El gobierno de Nicolás Maduro, en el desarrollo de su anti-política hacia la educación universitaria, tiene como instrumentos principales tanto al ministerio respectivo como a la Federación de Trabajadores Universitarios. El gobierno ha realizado las manipulaciones necesarias para imponer, en estos casi seis años en el poder, varias contrataciones colectivas cuyos únicos firmantes son ellos mismos (su federación gobiernera), y cuyas características fundamentales resumimos en:
- En una muestra de habilidad neoadeca, el ministerio del trabajo se ha encargado de "certificar" que la FTUV es la única federación "legalizada". Para ello, hicieron una farsa electoral en "segundo grado" en la cual se eligieron ellos mismos sin convocar ni anunciar previamente elecciones, ni publicar con posterioridad los resultados de esa falsa elección que probablemente nunca se produjo (en el marco de un encuentro o congreso de delegados de los respectivos sindicatos por universidad). Esta práctica, aprendida de los adecos y utilizada cientos de veces por la vieja CTV para destruir al movimiento sindical clasista y envilecer a los dirigentes sindicales, le está cayendo como anillo al dedo al gobierno de Maduro para tener federaciones "legalizadas" y firmar contrataciones antiobreras. En la III CCU, dejaron por fuera a cuatro o cinco federaciones de trabajadores muy representativas del mundo laboral universitario, resaltando la FAPUV, federación de profesores que representa a los docentes de las universidades autónomas (con la cual hemos tenido siempre una radical diferencia política, pero que no por eso avalamos que se le excluya de las discusiones contractuales).
- La última contratación firmada, la III CCU, al igual que las dos anteriores, sirvió para que el "movimiento de trabajadores universitarios" certificara la pérdida absoluta de su salario, de sus prestaciones sociales, y con ello, avalara el hundimiento del nivel de vida de los universitarios hasta llegar al actual escenario de ESCLAVITUD ASALARIADA. Al aceptar año tras año, y contratación tras contratación, que las escalas salariales se rezagaran muy pero muy atrás con respecto al ritmo inflacionario que llevaba y sigue llevando la economía nacional, los líderes de la FTUV se hicieron cómplices de esa DESTRUCCIÓN SALARIAL ejecutada por Maduro, constituyéndose en verdaderos y modernos TRAIDORES A LA CLASE OBRERA.
- Las tres contrataciones universitarias usaron como uno de sus pilares argumentativos la implementación de un fulano SALARIO SOCIAL, que consistía en la implementación de políticas de seguridad social complementarias al salario nominal en áreas como vivienda, electrodomésticos, vehículos, equipos de computación y otros aspectos que se colocarían al servicio de los trabajadores universitarios de todo el país. La FTUV llegó incluso a designar entre sus secretarías a responsables de ese "salario social", el cual nunca apareció por ninguna parte, nunca se ejecutó ni en un 0,1 %, y terminó siendo una trampa cazabobos destinada a que los trabajadores aceptaran mansamente el hundimiento absoluto de su salario real y con ello la caída de su nivel de vida a situaciones de hambre y miseria como nunca se habían observado en el escenario laboral universitario.
- Al momento de hablar de salarios de los trabajadores hay que diferenciar entre el salario nominal (cantidad en bolívares fuertes, soberanos o lo que sea, que te paguen) y el salario real (el poder de compra que se tiene con lo que te pagan). En el caso de los universitarios ponemos como ejemplo el derrumbe de los salarios reales de los profesores titulares a dedicación exclusiva (máximo salario del escalafón universitario), calculándolo en su valor con el dólar paralelo, pues desde 2012 toda la economía venezolana se rige por el dólar paralelo, reconocido incluso por el gobierno de Maduro cuando al anunciar el nuevo Bolívar Soberano utilizó como parámetro el valor del bolívar en la web "dólar today" (seis millones de bolívares fuertes por dólar para ese momento). Pues el salario de un titular estaba en 2011 alrededor de los 600 dólares, y para comienzos de este año 2018 se había derrumbado a menos de 10 dólares, una reducción del 96,6 % del salario real, que obviamente ha impactado durísimo en la capacidad de compra de los universitarios. La consecuencia es que el salario real de los universitarios apenas alcanza para cubrir una alimentación desbalanceada y reducida al mínimo. Cuestiones básicas como adquisición de ropa y calzado para el trabajador y su familia se hace hoy imposible. No hablemos de electrodomésticos, computadoras o mantenimiento de los vehículos. Libros, papelería y útiles de oficina también es imposible adquirirlos hoy. O pagar cuotas de suscripción a servicios de internet (vitales para un investigador). Ni hablar de comprar vivienda o vehículo (como podía hacerlo cualquier trabajador hace diez años), o tomar vacaciones familiares, o tener seguro de salud (HCM, que hoy no cubre ni una emergencia menor).
- Junto al hundimiento del salario real, las contrataciones firmadas por la FTUV en abierta traición a los trabajadores, también aniquilaron las prestaciones sociales (ver nuestro artículo: Maduro acabó con las prestaciones sociales. https://www.aporrea.org/trabajadores/a260221.html). Durante las últimas décadas del siglo XX y en el período de Chávez, el cobro de las prestaciones sociales por los trabajadores de las universidades públicas venezolanas (pago de antigüedades por el tiempo trabajado, pagado al momento de la jubilación o de finalizar la relación laboral) implicaba que con ese dinero un trabajador podía adquirir una vivienda, un vehículo y hasta darse un viaje familiar fuera del país (en el caso de haber trabajado un mínimo de 25 años). Hoy en día, en 2018, el trabajador que se jubila apenas recibe un monto que le cubre el costo del taxi ida y vuelta hasta la universidad para retirar el cheque (cálculos hasta agosto de este año). Es decir, nada. Las prestaciones sociales se volvieron nada. Fueron confiscadas por el Estado venezolano, con el aval traidor de los dirigentes sindicales de la FTUV. Es fácil imaginar el tamaño del "ahorro" que ha hecho el estado, al confiscar las antigüedades de sus trabajadores. De tener que pagar el equivalente a centenares de apartamentos, casas, vehículos, electrodomésticos, a los trabajadores que anualmente se jubilaban, ahora simplemente les paga la carrerita para que vayan a retirar un cheque que no vale nada.
- Por última característica resaltante, las contrataciones CCU hicieron todo un esfuerzo por "aplanar" las tablas salariales de los universitarios, según palabras de los propios dirigentes de la FTUV. Partiendo de premisas absurdas que se presentan como "principios socialistas" (falso de toda falsedad, nada tiene que ver con el socialismo el desconocer salarialmente a los trabajadores calificados), han buscado acabar con "la odiosa distinción entre docentes, administrativos y obreros" en términos salariales, aunque las funciones de cada sector sigan siendo básicamente las mismas y los requisitos para ser obrero, empleado administrativo o docente sigan siendo los contemplados en las leyes y normas internas. De esta forma, el gobierno de Maduro en complicidad con la FTUV se han lanzado a la tarea de destruir a la universidad como institución creadora y trasmisora de conocimiento científico, tecnológico y valores culturales. Al desconocer el "trabajo acumulado" que se condensa en un docente que posee un título de licenciado, una maestría y un doctorado, que ha trabajado cinco, diez, quince y más años como docente, investigador y extensionista, que ha presentado cuatro trabajos de ascenso consistentes en investigaciones defendidas ante jurados calificados, que ha publicado decenas de trabajos científicos, dirigido cátedras, seminarios, diplomados, cursos, equipos de investigación y tutoreado tesis de pre y postgrado, y pretender equipararlo salarialmente al obrero que sin mayor calificación técnica ni profesional ingresa como nuevo personal a la institución, el gobierno y la FTUV están simplemente MATANDO A LA UNIVERSIDAD[i].
A este escenario de la Contrataciones Universitarias (CCU) impuesto por la fuerza del Estado en los últimos años, se agrega la nueva situación presentada a partir de la reconversión monetaria y la tabla salarial "aplanada" que aprobó unilateralmente el Ministerio de Educación Universitaria y que ha sido respaldada por una fracción de la FTUV, pero rechazada unánimemente por todas las representaciones federativas y sindicales del mundo universitario venezolano. Estas tablas "aplanadas" las hemos cuestionado en el documento "Trabajadores exigen respeto a los derechos laborales de los universitarios" (https://www.aporrea.org/trabajadores/n331817.html).
Ante esta protesta unánime de los trabajadores universitarios por la nueva arremetida antilaboral del gobierno de Maduro, la fracción más gobiernera de la FTUV insiste en hablar de "esfuerzos divisionistas que fomenta la derecha", asumiendo que los "verdaderos intereses de clase" los deciden y aprueban ellos, y que en este caso pasa por avalar toda la política antilaboral y neoliberal que el gobierno madurista ha ejecutado por años contra los trabajadores venezolanos.
No contentos con estas ofensas de acusar como políticas de "derecha" la defensa de los intereses de los trabajadores, la FTUV gobiernera aprueba "la aplicación rigurosa de las medidas de sanción estatutaria" que serán dirigidas se supone contra la otra fracción de la FTUV que ha "osado" criticar y no avalar (hasta ahora) ese barbarismo de aplanar las tablas salariales de los universitarios (problema que afecta a todos los trabajadores de la administración pública). Es decir, van a botar de la FTUV a los cuarenta y tantos sindicatos universitarios que se han rebelado y firmaron la carta crítica dirigida al ministro Roa. "Democracia socialista" en acción, lo que en realidad es FASCISMO DE PENSAMIENTO ÚNICO.
Es la misma conducta fascista de pensamiento único que se aplicó en su momento para botar de la UBV a Manuel Sutherland y botar de la Universidad Indígena a Esteban Emilio Mosonyi, Edgardo Lander y Santiago Arconada, todos ellos connotados académicos de izquierda revolucionaria y con una larga trayectoria en el acompañamiento de las luchas populares. Despidos ante los cuales el sindicalismo patronal de la FTUV no dijo absolutamente nada.
Finalmente, no está de más recordar que los trabajadores universitarios que venimos cuestionando la antipolítica universitaria del madurismo somos precisamente los mismos que hemos mantenido por décadas un trabajo constante y comprometido con los movimientos sociales, una perspectiva académica crítica ante los modelos neoliberales que han venido predominando en las universidades venezolanas y latinoamericanas (y que se expresan en múltiples aspectos de la vida cotidiana universitaria). Por ejemplo en LUZ, sin negar los aportes de otros investigadores, nos ubicamos como principales exponentes de una perspectiva marxista y latinoamericanista (Nuestramericana) que se ha manifestado en múltiples proyectos ejecutados en investigación, docencia y extensión, incluyendo numerosos seminarios sobre Marxismo y su vigencia en el contexto global dictados tanto a estudiantes de pregrado y público en general como en el doctorado de la UBV, como también los 16 diplomados ejecutados en Consejos Comunales y en Formación Sindical-Consejos de Trabajadores.
Nuestro compromiso con la transformación revolucionaria de la sociedad venezolana no es una cuestión de palabrerío fofo y sin sentido como el que desarrollan los sindicaleros maduristas, y se distancia igualmente del teoricismo pseudo-marxista que sobre la base de clichés y con una formación teórica que no trasciende los libros de Rius para principiantes, pulula en boca de no pocos connotados líderes universitarios maduristas que quieren hacer pasar su perspectiva fascista neo-estalinista como si se correspondieran con una supuesta "línea justa revolucionaria".
La cuestión de la transformación de las universidades venezolanas, el combate contra la derecha pitiyanki que hoy dirige las autónomas, y contra la burocracia estalinista de pensamiento único que dirige las instituciones controladas por el gobierno, es un problema que se resuelve dentro de las aulas de clase, en los laboratorios, en las bibliotecas, en los proyectos de investigación y extensión, vinculados estrechamente con las organizaciones de trabajadores, obreros, campesinos, indígenas y espacios comunitarios populares. No en los medios hablando paja como hacen los dirigentes de la FTUV y las autoridades del MPPEUCT, que parece que nunca han dado una hora de clase, nunca han ejecutado ningún proyecto de investigación y de extensión, nunca han publicado obras científicas de relevancia académica y nunca "se han puesto la camisa al codo y hundido las manos en la masa" como propone José Martí en Nuestra América.
Siguiendo a Martí, ni el libro europeo ni el libro yanqui, dan la clave del enigma de Nuestra América (y nosotros agregamos: ni el libro chino ni el ruso tampoco). ¡Crear es la palabra clave de esta generación ¡ Eso es lo que se debe hacer en las universidades. Crear un nuevo conocimiento científico y un nuevo desarrollo cultural que empuje decididamente a un cambio social radical. Lo que nunca podrá lograrse en un marco de represión fascista aplicada tanto por el estado como por las organizaciones pseudo-sindicales a su servicio.
El hundimiento de la educación universitaria, manifestado en el actual colapso que recorre todas las instituciones, ya lo hemos caracterizado en reciente documento (Profesores universitarios llaman a enfrentar el colapso universitario. https://www.aporrea.org/educacion/n326651.html). Contra este colapso universitario debemos actuar de inmediato. Ese es nuestro compromiso. El hundimiento de las universidades, obra del gobierno madurista, es un acto de traición a la patria y no se puede seguir aceptando.
Maracaibo. Tierra del Sol Amada. 28 de septiembre de 2018.
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[i] Por cierto, los pseudosocialistas de la FTUV nunca han propuesto acabar con la odiosa distinción entre generales y soldados, y en función de ello, proceder a aplanar las tablas salariales de la fuerza armada bolivariana. Clara demostración de su carácter farsesco, que encubre una propuesta fascista con la cual se doblega a la fuerza de trabajo calificada para colocarla a nivel de esclavitud asalariada. Sometida en términos de seguridad nacional por una fuerza armada que si disfruta ampliamente del "salario social" que nuca hemos visto los universitarios, pero que el Estado reparte a manos llenas entre la alta oficialidad a través de viviendas, vehículos, electrodomésticos y otras prebendas.