron jefe de campaña, ni exprimirse la mente en campaña publicitaria. Los artículos de primera necesidad, se convirtieron en un detonante callejero, con las interminables colas, a tal punto, que un candidato de la MUD, dueño de una empresa de publicidad, con cierta arrogancia, pedía el voto, sin ninguna prudencia, y creatividad , copiando mensajes de anteriores campañas electorales ¡Gran avalancha, 300.000 votos por el buche!, una combinación de los slogan de Manuel Rosales y Hugo Chávez Frías; pensó, como todo aquel, que en época de ribazón, se convierte en un descarado comerciante, haciéndose pasar por pescador.

Eso, demuestra de manera muy sencilla, como se apoyaron en el descontento de la población, producto de la criminal escasez, golpeando a los de menos recursos económicos; por eso un amigo, adeco de generación, nació en un hogar, donde uno de los cuadros de la pequeña sala de la casa materna, es una foto muy deteriorada de Rómulo Betancourt, y su inseparable pipa, me decía de manera muy cordial, mucho antes del 6D: "Si el chavismo, pasa este temporal, pueden hacer, como Chávez, después del golpe de estado, sacar el cristo y besarlo, como agradeciendo un favor concedido, porque hasta mi vecina, quien es chavista hasta los huesos, algunas veces, inconscientemente se le sale una arrechera, cuando no consigue la pintura de labio; siempre anda pintadita, a pesar de los años" .

Esa costumbre, forma parte de la atrayente coquetería de nuestras mujeres, parece insignificante, pero al final cuenta en los resultados. Todo esto, lo tenía muy claro el Presidente Nicolás Maduro, en una oportunidad lo dijo sin ningún tapujo: "Nos enfrentamos a una de las elecciones más difíciles". Con toda razón una señora, el día de su visita a la ciudad de Araure, casi gritaba ¡Viene el duro! No es para menos, porque a pesar de la cantidad de ataques, dentro y fuera del país, por verdaderos farsantes, buscando "oxígeno" político a través de los medios de comunicación, tratando de quebrarle la resistencia moral, siempre ha mantenido la compostura de un Presidente consustanciado con su pueblo.

Ese temple lo demostró, a los pocos minutos de conocerse los resultados, totalmente adversos. Con toda la paciencia de un verdadero revolucionario, se presentó a todo al país, con el amargo sabor de la derrota, para ir dictando una verdadera cátedra de un obrero de mil batallas; dando una muestra de civismo, cumpliendo con la promesa: respetar los resultados electorales. Pregunto ¿Cómo hubiesen actuado los señores: Leopoldo López, Henrique Capriles Radonsky, y el "Jovencito" de Henry Ramos Allup, quien parece un cavernícola a la hora de hablar? Quedó muy claro, para los que dudaban: los guarimberos, ahora si creen en el CNE, porque los resultados le favorecen, de lo contrario encienden el país.



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Narciso Torrealba


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