Es de suponer que los soldados israelíes reciben entrenamiento especial para asesinar civiles indefensos, sin sentir remordimientos. Muy simple. En mis años de estudiante de educación recuerdo haber leído un artículo sobre las bondades del condicionamiento operante para controlar el comportamiento de las sociedades e individuos. Uno de los logros del conductismo que se reportaba en ese articulo se refería al entrenamiento de soldados estadounidenses que los convertía en asesinos eficientes
Según datos recogidos por el ejército, menos del 25% de los soldados disparaba para matar a soldados enemigos en situacion de guerra. Ese dato preocupaba a los oficiales porque mostraba que sus soldados eran ineficientes máquinas de guerra. Para resolver este “problema” fue contratado un grupo de expertos en modificación de la conducta. Estos diseñaron un plan de entrenamiento, un programa de reforzamiento, para hacer que los soldados dispararan sus armas sin remordimientos en contra de otra persona. De esta manera se aumentaría el porcentaje de soldados que en situación de combate dispararan sus armas directo a los soldados enemigos para matarlos. El tratamiento resultó exitoso. Y según se reportaba en el mencionado artículo, los investigadores lograron aumentar a más del 50% el número de soldados que usabann letalmente sus armas en contra de soldados enemigos.
Ahora bien, los resultados anteriores se refieren a soldados enfrentando soldados en situacion de combate, es decir, en una situacion en que su propia vida estaba en peligro. Y aún así un alto número de soldados no se atrevía a dispararle dirctamente para matar al soldado enemigo. Suponemos que el porcentaje sería aún muchísimo menor si se tratara de dispararle a un civil indefenso que no pone en riesgo la vida del soldado. Más aún si el civil se encuentra a kilómetros de distancia del soldado, como es el caso de los bombardeos. Si fue necesario diseñar un programa de modificación de la conducta para entrenar soldados para matar a otros soldados, con más razón se necesitaria de un entrenamiento para matar civiles.
Por tanto, no parace descabellado suponer que los soldados israelíes reciben un entrenamiento especial, diseñado por expertos en modificacion de la conducta, para asesinar niños, niñas y mujeres. Sólo así se puede explicar que después de ver las imágenes de las miles de víctímas civiles, tanto de los bombardeos como de los ataques directos cuerpo a cuerpo, esos ataques continúen. No hay otra explicación para el comportamiento de soldados quienes sin remordimientos son capaces de disparar sus armas para matar a cviles indefensos. Estaríamos así ante un éxito del conductismo, de programas de entrenamiento preparados por científicos de la conducta, mediante el cual se logra convertir en asesinos de civiles a soldados israelíes.
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