Suena temerario que un Comunicador Social pida sanciones ejemplarizantes para los Medios de Comunicación Social y sobre todo para sus propios colegas periodistas, pero aclaramos que si estás sanciones se hacen necesarias se deben aplicar solo a aquellos que han violado el Código de Ética del Periodista y han incitado, a través de sus escritos y llamados verbales, a la violencia, al odio, a la división y a la destrucción de bienes públicos y privados por los grupos terroristas, que han surgido últimamente en el país.
Es inaceptable que un Comunicador Social, por ideas revanchistas, fuera del marco de su profesión, se dedique a promocionar situaciones irregulares y reñidas con las buenas costumbres de nuestra sociedad, pero más grave es aún que surjan Medios de Comunicación Social, incluyendo las Redes Sociales, que se dediquen a publicitar e informar mensajes sobre hechos falsos y mediáticos que inciten a la violencia.
Hemos visto desde hace meses atrás que colegas periodistas, incluso algunos consagrados en su profesión, se han dado a la tarea de promocionar, algunos de manera directa y otros soterradamente, informaciones que están claramente dirigidas a promover conflictos, acciones violentas de calle e incluso a violentar el estado de derecho y a la Constitución.
Más allá de estos graves llamados también hemos visto como algunos colegas vienen poniendo su pluma al servicio de políticos de la ultraderecha venezolana para mal poner, a nivel internacional, a Venezuela como un estado fallido, en donde no prospera, de acuerdo a sus escritos, supuestamente la democracia.
Más allá de estas observaciones también hemos vistos a colegas, verdaderamente endemoniados, incluso muchos de ellos conocidos e incluso con quienes llegamos a trabajar en el pasado, que se vienen dedicando a ofender con un verbo encendido a todos aquellos que por razones propias han decidido apoyar el proceso revolucionario.
Pero más grave aún ha sido lo que acabamos de ver a través de un video en donde surge la colega periodista Patricia Poleo, desde Miami, incitando al asesinato directo de todo aquel funcionario o funcionaria que esté prestando servicios en la administración pública del gobierno chavista.
El llamado hecho por la colega Poleo, desde el exterior, al igual el que hizo el también colega periodista Cesar Miguel Rondón, alientan incluso la xenofobia contra los propios hermanos venezolanos, como ya ha venido ocurriendo en España, Panamá, México, Brasil, Argentina y Colombia, entre otras naciones.
No hay duda que existen elementos claros y convincentes para que más de un colega periodista sea detenido, juzgado y enjuiciado, pues entendemos, claramente, que esa no debe ser la conducta de un Comunicador Social, que está llamado, muy por el contrario, a promover la hermandad, la cordialidad, el diálogo en función de mantener la paz y el respeto a la convivencia entre los pueblos de todo el mundo.
La Directiva del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), sin embargo ante estos hechos, vemos que no dice nada, ni se pronuncia, ni llama al recato a los colegas descarrilados, como debería hacerlo.
Es hora que Conatel, en este sentido, tome acciones de manera precisa y apegada a las leyes, en contra también de esos Medios de Comunicación Social, sobre todo los que operan a través de la Redes Sociales, para que sean severamente sancionados, por incitar al odio, a la violencia y a la destrucción. No queda de otra en función de salvar al país de una guerra interna innecesaria.
*Periodista