¿ Qué es la historia de Israel? En el Oriente antiguo, es la figura de un pueblo pequeño, que nace de la nada y, supuestamente, con la ayuda poderosa de su dios, crece en tamaño y poderío.
Yahvé aparece como el protector de los pequeños. Con ternura especial para con el perdedor frente al ganador; para el débil frente al poderoso. Con mirada de amor para con el "segundo" frente al "primero", para con el abatido, el sufrido, el abandonado. El mismo pueblo exiliado durante diecinueve siglos pretendidamente cristianos, maltratado y humillado, resurge, después del holocausto del siglo XX donde fueron aniquilados millones de los suyos.
Pero el pueblo pobre puede transformarse también de víctima en verdugo. Su gran rey David fue, en otros tiempos, lo que hoy llamaríamos un terrorista.
Y antes de su reconocimiento par la ONU, hace sesenta años, Israel realizó un trabajo sistemático de terrorismo armado, no sólo contra el colonizador inglés, sino también contra la población local de Palestina. Vale reconocer la ambivalencia de la historia: Dios con Israel en su antigua debilidad, Dios con los palestinos en su actual devastación por Israel...
Cuán difícilmente aprenden los vencedores. Tomemos una analogía en el tiempo. A inicios del siglo cuarto, los obispos cristianos, rescatados de la gran persecución que los debía aniquilar a todos, llegaron a la paz.
¡Suspiro de alivio! Pero apenas doce años después, solicitaban que el mismo imperio romano pusiera, en adelante, sus fuerzas militares al servicio de la nueva religión, contra aquellos malos creyentes, herejes y demás paganos, que no querían aceptar voluntariamente el nuevo "orden" cristiano.
¡Con qué facilidad vuelven las víctimas a ser implacables victimarios de sus vecinos! Apenas salido del Holocausto, Israel practica hoy, no la "ley del Talión" lo que sería todavía relativamente moderado , sino la violencia ciega que ellos mismos sufrieron bajo el nazismo.
Para mal de toda la humanidad, hoy representada por el pueblo palestino, para deshonra de su formidable historia divino-humana, Israel traiciona su vocación de llegar a ser, como dice el profeta, "luz de las naciones" y parábola viva de la compasión de su Dios.
Sacerdote de Petare