Con el cuento de que hablan con la verdad de los medios privados de difusión social nos vienen a querer imponer un sistema fraticida, matricida y patricida que degenera en genocida social y extintores de especies y razas animales. Sino directa indirectamente.
Con la historia de que poseemos una tecnología humanizada hemos humanizado el genocidio.
Con la plegaria del buen pastor hemos plagado de lobos la vida. Ni la última cueva de la tradición sobrevivió a la corrupción de los tiempos. Hasta el catolicismo ha degenerado en mil sectas atomizando al caos. Hay que rescatar de éste al tesoro que una tradición universal es depositaria, es de alguna manera su reflejo y que ha permanecido en el catolicismo aún a su despecho.
Con el canto de un turpial nocturno del “castrocomunismo” chavista prenden la candelita que quiere hermanas y busca ser una mamá candela. Las multitudes abiertas al cambio y receptivas al protagonismo y a la participación se manifiestan enrojeciendo el camino gris de la ciudad central. Rojo corazón de las multitudes expresando un clamor canto comunal consagrando la independencia política del imperio mundial.
De 1811 al 2007 han pasado ciento noventa y seis años hasta lograr llevar al mundo un grito revolucionario independiente y solidario. Dos siglos para que gobiernen los que defienden su tierra, su espacio, sus mitos y sueños, su cultura y música, su alma y su sangre. Dos centurias esperando en la selva al grito libertario.
Con el discurso fabricado en Miami quieren convencer una multitud muerta de hambre, sed y frío, sin techo ni agua, ni salud y empleo, ni estudios ni alimentos, ni vestido, ni comunicación. Una multitud trabajadora que no puede ver televisión por cable ni comprarse zapatos cada dos semanas. Muchos que lloran callados a sus pobres muertos el día de los muertos porque apenas alcanzan a prenderle blancas velas y rezarles dulces oraciones.
La revolución socialista y bolivariana ha venido a despertar al ángel de la libertad en un pueblo soñador y heroico capaz de haber llegado a más de cuatro mil metros de altura defendiendo la lanza de la libertad de las multitudes contra la ola feroz y genocida del imperio europeo de entonces, hoy camuflajeado en anglosajón gringo norteamericano, nosotros decimos mejor sionista y evangélico fundamentalista y fascista, genocida.
El agua que el imperio le quita de los labios al niño pobre la recuperaremos. Volveremos a darle al niño sediento el vital líquido en Venezuela con la nueva constitución porque el tiempo reclama mas justicia social y el socialismo bolivariano aplica una respuesta ocho años gobernando, desconocido e inapreciado por los medios privados, desconocida y tapada por las redes informativas al servicio del imperio sus victorias contra la enfermedad, el hambre, la exclusión, los estudios, la vivienda y el trabajo, ignoradas por los portales electrónicos cuando las autopistas electrónicas no dejan ver la señal bolivariana. No nos conformamos con defender con las multitudes sus derechos y deberes, sino que vamos al fondo y nos preparamos para seguir las órdenes del soberano.
La nueva constitución hará posible que el odio entre los pocos que tienen y los muchos que padecen no llegue a un extremo insoportable. Seguir el patrón político de quienes primero ignoraron, luego rechazaron y después derogaron la constitución actual resulta ser de alguna minoría disociada y recluida en sus círculos secretos de serviles imperiales. Las multitudes sufren a diario la contaminación que proviene del televisor, y la radio, y cuyas señales parten del país. Ya le hemos dado una respuesta a rctv cuando fingió ser canal siendo partido político como lo son sus hermanos aún detentando el privilegio del espectro radioeléctrico nacional. No queremos una educación televisada con ideología del imperio.
Aquellos que no tienen bandera, patria, tierra, suelo, sangre, tradición ni alma, no pueden defender otra cosa que la oscuridad y el caos producto de las intrigas de un imperio asesino de niños, que solo desea el poder total en la tierra sin importarle costo ni daño.
La veintisiete viene a saldar cuentas con este estado de desequilibrio social mundial y que afecta la vida del soberano. Ante el mundo estamos dando el grito de guerra contra sistemas suicidas y destructivos del ambiente, destructor de la humanidad y de todo a su alrededor. Afirmamos el grito para renovar la actual constitución. Queremos que la inflamable voz de las multitudes se oiga pero bien claro. Luchamos por que legisle el verbo creador del demos postdemocratizado. El poder popular socialista bolivariano que toma consciencia de sí mismo hace la lectura de los tiempos y decide legislar. Ordena justicia, y consagra en la veintisiete, su función real y soberana de dar a luz un código de vida que el futuro evaluará con gran entusiasmo.
Mientras en el norte los anglosajones degollaron a las nativas multitudes para consagrar un imperio encima del cadáver de los verdaderos dueños de la tierra, generando un mundo de caos, terror y muerte; mientras ellos se debilitan expandiendo un imperio asesino, desde Venezuela estamos expresando un mito revolucionario con dos cientos años de existencia.
Con la veintisiete, seremos todos ciudadanos y ejerceremos la autoridad y el derecho y el deber de serlo. Dejando atrás centurias de explotación y barbarie. El alma de unas multitudes grita. El eco se oye y truena donde la multitud reclama con el fuego eterno que viene de los cielos y arde. Es la hora de la balanza, es el poder de la justicia soberana que reclama su espacio en su debido tiempo.
Vamos a apoyar la reforma, a levantar el grito por la veintisiete, a decir bien alto sí, sí por la reforma, sí por la rojita, sí por la veintisiete. Sí duro bien alto que todos escuchen, que escuche el cielo veintisiete veces el grito de Venezuela este Diciembre. Salgamos a fortalecer al poder popular dando a luz un código de vida más justo, más independiente, más soberano, veintisiete veces venezolano.
Lealtad a las multitudes que gritan con el puño en alto, con el alto puño de la libertad gritando patria, ¡gritando patria carajo! Valor que sólo es el fruto maduro de la lealtad que libera naciones, victoria de la gloria convertida en guerra santa. Bien por todos, bien por la mayoría que habla la voz de la multitud soberana. Bien por aquellos que hablan el lenguaje de las multitudes. Es uno el lenguaje de la soberanía. Lealtad a los veintisiete millones que gritan veintisiete.
¡Sí a la reforma constitucional, sí a la veintisiete, sí revolucionario!
¡Que viva Chávez muera Baduel!
Mforti9@cantv.net