En días recientes se nos informó que el Banco Central de Venezuela establecerá en los próximos días los intereses a cobrar por compras a través de las tarjetas de crédito. Asimismo, se nos anunció que se elimina el cobro del porcentaje por comprar con ese mecanismo, llamado por algunos “dinero plástico”. La información no aclara cómo meter en cintura con la legalidad a los burdeles y demás sitios donde hay mujeres ejerciendo el mentado “oficio más viejo del mundo”.
Luego, en un programa de televisión, se nos apareció un diputado a explicarnos que un nuevo instrumento legal, recién aprobado, impedirá que los banqueros nos cobren intereses sobre intereses e intereses sobre los intereses cobrados sobre los primeros intereses. Cobro, según el parlamentario, prohibido hasta por el propio Código de Comercio vigente desde nace un montón de años.
Para usar un término de mi amigo y camarada Raúl Betancourt, los banqueros tienen años pasándose por las mochilas este bendito Código de Comercio; y nuestros camaradas parlamentarios, ocho años después de iniciarse esta revolución, es que vienen a patalear. Bien solos que nos sentimos así.
Entendemos que todo no se puede hacer de una vez, así que se pudiera justificar esos ocho años de retardo en una decisión, pero lo inexplicable es que le digan a uno que los banqueros tienen sopotocientos años asaltándonos a tarjeta armada, impunemente, sin el más mínimo recato, y sólo se les dice: “señores banqueros, de aquí en adelante no roben más a esa cuerda de bolsas, denominados tarjetahabientes”.
Y, nosotros, nos quedamos robados; pues ante la pregunta de Aristóbulo Isturiz sobre lo que podrá hacer un ciudadano para reclamar lo que le han robado hasta el momento, el parlamentario dijo que podrían dirigirse a Sudeban. Ojo, organismo ubicado en Caracas y sospechosamente favorable a los banqueros. El diputado tampoco aclaró qué documentos se deben presentar para el reclamo ni desde cuándo tendría validez la dudosa devolución del dinero que nos han robado los dueños de los bancos.
Explicó el diputado que tal como están las cosas un ciudadano que consuma un millón de bolívares con su tarjeta de crédito en una oportunidad, y durante un año no use más este bendito mecanismo de compra y se dedique a cancelar cada mes el mínimo que le exige al banco, al final de doce meses habrá cancelado dos millones de bolívares y todavía deberá el millón de la compra.
El diputado explicó que eso lo habían ejercitado bien para estar claros. Es decir, el robo a los venezolanos tarjetahabientes ha sido multimillonario.
¿Y están presos los banqueros que nos robaron?
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