Esta noche (la del 14 de febrero) es peculiarmente fría. Atípicamente gélida. También atípica ha sido esta campaña, por muchas razones. Ha habido mucho trabajo -aún me duelen las piernas de la jornada del día jueves- y pasión. La gente está lista para el referéndum aprobatorio. Hay muchos convencidos de la necesidad de continuar con un proyecto que trasciende nuestras fronteras.
Si no fuera por la intensidad con que hemos vivido la Revolución, este episodio nos resultaría extraño, deconocido, lejano. Pero el proceso se ha vivido con la intensidad propia de las Revoluciones que dan lugar a verdaderas transformaciones.
Aunque de todas formas creo que será un 15-F intenso. Primero, porque la oposición no deja a un lado su agenda. Empezó con el terrorismo psicológico de la mano de los imberbes que salieron a "protestar" quemando el Guaraira Repano. El jueves, en horas de la noche, tiñeron de rojo las aguas de la fuente de Altamira con el claro propósito de generar conmoción en la población.
Los manipuladores de cerebro parten de la concepción clásica para convencer al pueblo de una decisión contraria al referéndum. El caso es que los niveles de conciencia del pueblo llano, el de a pie, de verdad que quiere a Chávez. Nunca he visto tanta emoción junta, tantas ganas de ser visto o vista por el Presidente. De tocarlo. Seguirlo. Atraer su atención. Saludarlo. Verlo...
Y el magnetismo que tiene Chávez no tiene parangón. Su asertividad en el verbo. Su reflexión oportuna. Su clara decisión. Acabo de verlo declamando junto a Silvio Rodríguez y no me aguanté... Me fui en llanto. Es que el Presidente representa el sueño de los excluidos pero hecho realidad. Excluidos que ahora tienen como arma una nueva conciencia social, tienen conocimiento y por ende poder...
Observo las agendas de la oposición que son evidentemente irracionales, fuera de contexto... La explicación es sencilla: hay muchos intereses de por medio. El tema energético resulta crucial en todo esto.
¿Qué pasaría si ganara el no? Pasaría de todo. Nuestra soberanía en manos de otros. El poder en manos de terceros. Los pobres al margen, como otrora. Los indicadores sociales sin la debida atención: volveríamos a extremos niveles de pobreza, malnutrición, morbilidad... Borrarían de un plumazo las misiones. Y volverían los paquetes económicos:Rodríguez o paquetico Gómez (Emeterio). Se quemarían los libros de Marx, Ludovico Silva (los pocos que sobrevivieron en la cuarta República), Engels, Lenin, Rosa Luxemburgo, Gramsci, Mariátegui, el Ché, Fidel Castro, entre tantos otros.
Para presidir el Seniat vendría Oswaldo Walis Olavarría, un hombre que en la Cuarta República se ponía unas joyas que eran una real grosería. A la Constitución se le quitaría el capítulo vinculado con los pueblos indígenas. Y se anularía el artículo referido a la integración latinoamericana y caribeña para ser parte del ALCA.
Los Calderas (nietos de Rafael) serían diputados vitalicios. Claro que cerrarían las Universidades creadas por la Revolución y en la UCV se cobraría matrícula. Para participar en asuntos de interés público se traerían expertos en planificación (del Iesa, desde luego), quienes se encargarían de hacer los planes de la nación (Por cierto, en la UCV, hace muchos años, se realizó un trabajo sobre el 7mo plan, el cual fue titulado "7mo plan de la nación: séptima ilusión"). Los pobres tendrían que pagar servicios de salud, educación y otros. De no tener con qué pasarían a las filas, en forma automática, de la exclusión, pues el Estado, bajo este enfoque, no sería el culpable de la desgracia de la pobreza, ergo, no es asunto que deba resolver.
No habría lugar para la discusión o para las diferencias: las cosas son así y punto. ¿Qué cosas? El modelo económico neoliberal, el libre juego de la oferta y la demanda, "la mano invisible", las medidas de choque cuando se presenten situaciones de déficit fiscal que se traducen en más impuestos para el ciudadano común... Volveríamos a la tragedia de los años 70, 80 y gran parte de los 90.
Este 15 de Febrero será intenso porque debemos estar atentos a todas las pistas y señales que emanen del seno de la oposición. Pero también debemos estar pendientes de nuestros camaradas. Acudir al proceso refrendario resulta de singular importancia.
Yo quiero que mis hijos tengan las oportunidades que hoy muchos tienen. Que estudien. Los imagino en un mundo feliz, blindado, donde prevalezcan los valores de la solidaridad y cooperación. Esto simplemente hubiera sido inimaginable en la cuarta república.
Este 15-F es intenso porque la derecha tiene unos singulares modus operandi. Y en ocasiones es astuta para lograr sus cometidos, pues se vale de todo cuanto pueda hacer (aunque esté al margen de los derechos fundamentales). Es intenso porque pese a los inminentes resultados, a la oposición la acompañan las prácticas nazistas y fascitas que desconocen la condición humana.
Este 15-F es intenso porque la idea del golpe de Estado no se ha salido de las cabezas de la derecha venezolana, apoyada por la derecha internacional... Es intenso porque a pesar de la fuerza del Presidente, los planes violentos seguirán en marcha (si es que ya no están andando)
Este 15-F es intenso porque el país saldrá a las urnas a apoyar los buenos gobiernos. El pueblo no le fallará a Chávez, no sólo porque no nos fallará. Es que no nos ha fallado.
(*) Periodista/ Trabajadora Social
marbemavarez@yahoo.es