Una de las aspiraciones de todo ciudadano respetuoso, amante y leal de las normas y las leyes de la República y el Estado de Derecho es ser reconocido públicamente por sus esfuerzos como trabajador y buen servidor. Súmese digna conducta tras años de labores. Hoy más que nunca lo referenciamos como un producto A1 derivado del excelente desempeño y funcionalidad mostrados dentro de las instituciones.
Me comentaba un amigo, bardo urbano, conversador incansable y de talante fluido, sobre el funcionario público en estos tiempos. De ese mismo formado en colegios y universidades, por meses y años, evaluado en aulas con buen número de participantes sobre temas de éticas, moral, valores y principios. De ese mismo que ahora se distingue de los horarios más pesados unas tantas pero otras suaves. El conocedor de su oficio desde siempre y que por una u otra razón ahora tiene que vérselas, sea cualquiera de las razones atravesadas en tiempos de vaivenes económicos, cruzando situaciones caóticas con tal busque fórmulas y maneras con que pueda "rebuscarse" y así satisfacer sus necesidades básicas. Triste realidad venderse por un puñado de dinero a cambio de perder todo respeto.
Es decir, son muchos los casos conocidos de trabajadores de la administración pública que forzosamente siendo peores los casos entre 2017 y 2022 cuando se transitó la vida con un sueldo desmejorado en medio de una espiral inflacionaria provocada por sectores ajenos a la avanzada del proceso revolucionario en Venezuela, además del alto índice especulativo y el casi nulo control trajo que trajo luego consecuencias doblemoralizantes en quienes se mantuvieron trabajando dentro de la administración pública.
De allí se tenga que visualizar el trabajo individual para salir de la perplejidad con que el bulto corrompido nos pueda crear un estado de conmoción agudo y traumático.
Muchos son los labriegos contentos de cultivar su huerto con la mayor dedicación. Y si algún mérito a ellos hay que darle es a la terquedad con que siembras y no a la abundancia de los frutos que cosechan. En opinión particular varios de ellos, los trabajadores alegres y voluntariosos, andan desperdigados.
Pero tenemos el caso de una institución oficiosa que se hace sentir sin otro apoyo que es su terquedad frente a las causas del olvido colectivo. Entonces es justa su labor de formar modelos ciudadanos al inspirarse en cada actividad académica erigiendo valores de patriotismo hacia los planteles educativos, especialmente, marcados en el ideal Bolivariano.
De allí que la Sociedad Bolivariana de Venezuela Carabobo sea una de esas instituciones de la región central del país luchando codo a codo ante grandes desventajas económicas en comparación con otras que manejan recursos financieros vaya dejando huellas indelebles, especialmente en nuestros jóvenes estudiantes.
Durante el año escolar por finalizar 2023-2024, la profesora Lilian Carrillo, actual presidenta, junto a los académicos Miguel Ángel Da Silva, Omar Idler, Ángel Omar García, Manuel Silva, Wilmer Tablante, Orlando Acosta, Jesús Medina, mayor general Orlando Romero García, coronel Freddy Quintero, capitán Daniel Peñaloza, entre otros, sin dejar de lado ese gran apoyo institucional como lo es de parte de la Cámara Municipal de Valencia en la persona de David Fernández, digámoslo así, en nombre del ciudadano alcalde de la ciudad, economista Julio Fuenmayor han hecho los más humanos esfuerzos por aupar y concentrar a generaciones de generaciones despertando el interés donde esté implicada la obra y vida del Libertador Simón Bolívar. Allí reside la causa justa por la cual damos fe de tanta perseverancia.
En la Sociedad Bolivariana de Venezuela Carabobo existe la mística por las investigaciones y el estudio consagrado hacia hechos remotos y gloriosos de nuestro pasado emancipador pero también por levantar la moral hoy día de cuantos héroes y heroínas de la patria hicieron posible hoy seamos una nación libre, soberana e independiente.
En el pasado congreso de Historia Miranda 2024 XVII Nacional y IV Internacional "Patria es América", la representación carabobeña encabezada por el profesor Ángel Omar García, acusioso investigador carabobeño y digno representante de la historiografía local dejó en claro el significado del trabajo colectivo en pos de una historia viva, insurgente y revolucionaria. De este modo se revive la máxima bolivariana "La patria es América".
Para esta ocasión, la sesión especial con motivo del aniversario 241 del natalicio del Libertador Simón Bolívar se contará como orador de orden en el Museo Casa del General Páez en la ciudad de Valencia, el joven estudiante de la Escuela Técnica Industrial Francisco González Guinán, Luis Fernando Rojas Mora, representante de la Juventud Patriótica y de quien decimos fue una de esas nobles y curiosas atracciones del pasado Congreso de Historia gracias a su desenvolvimiento y seguridad narrativa a temprana edad.
De modo el trabajo continúa y los esperanzas por el resurgimiento de un país que se levanta a diario para ser cada día mejor depende mucho de nuestras instituciones, de sus mujeres y hombres, probos y capaces, de sus buenas voluntades. Ese es el camino. A veces somos como el girasol, que no se harta nunca de la luz y anda en pos de ella desde que llega hasta que se va.
