En relación a los electoral: La magna crítica (y la autocrítica)

Cuántos rayos, truenos y centellas no llueven y atormentan el ambiente a raíz de los resultados electorales, que nos resultaron adversos a los chavistas. Algunos vociferan tratando de ocultar el llanto con aparentes rabietas. Otros, como en las piñatas, como infantes con vendas en los ojos, avanzan con el palo alzado, buscando al pobre cartón adornado para desatar en él su desahogo ante la imprecisión de dónde se encuentra la piñata. Algunos la ubican en las sedes de ministerios y otras oficinas oficiales; otros se dirigen hacia las maquinarias y unos cuantos atisban a los lados. Pocos se zafan del trapo de colores que cubre los ojos. Es ese el ambiente que más bulla hace. A él se dirigen rápidamente las cámaras, los micrófonos y las carreras de los y las animadoras en busca del impacto noticioso. Más o menos eso fue parte de lo que percibí en determinados ambientes en los que, justamente, se expresaba molestias por las consecuencias de la escogencia electoral. Seguramente que exagero. Si es así, sólo se me puede anotar en la lista de quienes dicen cualquier cosa y luego piden disculpas por la ofensa. Cosas de tragos, pudiera decirse para bajarle la importancia a las aseveraciones que se hacen. En caso de ofender, pues, me disculpo pero no ante aquellos a los que me refiero que ellos saben quienes son. No. Me disculpo ante el pueblo por la ligereza de lo que expreso. Total que, como diría el héroe de la independencia, "Con la verdad ni ofendo ni temo". Quede así saldada cualquier cuenta con aquellos que pudiera ofender.

Han saltado a la palestra, igualmente, quizá estimulados por algunos que ven en el momento la oportunidad de armar espectáculos, personalidades de indudable respeto pero que, con una demostración de falta de tino y sensatez, han querido hacer de una exposición de criterios que, si es bien intencionada, pudiera tomar los caminos de una propuesta seria, calmada y propuesta en los espacios que se están abriendo para expresarlos, un show. Creo que todos tenemos nuestro derecho a opinar libremente sobre un hecho público pero entendamos así mismo que cuando lo hacemos pudiéramos tener al frente a alguien que piense lo contrario. No favorezco la intolerancia a la opinión distinta y no estoy de acuerdo con métodos alejados de la práctica democrática. Considero que el evento que se quiso hacer en un hotel capitalino, más que sumarse al lado de la crítica y la autocrítica para superar la coyuntura , se incorpora al espectáculo contrario al análisis y la discusión pero así como pienso esto creo que era la opción escogida por quienes pretendieron hacerlo y era su responsabilidad.

Pero, para ser justo también hemos escuchado (nuestro camarada Presidente adelante) análisis serios, responsables y que, sabiéndose incompletos y en proceso, tienen la intención de apuntar hacia una evaluación que abra las puertas a aquello que nuestro Comandante Chávez llamó la revisión, la rectificación y el reimpulso. Esos análisis pudieran servir para recordarnos que todos los y las chavistas formamos parte, con responsabilidades diferentes, de alguna de las tres áreas sociopolíticas que se encuentran en proceso de formación en la perspectiva revolucionaria: Instituciones del Estado, Organización política partidaria del proceso u organización social popular. Pudieran, los análisis referidos, también, recordarnos que el ser parte de una de esas organizaciones nos hace corresponsables de las políticas que se generan en el proceso. La participación protagónica popular y la corresponsabilidad no son meras palabras para llenar espacios, son conceptos que debemos cuidar de no vaciarlos de contenido; de manera que cuando opinamos no lo deberíamos hacer como espectadores o audiencia de algún medio comunicacional. Pudiera decirse, a manera de paliar el peso de la responsabilidad que nuestra participación es limitada. Bien. Esa es la lucha que siempre hemos enfrentado y que no hay razón para que no se continúe haciendo. De forma que usamos el justificativo sepamos que lo estamos haciendo para calmar nuestra conciencia pero no sirve para evadir responsabilidades, a menos que esa sea nuestra intención para poder, holgadamente, participar en la condenatoria de quien está en nuestros alrededores.

Estas líneas no pretenden justificar nada, sólo recordar que no podemos montarnos sobre un micrófono como que si lo que estuviéramos narrando sea una carrera de caballos. No. En lo que decimos también debe estar presente la conciencia de que formamos parte, de alguna manera, de aquello que criticamos; si no queremos ser tildados de charlatanes.

Finalmente comparto una idea que nos puede servir de método. Recomiendo que estudiemos la geopolítica del imperialismo. Así mismo debemos revisar las estrategias de las operaciones psicológicas y las guerras económicas del imperialismo contra los pueblos. Consideremos los errores que se han cometido desde el gobierno y los momentos de desarrollo del partido y las organizaciones sociales del pueblo. Ahora valoremos los avances que nuestro pueblo ha logrado en el proceso revolucionario. Quizás entonces podamos acercarnos a tener elementos de juicio serios para el análisis de los resultados electorales. Mientras hacemos eso, respetémonos y, aún con diferencias, saldremos adelante. Nuestro pueblo tendrá opiniones, propuestas y acciones que pudieran servir de aportes para fortalecer su lucha y nosotros ahí. Abrazos bolivarianos, revolucionarios, chavistas.



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Elio Hernández


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