Como bien ha dicho el ilustre presidente ecuatoriano, Rafael Correa, los pueblos de América Latina estamos protagonizando un cambio de época. Ese pronunciamiento resume a la perfección la envergadura de los cambios que se están gestando y la integridad moral, ética y política que impone un momento como éste para todos los latinoamericanos, pero en especial para nuestros líderes políticos. Por ello no deja de causar asombro y un poco de vergüenza la triste novela que han protagonizado algunos de los aliados políticos del presidente, Hugo Chávez, ahora cuando se impone la conformación de un Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). Los dirigentes del PCV, del PPT y de Podemos han dado un espectáculo bochornoso por decir lo menos, incurriendo en guabineos y contradicciones de todo tipo y sumándose a cuenta gotas a una propuesta que debió venir de ellos mismos, hace mucho tiempo. ¿Es que acaso no están conscientes de la necesidad impostergable de conformar una plataforma unitaria para construir el modelo socialista de igualdad y justicia que la patria reclama?, o será más bien que se resisten tozudamente a “ceder” algunas de las cuotas de poder que acumularon, en muchos casos, a fuerza de rodillazos y zancadillas entre nosotros mismos. No se porque, pero esta manera de entender y ejercer la política se asemeja tanto a la podredumbre de la IV que cuesta trabajo hallar diferencias. Ojala los personajes que han dicho que no se suman al Psuv rectifiquen a tiempo, sino será peor para ellos, porque como bien ha dicho el presidente quedarán al frente de verdaderos cascarones vacíos.
(*)Periodista.
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