Algunos empresarios jamás coincicidieron con el Estado para llegar a un acuerdo con los precios de los artículos, sólo se dedicaron al remarcaje de sus productos para colocarlos en las estanterias de supermercados y mercados. Trayendole dificultades al comprador, porque, no hay congelamiento de precios. Pero, el asunto no es tan sencillo por las empresas fantasmas y el precio final es burlado por los dueños ante el gobierno central y la oficina administradora.
Es lógico que el gobierno como tal, le esta exigiendo a los trabajadores más dedicación y producción, para enfrentarse a los niveles de inflación. El tema resulta asfixiante porque los índices de inflar los precios en las tiendas reflejan hasta un mil por ciento sobre el valor real de los mismos.
La economía debe reformularse y desandar el camino iniciado haace años atrás, cuando se busca una profundización del proyecto bolivariano, la cual busca recuperar la Venezuela democrática a plenitud y lograr un modelo único de desarrollo capaz de restituir al país en el tránsito de la industrialización de su estructura productora.
El tipo de cambio, es bien aprovechado por éstas empresas fantasmas que carecen de una política económica y promueve una constante inflacción en el precio de la canasta familiar. Aunque, la población desea desea unas empresas pujantes y la apertura del proceso militar para estar vigilante ante toda especulación.
Existen personas que todavía piensan en el neoliberalismo y, para esto, aplican ciertas recomendaciones de tal tesís para instigar más al pueblo y ahogarlo en la financiación bancaria de algunos electrodomesticos.- En definitiva, debemos ir a una reformulación del mundo financiero para lograr equidad en la administración de las riquezas.
Por esto, debemos ampliar los perfiles económicos de cada empresa y contar con la intervención del Estado Venezolano.
No deseo cuestionar ciertas actividades y decisiones oficiales, pero en cada venezolano no debe existir un deseo perverso adverso al sentimiento de las mayorías y, debemos delinear con precisión los programas de crecimiento.
Uno de los graves problemas del acontecer ideológico en Venezuela es que nuestros dirigentes políticos en su mayoría, no tienen una percepción clara sobre la gobernabilidad y la tradición del pensamiento marxista como tal. Han olvidado ideas sobre la necesidad de crear bienestar y legitimidad al ordenamiento político- social descrito por el Comandante, Hugo Chávez Frías. Hasta el momento desconocemos quien evalua tal eficiencia y como las expectativas de distribución de alimentos debe ser consistente en las zonas populares, aquí no puede haber subjetivismo, porque las demandas deben hacerse a corto plazo y deben satisfacer al pueblo.
La corrupción, es un flagelo que viene quebrantando la aprehensión de la realidad y vemos como actúan los fenómenos del poder en la administración de los recursos y las actividades vinculadas al Derecho que permiten algunos desmanes y crean la indisciplina partidista dañando la esencia moral del pueblo.
