En la época de la Guerra Fría entre la URSS y sus aliados de la 2da guerra mundial no pasaba un mes sin que se conociera un falso positivo de guerra para vender armas y exterminar a los comunistas como excusa.
Son innumerables las falsas alarmas con esos fines, como incontables los millones de dólares “invertidos”, en la carrera armamentista sustentada en falsos positivos de guerra entre países vecinos.
No se trata de negar la existencia del CORONAVIRUS, se trata es de saber quién lo pario y con qué fines, LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS), lo califico en tiempo record como PANDEMIA. No tanto por sus características mortales sino por la rapidez del contagio.
Luce curioso que la mediática mundial obvie estos detalles y en su lugar nos inunda con mensajes sobre la muerte. La historia está plagada de ejemplos en esta materia; Cuba y los demás países que no son afines al imperio de EU, han sido víctimas de variados tipos de guerras conocidas unas como de baja intensidad: bacteriológica, psicológicas, y otras como de IV y 5ta generación para destruir sus economías.
Dentro de ese contexto nace el CORONAVIRUS, justo en el corazón del principal contendor de las Corporaciones que gobiernan a los EU. Si a ello le sumamos las protestas que estremecen a Latinoamérica, Europa y otras partes del mundo por las medidas del FMI, no cabe duda que estamos en presencia de una crisis del sistema capitalista cuyo REACOMODO depende de un FALSO POSITIVO QUE DISTRAIGA AL MUNDO como en efecto.
Aunque parezca contradictorio el VIRUS existe, lo que indica que no es 100% un falso positivo, la falsedad radica en la exagerada campaña mediática que hace imposible decir la verdad sin correr el riesgo de ser señalado culpable por omisión.
El hecho que el Presidente Maduro llame a no politizar el tema, no le niega el deber de diseñar y aplicar políticas que contrarresten AL FALSO POSITIVO más grande después de Dios: “QUE ESTA EN TODAS PARTES PERO NADIE LO VE”.
Esta nota ha sido leída aproximadamente 2124 veces.
