Es difícil encontrar en cualquier diccionario, del idioma que sea, un adjetivo que le cuadre a quienes desde la derecha apátrida se atreven a oponerse a las medidas tomadas por el gobierno revolucionarios del primer presidente chavista, que tienden a frenar una guerra económica que estaba tomando una fuerza inusitada, y que perjudicaba terriblemente al pueblo, mientras por otro lado, imprimía una distorsión de magnitudes incalculables a la economía venezolana, por esa vía y con nuevas estrategias se estaba repitiendo lo que aquí se vivió en el 2002 cuando lograron su objetivo que como sabemos se les revirtió por la acción del pueblo y buena parte de la fuerza armada, dirigidos por ese estratega inigualable que fue el fundador de esta Revolución.
Y no les cabe un epíteto que no sea uno como el de “cegados” de tal manera por el odio. que no pueden ver más allá de sus narices las consecuencias a que se exponen, ahora cuando la Fuerza Armada como pueblo uniformado y el pueblo llano son precisamente quienes hemos sido víctimas de las descabelladas decisiones de quienes en algún momento creyeron que aquí no había autoridad y que podían impunemente, someter a la ciudadanía a la grosera especulación, que hay que aceptar lograron en parte, pero que igualmente como sucedió en el 2002, se va a revertir hasta el punto de que pagarán, como ya está sucediendo, por su atrevimiento, llevados por el odio, sin pensar que a quienes afectaban iban a reaccionar, porque es de Perogrullo, que a la mayoría de los venezolanos le duele que le toquen su bolsillo ,y por esa vía el estómago y que cuando eso sucede, no hay color político que valga y como está sucediendo de manera inesperada para los miserables que urdieron esas tácticas perversas, la enorme mayoría de los venezolanos aplauden las medidas tomadas por el gobierno y los descocados que se precian de sabiondos como el dueño de DATANALIS, economistas que han predicho catástrofes económicas que nunca suceden como el ex director del BCV de apellido Guerra, se olvidan que en guerra no se le puede dar tregua ni cuartel al enemigo y que la respuesta debe estar as la altura de las circunstancias, no se pueden responder cañonazos con piedras, sino que hay que proceder como ha procedido el gobierno, atacando exactamente donde debe ser.
Los resultados están a la vista y quienes sigan empeñados, como lo dijo algunos de ellos, que esto era simplemente un show, van a tener que tragarse sus palabras y como decimos en criollo entrar por el aro. Quien comercie, sobra en este país y no son quienes han convertido sus empresas en focos de desestabilización los únicos capaces de establecer centros de distribución de productos que requiere el pueblo, MERCAL, PDVAL, BICENTENARIO, FARMAPATRIA, AGROPATRIA, entre otros, son ejemplo de que sí se puede, son realidades que surgieron de otra guerra ganada por la revolución y muy bien podrían multiplicarse hasta cubrir toda la gama de productos en todas las ramas, para garantizarle al pueblo un precio justo, con un margen de ganancia lógico y no exorbitante como ha quedado más que probado nomas al iniciar la contraofensiva en esta guerra.
Ha quedado una vez más demostrado como en la contrarrevolución lo que más abunda es la brutalidad que le ha convertido en incapaces para ver más allá de sus narices como para no pensar que lo que venían haciendo no afectaba tanto al gobierno sino a la gente que ve cómo le roban el producto de sus trabajo obligándole de manera carterizada a morir frente a una caja cancelando lo que les venga en gana a quienes no son otra cosa que vulgares ladrones que como tales deben ir a la cárcel a rumiar su desgracia.