Reza el dícho, “veinte años no son nada”. Pero cómo adaptarlo a nuestra realidad local.
Hace veinte años, producto de la injerencia imperial en la economía de nuestros pueblos, miles de ciudadanos, mujeres y hombres, fueron masacrados. Durante la rebelión popular del 27 de febrero de 1989 (a la que se le dio el nombre de “Caracazo”, aunque comenzó en la población de Guarenas, estado Miranda) el ejército y los cuerpos policiales fueron lanzados a la calle como jaurías para acabar con la vida de quienes estuvieran protestando las medidas económicas anunciadas por el entonces y recién estrenado presidente, Carlos Andrés Pérez.
Tres días de masacre marcaron la vida de éste país. Fueron la gota que derramó el vaso y que sirvió para que la semilla revolucionaria terminara su proceso de germinación.
Entonces, las editoriales de los medios de comunicación, o distribuidoras privadas de información, justificaban la masacre. “Volvimos a la normalidad”, dijeron algunas de las voces “calificadas” de esa época.
Pero los derechos humanos, de los humanos arrechos por la explotación e inmoralidad del sistema corrupto y lacayo de las multilaterales, fueron violados como les dio la gana.
Los medios nunca gastaron una porción importante de su centimetraje o espacio en su parrilla de programación para denunciar la violación de los derechos humanos, civiles y políticos, como lo hacen ahora, acusando al gobierno de Hugo Chávez de vulnerar libertades consagradas en las leyes nacionales y tratados internacionales.
Al gobierno de Chávez se le acusa de dictadura, aunque ha invertido su presupuesto en el deporte, en el servicio de transporte masivo, en la salud de niños y adultos; en atención a la población indigente; en la construcción de viviendas dignas; en la construcción de carreteras y grandes infraestructuras como puentes, viaductos, vías ferroviarias, autopistas, carreteras; en el servicio de energía con la construcción de centrales hidroeléctricas; en telecomunicaciones con el lanzamiento al espacio de su primer satélite; en educación con la creación de la Universidad Bolivariana; misiones de educación inicial como la Robinson, y Ribas; en salud con centenares de Centros de Diagnóstico Integral y la misión Barrio Adentro.
Y los gobiernos del Pacto de Punto Fijo que asesinaron sistemáticamente a los luchadores sociales, que cometieron masacres a lo largo de su historia; que empobrecieron al país, aniquilando las esperanzas del pueblo; condenaron a la miseria y a la ignorancia al 80 por ciento de los habitantes de la nación; que excluyeron a la mayor parte de la población de los servicios y derechos básicos. Y que además entregaron las riquezas a las transnacionales y organismos de financiación internacionales, esos gobiernos, ¿qué son?.
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