Robert Malthus (1766 – 1834) un economista y geógrafo de amplia formación intelectual. En sus años mozos fue párroco rural en una iglesia. En su escrito Ensayo sobre la Población le permitió codearse con lo más excelso de la intelectualidad de la época; donde tuvo sus detractores; pero también sus adherentes. En esta tesis sostenía que mientras los medios de subsistencia tendían a crecer en progresión aritmética, la población crecía en progresión geométrica. Ya en posteriores ediciones le hizo algunos agregados, como para meterle más pimientica a su ensayo; señalando que los incrementos de la población se limitarían con la restricción de la moral, el vicio y la miseria. Sus análisis se enfocaban en que en la medida que la población se incrementaba, la oferta de la producción alimenticia no cubriría la demanda de la población. Únicamente era posible evitar el hambre, si la población adoptaba restricciones morales, como casarse más tarde, tener menos hijos o no prestarle atención social a los mas desposeídos. Estas teorías tuvieron buena acogida en Gran Bretaña, fundamentalmente a nivel gubernamental, donde se llego a instrumentar acciones restrictivas contra los más pobres.
El fantasma vengador de Malthus a pesar de la distancia en el tiempo recorre a algunos países controlados por lo más rancio del neoliberalismo. Dentro de ellos, como uno de las figuras más representativos esta DonaLd Trump y Jair Bolsonaro. Solo para tener una idea de sus cercanías con el maltusianismo; veamos solo a Trump y sus actitudes ante la presencia del coronavirus, de desplante y de burla en un principio porque el virus iba atacar a los mas viejos y a los mas pobres; pero resulto que el tiro se le fue por la culata y la agarro no solo contra los más jóvenes sino que afecto en forma democrática a toda la población, sin distinguir credos, razas o condición social; incrementándose exponencialmente y convirtiéndose en pandemia. Existen fuertes evidencias que fue sembrado en la China por los gringos, utilizando a una delegación deportiva que participaba en ese pais; pero Trump para ocultar su mal manejo del COVID - 19, trato de direccionar la atención hablando de un virus chino.
De ser cierto que el virus es producto de un laboratorio gringo; EEUU con su poderío bio tecnológico estaría en capacidad a estas alturas de tener a su disposición una vacuna que contrarrestaría el avance del virus, si ya no la tiene y está esperando que se cumpla la teoría malthusiana de reducir la población o acaso esperar el momento oportuno para utilizar la vacuna como una arma de guerra y poner de rodillas aquellos países que no son complacientes ante sus políticas imperiales. De ahí que Trump deja al garete a la población diciendo con aquella displicencia "que mate a los que tenga que matar".
Para subir su baja su popularidad no duda en lanzar sus misiles verbales. Le colocó precio a la cabeza del presidente legítimamente electo por el pueblo Nicolas Maduro, catalogando a algunos de sus integrantes del tren ejecutivo como narcotraficantes, tratando de ubicar a Venezuela como un narco Estado y de esta manera justificar una incursión en nuestro país, ahora se vale de un nuevo y novedoso móvil de invasión como fue puesto en práctica en Macuto, en contubernio con el gobierno de Ivan Duque de Colombia y ayudados por mercenarios internacionales y apátridas que se prestan para estas acciones rastreras.
En momentos que el gobierno venezolano libra una estoica y exitosa lucha a brazo partido contra el COVID – 19; de repente en la madrugada del domingo 3, nos vimos sorprendidos por la presencia de unos mercenarios, con armas sofisticadas y apertrechados de dólares atracaban en las costas litoralenses de Macuto en el estado La Guaira con la intensión de crear caos, destrucción y asesinar a altos funcionarios del gobierno nacional. Ya no se cansan de agredir a nuestro país, de bloquear y robar sus activos, de emitir sanciones asesinas. Lo peor, lo mas detestable y criminal es que lo que se están robando y saqueando lo utilicen para pagar a mercenarios para que nos invadan, aprovechándose de la pandemia, donde el pueblo se encuentra acuartelado, guardando su cuarentena voluntaria. Estos criminales reciben la bicoca de 212.000.000,00 de dólares como pago para sus incursiones invasoras en nuestro país. Alerta, ojo avizor ante cualquier amenaza que afecte la soberanía y la integridad territorial.
No obstante de las diferencias políticas de los dirigentes de la oposición con el gobierno. Incluyendo el clero eclesiástico, ante una inminente invasión y masacre del pueblo, donde no habría distinción entre uno y otro sector, salir incólume. Deberían pronunciarse y desligarse de lo acontecido el tres de mayo pasado, ya que todos somos hijos de una misma patria Venezuela. Desde esta trinchera nuestra solidaridad con la periodista Erika Ortega Sanoja, corresponsal de Rusia Today, que ejerciendo sus funciones como comunicadora, fue amenazada de muerte por Jordan Goudreau el invasor por las costas de Macuto, por llamarlo mercenario. VENCEREMOS