Este señor, en varios actos públicos, ante multitud de militantes del PSUV, se ha dirigido en mi contra de manera agresiva, vulgar, DELIRANTEMENTE violenta, casi instigando a que cualquier dependiente de sus líneas o de sus alteradas palabras (o además por el poder que él representa), pudiera hacerse eco de sus virulentas e inexplicables acciones hacia mí, para desatar un atentado en contra mi persona.
Suena muy extraño el hecho de que para este señor, el peor enemigo sea yo y no los desaforados golpistas que por doquier nos rodean; no los lacayos miserables denunciados por mí cada día y que pululan en toda esta región andina; no la Iglesia inmunda desnudada en el libro que escribimos Giandomenico Puliti y yo, “Obispos o Demonios”; no la CIA, no los degenerados y perversos medios escuálidos a los cuales él se entrega con fruición pagándoles docenas de miles de millones de bolívares en avisos y propaganda.
Hay que tener en cuenta que este señor se ha visto envuelto en peligrosos hechos de sangre: uno en Barinas, en el que murieron dos jóvenes, que según él habían atentado contra su vida, y de algún modo, indirectamente, con lo ocurrido en la masacre de Onia (en el que aparecen fuertemente involucrados algunos de su escolta), en la que cayeron abatidos brutalmente ocho muchachos.
Todo lo que pasa por este mundo de los Andes vive envuelto en misterios: Mérida se ha convertido en un territorio sin ley, plagado de sicarios, en donde se mata (como el caso del escritor Giandomenico Puliti, quien fue co-autor del libro arriba señalado, asesinado en el año 2003) y casi nunca se encuentran ni a los autores materiales ni a los intelectuales. La lista de los asesinados por sicarios en la ciudad de Mérida es espantosa y casi todo o todos estos casos han quedado impunes: profesores, estudiantes, empresarios, amas de casa, dirigentes campesinos, dirigentes sindicales,…
He sido amenazado de muerte en varias ocasiones por sectores de la extrema derecha, y en la actualidad esta situación se ha radicalizado si tomamos en cuenta que este señor gobernador está íntimamente ligado a los sectores fascistas más peligrosos de la región: con la ultra-derecha universitaria, con la cúpula eclesiástica representada por Baltazar Porras, con el gobernador César Pérez Vivas quien se vino abajo en un helicóptero que regularmente conducía Marcos Díaz Orellana; uña y carne este gobernador, con los ganaderos y latifundistas de la zona del Sur del Lago que hoy lo están conminando a que se defina: “a que salte la talanquera o que se atenga a las consecuencias”, con los empresarios delincuentes como puede verse con lo que pasó recientemente en el affaire de la Línea LaMía; con contratistas,… personaje éste en fin muy ligado con el partido Copei (de la vieja guardia de Rondón Nucete) y el opudeista protector de Nixon Moreno (alcalde de Mérida) Léster Rodríguez.
Dejó pues constancia de esta peligrosa situación en la que me encuentro, tomando en cuenta que soy un escritor al que le quema la pluma como una lanza en medio de la guerra; ser al que nadie protege, que a nadie pareciera importarle en este reino de las impunidades más insólitas, estas amenazas y agresiones frecuentes de este señor en mi contra.
Todo esto, porque en este inmenso reino de cobardes y repelentes jala bolas, como siempre, he tenido que ser yo quien se tome a pecho tanto dolor, tanta incuria y maldición; y que sea uno el que tenga que denunciar ese mar de hampones y mafiosos de la ultra-derecha que nos despedazan todos los días, cada hora o segundo desde los medios escuálidos, e igualmente tenga uno que asumir el papel de delatar a los pillos y miserables infiltrados en el gobierno, dentro del PSUV.
Qué vaina tan seria ésta, señores.
José Rodríguez Rodríguez
C.I. 2219738