La Sierra de Perijá sigue siendo un centro para discutir de qué se trata el derecho a territorio ancestral. Los mismos voceros de los pueblos indígena (que si pueden apreciar son mujeres en la mayor parte de los casos), aclaran a los arijunas (no wayüü), waitias (no yukpas) o lavadocs (no baríes), que ellos no reclaman tierras, reclaman territorios.
En estos territorios ellos pueden compartir con las “nuevas tribus” (por decirlo de algún modo), pero en ellos la cultura del pueblo indígena correspondiente debe respetarse y adaptarse. Las tierras, en el modelo de desarrollo imperante como es el capitalismo, se pueden adquirir con un procedimiento de compraventa o por otro instrumento de comercialización o posesión. Mas el territorio es un acto de justicia, mas que de ocupación y explotación de los medios de producción, es un tema político cultural.
El hecho de oír los planteamientos de los pueblos indígenas producirá una comprensión de sus planteamientos. La comisión de demarcación de territorios indígenas debe oír y entender. Más allá de esta comisión, nosotros “las nuevas tribus” debemos conocer la ideología, la cultura, el pensamiento de los pueblos indígenas. Después de entenderlos, debemos apoyarlos.
Empecemos por entender y asimilar que los pueblos indígenas reclaman territorios, no reclaman tierras. Esto último es lo que defienden los hacendados y a este modo de producción lo llaman progreso y es la excusa para atropellar, lesionar y matar indígenas, arrimar los estantillos para quitar las tierras de las familias y pueblos indígenas y no darle paso al entendimiento de lo que es la demarcación de los territorios.
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