"Mi fusil es mi guitarra y mis balas son versos de calibre bolivariano, mi táctica es la combinación
de las notas musicales con la poesía y mi estrategia un mundo de paz con justicia y amor. Como sé
que la paz en mi querida y sufrida Colombia debe pasar por una solución política del conflicto,
seguiré dando todo de mi para lograr ese objetivo".
Julián Conrado.
Volvemos al estado espiritual de la hermandad y escribimos esta segunda jornada del corazón. De la fraternidad, cuando se tiene convicción intelectual y humana, conocimiento por el delito político y la mezquindad revolucionaria, de negar vida y plena libertad a quien se la merece y justamente le es necesaria.
Julián Conrado, nombre y hombre que ha rondado en la creación poética de muchos inventores, campesinos latinoamericanos, cantores reconocidos (Silvio Rodríguez, Lilia Vera, Chiche Manaure, Calle 13, Gloria Martin, Sol Mussett, y tantos, pero tantos verdaderos soñadores e impulsores de una seria y verdadera Revolución), quienes han asumido el canto y la lucha como tarea orgánica en el seno del planeta para vivir dignamente, como lo plantearon nuestros soldados conocidos y no, de la independencia. Como lo plantearon Camaradas del siglo XX Y XXI, nómbrese a Fidel, a Chávez, y muchos que andan aligerando la carga.
Entonces, Carajo!!!! ¿Hasta cuándo tanto desosiego y oscuridad para esta nueva historia ya develada? Los pobres de la tierra, quienes seguirán siendo pobres mas no humillados, se levantan en lucha por la paz pero también por su defensa ante tanta injusticia. Son seres de vanguardia social, quienes luchan a brazo partido por mantener y seguir conquistando las victorias concedidas por el Comandante Chávez en Latinoamérica. Y aun así, en reconocida experiencia, en reconocido avance social, seguimos creyendo que el ser humano, o el hombre como trofeo de guerra, es un elemento de negociación bilateral, más aun, cuando se trata de una persona tangiblemente revolucionaria. ¿Causa escozor esta palabra al leerla?, seguro que a unos seudo lideres, si. A unos altos jerarcas del palacio, si.
Pregunto, ¿qué sentiríamos los venezolanos y latinoamericanos, si en una Rotunda cualquiera, o una Carraca en Bogotá, o en alguna de las ciudades del hermoso pueblo colombiano, se tuviese privado de libertad al Padre Cantor Ali Primera? Que a su esposa se le negara por mucho tiempo verlo, y se le negara a sus hijos, sin ninguna explicación política, judicial, diplomática en general. Pregunto, ¿Qué sentiríamos si al mismo Ali Primera se le negara cantarle al pueblo, el autor de sus propias canciones? ¿Qué haría Venezuela, ante tal hecatombe, sabiendo que es un cantor del pueblo y, que por cantarle a la naturaleza (como lo hizo por el cerro Galicia en el estado Falcón, por los pueblos de los Andes, por Margarita y muchos más), se le privara de libertad?, y no me vengan con la mariquera de que Julián Conrado es un terrorista, narcotraficante de las guerrillas y no sé qué otra babosada más. Porque de esa historia se lo suficiente, y mucho más de quiénes son y cómo nacieron las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia.
Un ciudadano, por naturaleza Humano, se le debe un respeto bajo los lineamientos jurídicos de los Derechos Humanos. Realizarle sus audiencias, resguardarle su vida, y darle en premura necesaria, su sentencia final para definir su situación. En el caso del compañero Julián Conrado, aquí en Venezuela, se han dado el lujo, de tardarse y retarde en su decisión, que es y debe ser POLITICA. Me dicen que él está en resguardo, que se le está cuidando la vida, y me pregunto, por qué no privamos de libertad a muchos compañeros, diputados, ministros, para resguardarle la vida, por su seguridad, ¿verdad?
¿Dónde iremos a parar luego que se consolide nuestro proceso revolucionario y quienes sin temor hemos soñado estos momentos, a pesar de las zancadillas y absurdos obstáculos? Quienes sin tanto perendengue, decidimos bolivariar, creyendo firmemente en nuestra Patria y en la libertad del hombre como razón absoluta? Dios nos libre de otra noche de cuchillos hitlerianos.
Claro estamos, en esta alborada política. Y más claro aun se encuentra el compañero Julián Conrado. Basta estudiarlo, conocerle en sus canciones o personalmente, para profundizar los procesos históricos de nuestras sociedades. Los acontecimientos que nos han traído aquí, para entender su gallardía y su firme compromiso con Venezuela, Colombia y latinoamérica. Hay quienes estúpidamente lo llaman cobarde, desertor, y aquí reafirmamos nuestra palabra inicial en este párrafo, estamos claro, porque lo leemos, lo estudiamos, lo escuchamos y lo cantamos, lo analizamos como cantor del pueblo, de campesinos y oprimidos, cantor de Paz, de Amor, de solidaridad verdadera, en tanto quien ha sido golpeado durante décadas, enfermado profundamente en lugares inhóspitos, selváticos, y esté ahora privado (irracionalmente) de libertad, y sienta el corazón intacto de Patria y sentimientos afables con quienes se le acercan, incluso quienes lo cuidan y resguardan en su cárcel, no puede ser sino un hombre Revolucionario. Un Camarada de la vida, de esos que el burgués y el corrupto buscan eliminarlo porque no le conviene que en el mundo existan seres vivos de tal compromiso con la humanidad.
Compañeros de la Revolución Bolivariana, no permitamos que la noche del Jabalí nos encuentre desarmado ante la injusticia que aún vuela en nuestras instituciones. No esperemos arrepentirnos luego de que nos maten o muera un compañero de lucha sin haber hecho nada por su Libertad. Salgamos al paso en solidaridad con el hermano Julián Conrado. Como lo hizo el Cmdt. Chávez, quien se pronunció a favor del Juglar. Como lo hizo el glorioso Partido Comunista, como lo hacen miles de jóvenes latinoamericanos, cantores y poetas, campesinos esperanzados, como lo hace el Movimiento Social Revolucionario Pedro Camejo en Carora y los Colectivos Culturales de Maracaibo y Barquisimeto.
La esperanza ya no la vemos como la utopía de los años 60 y 70. No, la esperanza ya llegó y se viste de pueblo vivo, de lucha viva, de ahora y para siempre.
Sin tanto Perendengue, le cantaremos a la Paz.
¡Amando Venceremos¡