Docencia Amena

Hablando de prevención del delito y convivencia ciudadana: Bandas delictivas

El tema de la prevención del delito dentro de los cuerpos policiales a nivel mundial ha venido considerándose dentro de las políticas públicas de algunos países dados los estudios o seguimientos que organizaciones internacionales respaldan en protección de los acuerdos que se han alcanzado, al presente, en materia de Derechos Humanos.

Sin embargo, la situación parece no estar del todo controlada dentro de los mismos cuerpos de seguridad cuyas acciones individuales han venido provocando reacciones de rechazo en la población por hechos que empañan la labor de justicia equitativa que debe prevalecer en estas instituciones a la hora de las detenciones y garantizar la vida y la dignidad de todo aquel.

El nuevo modelo policial venezolano es de carácter preventivo, entre otras cosas, por lo que contempla la nueva Ley Orgánica del Servicio de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana de unos funcionarios preventivos, impregnados de ética y de valores, lo que les permite interactuar con la comunidad, para que en una política de corresponsabilidad social resuelvan los problemas desde la parroquia y el municipio; así se establece en el artículo 5 de la mencionada ley: De la naturaleza del Servicio de Policía: "El Servicio de Policía es predominantemente preventivo, interviniendo sobre los factores que favorecen o promueven el delito y se prestará de manera continua e ininterrumpida".

La seguridad ciudadana depende, entre otros aspectos, de cuerpos policiales capaces de ejecutar acciones eficaces para atacar la criminalidad y de la adopción de medidas preventivas que permitan generar la paz necesaria para el desarrollo integral de las personas. En Venezuela no fue posible que se cumpliera esta premisa. Por largos años se promovieron esquemas cuyas respuestas para atacar los problemas delictivos se centraron en la represión y la violación a los derechos humanos, actuando, incluso militarmente, sin entender que la policía tiene carácter civil. La policía preventiva es el aspecto de la aplicación de la ley que busca actuar como fuerza disuasoria a la perpetración del crimen.

Para Canabellas (1976) "la policía constituye una manifestación del poder de autoridad del estado, para cumplimiento de los objetivos expresados"

Mientras que la prevención del delito implica (1999) "la creación y refuerzo de mecanismos para reducir la acción delictual a límites tolerante, en una determinada sociedad.

Ahora bien, ¿Qué entendemos por políticas públicas en materia de seguridad? Señala Gabaldón (2012) "se entiende las actividades planificadas, dirigidas o coordinadas por el Estado para identificar la problemática delictiva y para adoptar medidas tendentes a minimizar los efectos de la criminalidad". En el caso venezolano tal normativa viene reforzada con una Estrategia Nacional y que es revisado dentro de las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2019-2025.(Plan de la Patria). De allí que se aúnan esfuerzos para combatir la delincuencia, especialmente, en las ciudades.

La situación en los sectores populares, donde la delincuencia mantiene cierto control territorial, obedece a bajos niveles de estudio, reducción de tasas de empleo, desintegración del núcleo familiar; a su vez la misma población se inclina por medidas de castigo severas como pena de muerte, militarización de espacios públicos y hasta aceptar suspensión de las garantías constitucionales. Hay quienes prefieren la lucha contra la delincuencia la ejecuten militares especializados en esa área.

Tomando en cuenta lo que ocurre en materia de seguridad ciudadana en cada una de nuestras comunidades, sea para mal o bien, hay que destacar que somos parte del medio en que vivimos y como tal nos desarrollamos. Poco a poco nos vamos enterando la delincuencia es un terrible flagelo que carcome parte de nuestra sociedad. Al respecto, Betancourt y González (2002) sostienen que "se ha comprobado que en la naturaleza, origen y evolución de trastornos e influencia de situaciones negativas con una dinámica muy compleja y peculiar, evidencian deficiencia en la educación familiar que van desde hogares infraestimulantes, faltos de autoridad hasta deterioro de las relaciones afectivas y morales".

Por lo general, es en las comunidades populares donde la pobreza o las carencias de recursos económicos evidencian situaciones adversas a grupos de familia, donde menores de edad deben buscar, de cualquier forma alimentos y, a la vez, poder cubrir otras necesidades.

Así mismo, "la escuela da influencias inadecuadas por falta de atención individualizada, interrelaciones personales deficientes, problemas motivacionales hacia las tareas y normas educativas", apuntaron Betancourt y González, en un estudio hacia las instituciones.

Pero más aún resulta interesante la concepción de Martin Herbert (1983) al plantear que "los trastornos de la conducta son estrategias que elabora ante un medio hostil".

También es meritorio el contenido de algunas revistas especializadas, en la que una de las concepciones difundidas es la aportada por Grossman (1983) quien expresó que los trastornos de la conducta "son el resultado que se produce entre las relaciones intrapersonales e interpersonales desfavorables". De modo que aquí estaríamos hablando de tres escenarios claves donde puede cultivarse una persona con serios trastornos de la conducta: familiar, escuela y comunidad.

En tal sentido pudimos hacer comparaciones donde comprendiendo parte de estas realidades se hizo un interesante análisis. Los datos aportados fueron los siguientes: Vivencias familiares traumáticas, problemas familiares, vivencias escolares desagradables, problemas escolares, vivencias personales negativas, problemas personales.

Pero, ¿cuáles son esas expresiones que solemos oír con frecuencia y que inciden en traumas para la conducta de muchos jóvenes o niños y quienes terminan formando parte de bandas delictivas?

Situaciones familiares: "Mi papá se emborracha y luego nos pega. Yo quiero irme de la casa pero no sé…". "Mis padres tienen hijos preferidos". "No soy parte de la familia"."Me avergüenzo de mis padres". "Soy una carga para mis padres". "Mi mamá se va por ahí… no se ocupa de nosotros. Y mi abuela siempre está peleando"

Situaciones en la escuela: "No sé para qué sirve mis estudios actuales". "Estoy perdiendo el tiempo". "La escuela no me interesa, yo necesito trabajar para vivir". "Me desagrada estar en el aula". "Odio el liceo". "Para qué voy a estudiar si siempre salgo mal".

Valoraciones sobre sí mismo y los otros: "Yo no sirvo para nada". "A mí nadie me necesita". "Todos aquí somos iguales de malo, por eso nos mandaron para acá". "Quisiera ser alguien con poder, así nadie se metería conmigo".

Valoraciones que reflejan esperanza angustiosa: "Quizá cuando mi papá no esté más preso". "Si mi mamá y yo pudiéramos estar juntos". "Cuando tengamos casa".

Sin duda, la realización de este trabajo brinda ahora la oportunidad de analizar un video que exige dejemos a un lado el autismo social, formemos parte de la sociocrítica y nos hagamos copartícipe de las soluciones comunales. Pues, el documental nos muestra como producción en español el tema de la delincuencia juvenil, como a su vez niños en condición de calle. Ante tal situación hay quienes apuntan en una sola dirección al buscar culpables cuando se trata de una problemática que enjuicia a diversos sectores de la sociedad.

En Venezuela los programas sociales en los últimos años han sido puestos en marcha con la intención de brindar apoyo a los sectores más desposeídos. Tales beneficios pudiera pensarse han quedado cortos, sin embargo todo indica que la falta de un verdadero plan en la línea del tiempo lo limita. Amén de la falta de recursos destinados para su plena ejecución en medio de las restricciones económicas y la emergencia pandémica a consecuencia del Covid 19.

Las imágenes reflejadas en el citado cortometraje en lo absoluto responden a escenas particulares de una localidad. Es un hecho común y repetitivo en las principales ciudades de Venezuela, pero en este 2020, dado los períodos de cuarentena social y obligatoria, los espacios públicos, en especial en horas de la noche, pone al descubierto a niños y jóvenes deambulando, comiendo, defecando y pernoctando como si nada.

No obstante, tal cual como lo divulga el video de Producción Hispana Plus, la gente se queja de los arrebatones, robos, hurtos y lesiones producidas por jóvenes y niños en condición de calle. Unos acusan al gobierno, sea éste central o regional; otros culpan a padres y representantes, y no falta quien le tire la burra pal´monte a la escuela sobre el estado de alerta que esto representa para la seguridad ciudadana en calles y avenidas, por cuanto se evidencia un marcado número de hechos sobre bandas juveniles en calidad de vándalos.

Como punto adicional, la gente teme a tratar con ellos. En el caso de los centros urbanos, estas bandas prefieren sitios muy concurridos en la que sea más fácil cometer cualquier tipo de robo y despistar a sus víctimas. Poseen estilos diferentes a la hora de actuar y hasta hay quienes los protegen.

Muchos de ellos son aprehendidos pero es más lo que dura su captura que el tiempo en devolverlos a la calle.

La presencia de funcionarios policiales en puestos estratégicos inhibe el accionar de estos grupos vandálicos. También es sabido, programas de talleres en aula y liceo son impartidos por cuerpos de policía nacional, estadal y municipal.



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Brígido Daniel Torrealba


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