Con vergüenza, estupor y repudio he observado el incipiente carnaval de auto postulaciones electorales que apenas horas aprobada la enmienda constitucional arrancó su marcha por parte de supuestos dirigentes que afirman ser revolucionarios ya con miras a las elecciones municipales programadas para este año.
En términos reales definir a esta gente bajo el vocablo “dirigencia” en no pocos casos seria un gran error, puesto que muchos de ellos en realidad no dirigen a nadie y los altos cargos que ostentan se los deben a novedosas roscas politiqueras o a su vinculación con altos funcionarios del Estado como Gobernadores o Ministros. Pero la realidad es que buen numero de estos supuestos dirigentes, incluso buen numero de quienes tienen mayores niveles de poder en el aparato de Estado y gozan de mayor confianza del comandante son precisamente los mas aborrecidos por el pueblo y quienes mayores debilidades ideológicas presentan en el marco de un proceso de construcción del Socialismo en Venezuela.
Es hora de poner fin a la politiquería y al eterno carnaval electorero. Es hora de terminar con la interminable coyuntura de pintorescas campañas sin contenido. El evento electoral mas importante de los últimos años lo acabamos de ganar asegurando la posibilidad de reelección del presidente Chávez, ahora existen tareas mucho mas importantes hacia los cuales centrar las perspectivas que una nueva carrera electoral.
Es cierto que existen grandes cambios en nuestro país desde hace diez años cuando comenzó el proceso hasta el presente, pero también seria tapar el sol con un dedo intentar afirmar que en nuestro país ya todo está resuelto, porque la realidad evidente es que todavía falta mucho por resolver.
Tres tareas resultan imprescindibles para la profundización del Proceso Revolucionario:
1- La consolidación de un Movimiento Popular autónomo con conciencia política y capacidad de organización y movilización que a su vez se traduzca en poder real sobre el Estado, sus instituciones y sus políticas.
2- La destrucción del burocrático y corrupto modelo de Estado burgués heredado de la cuarta republica y la construcción de un nuevo modelo de relación Estado-Sociedad en el que sea el pueblo de forma directa quien ejerza el poder. Solo de esta manera garantizaremos la transparencia y la eficacia en el funcionamiento del Estado y las políticas publicas.
3- La construcción real de un partido revolucionario (el PSUV) que hasta ahora no sido mas que una simple plataforma electoral vertical sin definición concreta en lo político-ideológico. El PSUV debe emerger como expresión de la conciencia política de nuestro pueblo. Debe asumirse como un partido socialista en el sentido real de la palabra, apartando las medias tintas ideológicas y los intereses económicos que detrás de estas se esconden. Debe convertirse en un partido verdaderamente de base, en el que la gran mayoría de las decisiones sean tomadas de manera horizontal por la militancia y trascender esa visión vertical de una masa tareista que se dedica solo a esperar las “líneas de arriba” para salir a ejecutar de forma mecánica, muchas veces sin conciencia alguna de las causas que generan las acciones del partido.
Si tengo que escoger entre esto y una nueva campaña electorera repleta de consignas sin contenido, prefiero proponer como en este mismo momento lo hago, la postergación de las elecciones municipales programadas para este año.
Es hora de que se realice una reprogramación de lo periodos electorales y sus consecuentes campañas a fin de que podamos dedicarnos a las tareas verdaderamente importantes en el marco de la construcción y profundización del proceso revolucionario: Revisión, Rectificación y Reimpulso, esa debe ser la consigna que determine nuestra acción. El que le tenga miedo a esto que se baje ahora mismo del barco y deje al pueblo seguir su rumbo… el único rumbo que debemos seguir ahora… el rumbo hacia la construcción del Socialismo en Venezuela y en el Mundo.
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