Apreciado Niño. Te voy a ser sincero y, no te distraeré con necedades
abultadas. Sé de lo ocupado en que debes andar que, además de repartir
regalos a manos llenas tener que leer y descifrar el contenido de los
millones de ellas que te llegan de tanto pedigüeño que hay en el mundo
y, razones más que suficientes tienen si hay gobernantes que no saben
ni tienen interés en gobernar pluralmente ni de enmendarse, lo que los
hace actuar de mal en peor y con un círculo cuando no corrupto,
indiferente, que no entienden al pueblo y, si lo entienden entonces
ven para otro lado y se hacen cómplices de tantas vagabunderías que
maltratan al por mayor dentro de la lógica capitalista que acaba con
el mundo sin ninguna prudencia.
Pero como vivo en Venezuela, no por lo de la canción, porque estoy,
sanguíneamente hablando ligado por varias generaciones que ni sé ni
sabré cuántas. Y, para no aburrirte, olvida eso, no es importante. Lo
cierto es niño Jesús que en este país lo que se diga encaja a la
perfección dentro del esquema que se quiera desarrollar, lo que no
pasa o sucede en otra parte acá es mágico como atractivo y, los vicios
y deformaciones es nuestro estándar de vida y, mire que lo disfrutamos
con un placer que emociona que persona que nos visita no quiere irse y
se queda y se adapta a nuestra forma de vida (idiosincrasia y
folclore) y, después nos supera. Increíble, pero es parte de nuestra
tangible realidad.
En nuestro país –niño Jesús- vivimos inventando y el que no inventa,
roba. Porque robar es fácil y, te roban seguido y, el que pide auxilio
o, acusa le puede ir mal. Entonces bendita solución a esa ecuación no
tener nada, para que otro no disfrute de lo nuestro. Por dios, niño
Jesús tienes que entenderme sin entrar en muchos detalles ni análisis,
ya que está permitido que no hay ninguna regla que diga lo contrario.
Y, lo asombroso de todo eso es que el Gobierno cuando se da cuenta que
nos han robado, pierde su tiempo inventando medidas y solicitando cómo
redactar y aprobar leyes –increíble, pero, cierto- para poder atacar
ese problema. ¿Qué tal? Y, lo más cínico del caso es que los robados
que por lo general pertenecen a la clase media, se molestan si ven que
algún organismo del Estado quiere actuar por su bien y, en respuesta,
sueltan frases como: con mis ladrones no se metan que con ellos somos
felices.
En este país querido Niño, un carro tiene más valor que una casa y,
son tan largas las listas de personas anotadas en espera en los
concesionarias que, para lograr la marca y el modelo del vehículo que
desee que, somos tan inteligentes y filántropos que por ese amor de
posesión por la nave de viajar a un mundo de tránsito y colas y de
aparcado que muchos sueltan de ochenta mil bolívares en adelante por
lograr y se cancela sin pataleo a la mafia de los vendedores que nos
coloque de primero en la lista y eso se hace con un gran
desprendimiento de justicia social que el fulano y/o fulana que hace
tal acción sale después a contarlo entre sus amistades con una ternura
de envidia que meterla presa no hace efecto, sino que esa gente
obtiene su dinero(cómo) de una forma tan fácil que aumenta lo que
vende a como le dé la gana y cuando lo descubren está millonario y, la
tardía respuesta no castiga si el mal fue hecho. Ah, pero lo
inconcebible es que el gobierno se esmera en montar organismos de
quejas como 0-800-xyz y al pendejo que se le ocurra llamar, nunca la
llamada cae, pues el bendito teléfono suena ocupado cualquiera el día
y la hora en que se llame. ¿Mentira? ¡Cómo no!
Y, desde ya, nos están metiendo en la cabeza como política a futuro
que debemos creer a ciega que el año que viene será mejor. Tengo años
oyendo eso que no escapa de ningún gobernante que no acaba de resolver
los tantos problemas pendientes, pero, dejemos que cada quien muera a
su manera, unos más creyentes que otros que no escarmientan.
No sé, porque no soy político ni analista ni predicador de ideas
prácticas que lo contrario de reformar debe ser, para mejorar y no
para empeorar logros y si es un logro como una solución al fin que va
en provecho del pueblo pobre que es el que más necesita de la mano
amiga de un gobierno socialista, pero no entiendo por qué si un litro
de aceite de oliva en EEUU que no lo produce cuesta un dólar y algo
acá se acerca a los doscientos bolívares. Ni tampoco entiendo Niño y
me castiga sin ser dipsómano que no pueda celebrar con mi familia al
no poder brindar con un güisqui 8-a que antes importaba cuarenta
bolívares, ahora importa más de quinientos bolívares y con un récord
económico que durante este año lo aumentaron siete veces en una isla
que se dice que es puerto libre y, nos dieron comodidades económicas
de adquisición de bienes y servicios que, ahora son ilícitos, por lo
que somos la isla más cara como estado con un tragazón de cerveza que
a larga va hacer mucho daño.
Parece mentira niño Jesús, pero este año se le dio a los trabajadores
y a los jubilados venezolanos el billete parejo y, una mayoría por
ponerse en un electrodoméstico o aparato eléctrico se volvió loco y el
que no quedó empeñado está endeudado. No así este servidor que los
tiene íntegros y no cayó en esa trampita tan ardilosa como engañosa,
porque lo que está caro no me apetece ni cerca paso son tantos los
años por delante para caer tan fácil por algo momentáneo. Alguna vez
-Niño- llegué a creer que el Presidente le iba a quitar parte de los
dólares que se le da a las ensambladoras y los iba a poner a
disposición de los que no somos clase media, quizás intermedia y
darnos garantías de traer los que quisiéramos el carrito deseado al
país, pero no, no castigó y se fue por otra vía que nos dejó bien mal
parados.
Los atracos en este país siguen a diario y el dinamismo de la contra
ofensiva está muy lejos de acabar con ellos que como ricos y poderosos
en su forma de operar no dan tregua, pero aún así, estimado niño Jesús
hay esperanzas que alguna lección buena debe quedar –sólo eso.
Solo una cosita como- ñapa navideña- me falta por pedirle que deba
meter su santa mano y es que el presidente Maduro dijo por tv que,
todo el que había comprado con sobreprecio se le iba a devolver la
diferencia de su dinero (m – s = d), pero si usted acude al negocio
involucrado a reclamar factura en mano como respuesta obtiene, eso no
ha salido en Gaceta Oficial y, lo más seguro es que el presidente
todavía cree en pajaritos preñados y, si el tiempo pasa y se olvida no
hay diferencia que valga, pero…