Apuntes sobre el Partido Único

A las siete líneas estratégicas propuestas por Hugo Chávez, el presidente incorporó dos nuevas, el partido único y el congreso ideológico.

En primer lugar hay que salir al paso de los conceptos, que desde la contrarrevolución, con la única razón de desprestigiar y devaluar la proposición del presidente dentro de la estrategia para la construcción del socialismo del Siglo XXI, argumentan que el partido único sería una demostración de totalitarismo.

Hay que dejar claro que el Partido Único es una proposición para aglutinar, en uno sólo, a los partidos que acompañan el proyecto bolivariano/socialista para homogeneizar ideas y esfuerzos. Los partidos de la oposición seguirán funcionando mientras ellos quieran y puedan, por lo tanto el espíritu de la democracia, el disenso y el derecho a la confrontación de ideas está garantizado.

El Partido Único no se fundamentará en experiencias históricas iguales o similares, pero si debería enriquecerse de sus aciertos y errores.

El Partido Único es necesario para canalizar y homogeneizar el volumen de apoyos con la fusión, no de los partidos en si, con su dirigencia incluida, sino de su militancia, verdadera base para darle sustento al nuevo partido, un partido que nacerá de la vocación democrática y plural del universo del pueblo militante, siguiendo las directrices ideológicas, en el camino al socialismo del siglo XXI, que el mismo delinee, sin intermediarios.

El Partido Único deberá homogeneizar a la militancia bolivariana y revolucionaria que apoya al proceso con determinación, consciente del hecho histórico que protagonizan, y que se aglutina en torno a Chávez.

En el Partido Único militarán aquellos revolucionarios disciplinados y comprometidos en conciencia ideológica, teniendo en el estudio el instrumento para su formación.

El Partido Único debe ser el instrumento que haga realidad la toma del poder popular mediante el método asambleario.

No podrán aquellos dirigentes de la élite del poder, arrogarse la capacidad para dirigir la política partidista como instrumento para continuar imponiendo la cultura reformista y clientelar, manteniendo los vicios del puntofijismo, la demagogia y la manipulación, favoreciendo sus intereses personales en detrimento del colectivo. La asamblea, deberá ser la herramienta para combatir a estos contrarrevolucionarios oportunistas, usufructuarios del poder popular.

El MAS es un ejemplo lo que le puede suceder a un partido progresista cuando es infestado por los vicios del clientelismo. Creado de la escisión del PCV, con una identidad revolucionaria con proyecto socialista, ha estado lastrado por la cultura clientelar y reformista de sus dirigentes, terminando por ser absorbido por aquellos a los que combatía, la oligarquía y el capitalismo, convirtiéndose en sus defensores a ultranza.

Es por lo tanto que, dentro de las estrategias por la consolidación de la revolución y la consecución del Socialismo del siglo XXI, el presidente Chávez cree que ha llegado el momento de unificar ideas y esfuerzos, que materialice la revolución ideológica, que delimite claramente la separación entre reforma y revolución y asiente las bases para la consolidación de la República y la construcción del poder popular que la dirija.

revol_bolivariana2021@yahoo.es




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Francisco J. Torres P.


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