Docencia Amena

Black lives matter in Venezuela (people power)

Para nada es un secreto la vida política, económica y social de los venezolanos gire en torno a una centrífuga que obedece prerrogativas gubernamentales basadas en el neoliberalismo, secundado por una oposición sin escrúpulo alguno capaz de transarse con lo peor con tal consiga a su paso la fórmula para asaltar la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela y, desde luego, ante esta nefasta y repulsiva realidad coexisten la nobleza y las facultades de un pueblo que en la medida de lo posible poco a poco va delineando ese rol protagónico como actor base y que lo consagra constitucionalmente como Poder Popular.

Sin embargo, lo que debería ser una figura de alto peso político lamentablemente, por diversos factores, no se maneja aún de manera contundente como cabría serlo al proponer, planificar, ejecutar y controlar sus propias exigencias, logrando de esta forma, manejarse al ras de las decisiones con las cuales el Ejecutivo viene creando programas como poder constituido prendiéndolos como semillas en primavera pero que llegado el verano, en varios de los casos, terminan sin producir frutos. O sea, algunos de estos planes sociales surgidos de eventos coyunturales son pañitos húmedos que no gozan de una continuidad segura en el tiempo. Nos pesa, pero es así, las clases con menos poder adquisitivo y desde épocas de la colonia han llevado la peor parte, con la diferencia que, estos tiempos, son de recibir boronas caídas desde las alturas.

No obstante, la manera como vienen organizándose las masas de acuerdo a sus esquemas particulares avizora mayores movimientos sociales que puedan impulsar el verdadero poder popular que es lo que realmente debe desarrollarse y propagarse a nivel mundial tras los hechos que vienen ocurriendo en EEUU y Europa a raíz de la muerte reciente del afrodescendiente George Floyd asfixiado por la rodilla sometedora de un agente policial que, junto a tres uniformados más y a la vista de transeúntes se permitió cometer un hecho deliberado para terminar viralizado en las redes sociales, lo cual trajo la indignación no solo de familiares y amigos de la víctima sino una ola de manifestaciones callejeras a nivel mundial partiendo de la reacción violenta hasta notarse nutridos movimientos pacifistas. Es decir, actores no solo que tienen que ver con el racismo, los derechos humanos, la violencia, la paz. También se han despertado intereses en procura se desarrollen sociedades igualitarias y menos autoritarias. La participación popular se cuela en estos discursos lanzados en calles y plazas de las principales ciudades de EEUU y en donde su actual presidente, Donald Trump, ve amenazada una eventual reelección.

Recuerdo la ocasión en que nos llamaron personalmente a darnos por obsequio -cuando niño- un juego de carpintería. Con el transcurrir del tiempo fuimos despojados del mismo y pasó a ser compartido entre hermanos. Esto en su momento no fue explicado. Ni posteriormente se aclaró. Tal práctica se siguió repitiendo hasta convertirse en una especie de fetichismo familiar. Tampoco ninguno fue carpintero. Así mismo parece ocurriese con el denominado Poder Popular. Creado con tal las fuerzas productoras de base formaran especie de bisagra con instancias gubernamentales provenientes de ellas mismas y se enfrentase a los grandes capitales hegemónicos. El pueblo aún no comprende de qué lado ubicarse por cuanto el Estado burgués sigue operativo en medidas superiores. Por fortuna hay quienes se apoyan en la CRBV y las demás leyes consagradas a levantar definitivamente un Estado Comunal y mantener en alto tan ansiada esperanza para garantía de una sociedad equitativa y justa.

En Venezuela hace rato se produjo el viraje de no rendir culto al explotador ni al esclavista y en consecuencia cayeron al piso estatuas de estos personajes. Empezando por quien nos trajo el capitalismo salvaje: Cristóbal Colón.

Asimismo hay que tomar en cuenta que en este país se derribaron esculturas no solo de manera simbólica sino con ciertos estereotipos mentales subyugados a la representación imperial y el coloniaje brutal. Pero aún y con todos los avances existentes en el campo de la ciencia y la tecnología perduran en el tiempo sectores conservadores en mantener ahogada las esperanzas de los más necesitados.

Una plaza Cristóbal Colón sobre tierras pobladas de aborígenes Caribe era un gran insulto a los pueblos originarios. Menos razonable era ver esculturas de expedicionarios espada o arcabuces en mano cuyas órdenes a cumplir era despojar de tierras y tesoros las ciudades indígenas, además de asesinar, violar mujeres y defenestrar la cultura de cada uno de estos pueblos con identidad propia.

En definitiva el movimiento Black Lives Matter (las Vidas Negras Importa), fundado en 2014, parece salido de una de las regiones de Venezuela al verse en las calles de EEUU con todos los bríos exigiendo que las leyes sean refundadas, exista un Estado con mayor equidad, proponiendo ni black power ni white power para que sí la gente participe en las decisiones que se vayan a tomar a la hora de aplicar leyes u ordenanzas en que los policías sean quienes velen por la seguridad de la ciudadanía sin preferencias de credo, raza o condición social.


 



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Brígido Daniel Torrealba


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