Disciplina y honestidad revolucionaria

Conceptos no bien entendidos por muchas personas que siguen atados a las trampas electoreras del pasado, prácticas en las cuales los amos (AD-COPEY-MAS) las utilizaban para lucrarse del poder, desplazando la verdadera voluntad del electorado, aquello de acta mata voto, era una de las mayores perversiones.

La votación del sábado 27 de julio es un claro ejemplo de lo que no debe repetirse en un nuevo proceso interno en nuestro partido. Debemos organizar de mejor manera y más transparente un próximo proceso. En la mayoría de batallones venía lubricado el candidato al Consejo metropolitano, dos propuestas para legitimarlo, tanto hombre como mujer, es así pues como en un circuito, se distribuían por batallones los candidatos producto de los arreglos y el voto inducido por un bozal de arepa. Es lamentable que todavía nuestra organización no cuente con sus estatutos para sancionar las perversiones.

Los discursos de algunos candidatos, en referencia a la disciplina y honestidad revolucionaria, es elocuente y contradictorio, para ellos el oponente no es un camarada, es un vulgar enemigo que pretende destronarlo de su pedestal, o simplemente, un obstáculo para apoderarse del poder. El poder lo conciben no para entregarlo al pueblo a través de una buena gestión, sino para el beneficio propio y por qué no, del entorno que los acompaña en la trampa.

Algunos de estos camaradas o compañeritos que se abogan un liderazgo que no tienen, son, a lo sumo, producto de circunstancias en que se mueve el eje del poder, no poseen claridad ideológica, no tienen conciencia de lo que hoy está pasando en nuestro país, mucho menos fuera de nuestras fronteras, aunque se ufanen de ser eruditos con el verbo, que lejos de ser didáctico, es grosero con el compromiso que deben asumir con un proyecto político que puede acercarnos a consolidar y profundizar su caracter socialista. Para ellos Chávez es el líder, aunque muy en el fondo sólo utilizan la imagen del líder para sacar más votos que sus camaradas, que sienten como enemigos.

La Revolución sigue preñada de inconsistencias maléficas que distorsionan las luchas de cientos de miles de compañeros que, anónimamente, despliegan un trabajo productivo en defensa de la misma desde el frente de batalla que ocupan. Promueven con vehemencia valores éticos y morales que se dan la mano con el discurso del líder, empíricamente aprenden el deber ser de un buen revolucionario. Marchan y dan ejemplo de compromiso en el ámbito en que se desenvuelven.

La constancia es la norma de estos compañeros, que de manera pausada, no entienden la miseria de sus camaradas, que luchan de manera hipócrita por un espacio que no les corresponde en nuestra Revolución. Herederos de la maldad y del oportunismo.

No podemos seguir concertando sobre bases inciertas y suscribir a personas no aptas para dirigir, debemos luchar en contra de aquellos que desde una cómoda butaca pretenden imponernos individualidades y engañarnos con pactos fraudulentos en nombre del proceso. Zancadillas de la peor especie, en la que no debe de caer ninguna organización que pretenda declararse revolucionaria e inclusiva, es un engaño a su militancia y al líder que lucha sin descanso en contra de las perversidades internas que en el descuido pretenden adueñarse de la bondad.
No debemos permitir que nos describan una revolución imaginaria los depredadores, nuestra lucha es por una revolución auténtica, real, por un estado Socialista de inclusión, de amor, cargado de espiritualidad en nuestras entrañas, de todos aquellos que por convicción nos identificamos con este proyecto.

El esfuerzo es en demasía muy grande para purificar una organización que ha de marcar las pautas que nos liberen del oprobio, que nos conduzcan a victorias ciertas en contra de nuestros enemigos, en el campo de las ideas, o donde ellos lo dispongan. Una organización que nos deberá fortalecer el alma, y llenarnos de ideas nobles y de solidaridad. Las discrepancias de forma no deberán privar nunca sobre lo esencial, sobre el contenido, la verdad y la razón.

Entender primeramente que los esfuerzos que realizan el imperialismo y la oligarquía criolla para exterminarnos son inmensos, se han unido todos los factores económicos y políticos del poder más reaccionario para destruirnos. Unidos y conscientes de la lucha NUNCA lo lograrán.

La paciencia es la esperanza de que pronto vamos a transitar nuevos caminos, donde la conciencia y el espíritu serán las fuentes de las cuales nos nutriremos para avanzar sin obstáculos.

No hay nada más excluyente que ser pobre.

Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos

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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

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