Cada vez que a alguien se le ocurre traer a colación algún hecho irregular realizado desde una institución del estado (que bien podría ser tipificado como corrupción), resuenan una andanada de maldiciones y conjuros por parte de una muy variada fauna de funcionarios y dirigentes.
El asunto es que a quienes denuncian o expresan públicamente estos desafueros (haciéndo pericias a través de redes sociales) se les viene repitiéndo hasta el cansancio la cancióncita esta de: ¿por qué en este momento? ¿tontos útiles del enemigo? ¿por qué no usa los canales respectivos? (como si los canales no estuvieran ya permeados por el tráfico de influencia y la mismísima corrupción).
No creo yo que ninguno de los que hacemos vida en el portal aporrea tengámos el ánimo de atacar al presidente Maduro, sin reconocer los esfuerzos que hace por llevar adelante el país; o de reconocer esfuerzos loables como el de Iris Varela y Eduardo Samán, a quienes entregaron lo que podemos llamar una papa caliente.
Cada vez que la cadena de responsabilidades vinculadas con hechos de corrupción (algunos con el eufemismo de la mala praxis...como el caso de los alimentos descompuestos que el pueblo ha llamado PUDREVAL) conduce de uno u otro modo a algunas figuras de la vida pública, aparece un mago que por arte de magia saca de un sombrero fórmulas, cuentas, evaluaciones y pare de contar...con la finalidad expresa de cubrir con un manto de impunidad programada a los sospechosos (que dejan de ser sospechosos cuando se les “unge” con un nuevo cargo, a manera de premiación).
Algunos gobiernos suelen ensimismarse en la fiesta del poder, olvidándo las voces que, una vez llegado el punto sin retorno para que el declive conduzca a una derrota política, son las primeras en ser atacadas, como si por tener la valentía o el aplomo de decir lo prohibido, son ellas co-responsables.
Con el paso del tiempo, los funcionarios comienzan a tomar como un derecho adquirido las vergonzosas maneras de legitimar los entuertos, como por ejemplo suelen hacer con la aplicación del término quasi legal uso y costumbre.
En México, la llamada mordida, que no es otra cosa que el cobro de vacuna, peaje, soborno, extorsión, por parte de un funcionario público, ha llegado a Institucionalizarse de tal manera, que en una oportunidad, estando en su capital, un fiscal de tránsito nos detuvo después de hacernos la trampa de darnos la señal de avanzar, para luego detenernos con el justificativo de que el semaforo estaba en rojo... le dijimos que nos colocara la multa y la pagaríamos...el fiscal nos dijo, palabras más, palabras menos: aquí la mordida no puede bajar de mil pesos...
Hace poco, aqui en la Venezuela Bolivariana, comentando un caso de tráfico de influencias que se viene realizando en medios procesales para hacer pasar por el velo de la impunidad a unos ciudadanos apresados en Flagrancia e imputados de HURTO AGRAVADO, un abogado muy cercano a las altas esferas del poder tuvo la desfachatez de decir ... no chico ... imagínate que ellos logren torcer la situación y culpar al agraviado del crimen que ellos cometieron ...en Venezuela tu te tiras por un tobogan y corres el riezgo de SUBIR, en vez de caer por el peso de la gravedad...la gravedad en este caso es la justicia (por ser grave la cosa), que ante su ausencia o manipulación, nos produce ese estado de ingravidez que nos hace sentir desasitidos de la transparencia en los procesos legales).
Para que los lectores se den una idea del enorme peso del TRÁFICO DE INFLUENCIAS en Venezuela, voy a dejarles la definición que de este término hace Wikipedia, y de como se discute si es legal o ilegal:
El tráfico de influencias es una práctica ilegal o al menos moralmente objetable, consistente en utilizar la influencia personal en ámbitos de gobierno o incluso empresariales, a través de conexiones con personas, y con el fin de obtener favores o tratamiento preferencial. Naturalmente se buscan conexiones con amistades o conocidos para tener información, y con personas que ejerzan autoridad o que tengan poder de decisión, y a menudo esto ocurre a cambio de un pago en dinero o en especie, u otorgando algún tipo de privilegio. No obstante, la naturaleza ilegal del tráfico de influencias es relativa: la OECD ha utilizado a menudo la expresión "tráfico indebido de influencias" para referirse a actos ilegales o cuestionables de lobbying (Building a Cleaner World Economy.)
Si alguien cree que esta definición cuadra perfectamente con lo que han venido develando las detenciones que recientemente se han comenzado a producir en varios organismos (hasta ahora el Indepabis y el CICPC), puede incorporarlas al arsenal de elecciones léxicas de su agrado...aún cuando en ello no se note a simple vista el deslizamiento o solapamiento de la verdadera significación de esta expresión.
El ejemplo más bochornoso de la aplicación desvergonzada de estos léxicos podemos verlo en el caso de Sabino, que después de ser encarcelado injustamente, se le declaró INCULPABLE...y luego sus victimarios lo asesinaron a sangre fria...iniciandose una nueva cadena de términos y vericuetos legales para Legitimar la Corrupción en los medios tribunalicios.
En este sentido, un muy querido articulista de Aporrea escribió:
Nuestro sistema judicial por medio de los honorables jueces como así también nuestro reconocido CICPC y los inmaculados fiscales que mantuvieron criminalmente privado de su libertad física a SABINO por más de 2 años han dado una muestra que debe quedar para la historia de la innovación y creación dignos de la orden Simón Rodríguez en su primera clase por ser verdaderamente incomprendidos por todos nosotros tarados todos al emitir sentencia y declararlo “INCULPABLE” de los hechos que se le acusaba (Patricio Silva. http://www.aporrea.org/ddhh/
Todos estos enunciados comienzan a hacer vida normal en nuesta cotidianidad (como la mordida en Mexico), y se imbrican entre sí constituyendo una amalgama de cadenas sintagmáticas conducentes a crear lo que el leguleyo llama JURISPRUDENCIA, para LEGALIZAR LA CORRUPCIÓN.
¡Viva Chávez!
¡JUSTICIA EN EL CASO DE LOS ASESINOS DE SABINO Y PROTECCIÓN A SU FAMILIA!
¡Libertad para Julián Conrado!
salud!!!