La derecha, nunca puede ocultar la bestialidad que corre por su sangre… así reviró, horrible, doña Cecilia Arocha…

 

  1. La derecha siempre se considera clase aparte, y algunos ignorantes de lenguas trenzas, tienen que llevarse grandes chascos para así poderlo comprobar. Y todo el problema es que esta doña, Cecilia Arocha, después de haber gozado de lo bueno y de lo caro, no quiere entregar el coroto, se aferra con locura a él, y está decidida a entregarlo, sólo cuando a ella le dé su real y magnánima gana. Así lo gritó en plena sagrada sala del Rectorado de la UCV, destemplada, histérica, prepotente, amargada y vulgar: "-Yo me voy cuando me dé la gana, no cuando me lo pidan. Punto…".
  2. ¡Ah!, pero esta doña, como todas las que creen pertenecer a la high society caraqueña, siempre llevan encaletada entre su jeta, una ganzúa de filosos procederes, arremolinadas entre esa maraña de desquicios leguleyéricos que saben manejar como si fuese un florete. La doña Cecilia no podía aceptar que por un mallugamiento de papeletas "electoreras", de sus congéneres ucevistas, la vayan a sacar de su ínclito trono, el cual cree merecer por su profunda calidad democrática y principalmente por sangre de elevado pedigrí académico.
  3. Doña Cecilia no puede aceptar, así como no lo podría aceptar el rey Felipe VI de España o Carlos III del Reino Unido, que unos palurdos ignorantes, unos bastardos hediondos a chavismo, le vengan a mover el piso de su magnánimo mando. ¿Hacerle eso a ella? ¿A la Juana de Arcos que humilló y pulverizó como le dio su gana a todas las alimañas comunistas que tenían su guarida en el Alma más Master de cuantas ha parido este universo? ¡Ella, quien con toda su jeta, apoyó sin cortapisas al más Interino de todos los Intrauterinos! Requerida su sabiondez por todas las luminosas mentes de Primero Justicia, de Vente Venezuela o Voluntad Popular, esos seres profundamente democráticos, antipolarizantes, cívicamente civiles (de toda civilidad); ¡autónomos por antonomasia, libérrimamente libres de toda liberalidad! "¡No nos vengan a joder ustedes, queridos idólatras de extravagantes malandros rojos! ¡Ella de que se queda se queda, y los demás que se vayan a hacer gárgaras, bien lejos al CAR…!" ¿Qué se creen ustedes, desarrapados y muertos de hambre, acaso?
  4. Cojan, pues, los que odian al gobierno, a ese esperpento típico de la derecha. Así son todos y todas, uno tras otro, copia de lo más burda vulgaridad. En las narices de todo el mundo se burlan ellas y ellos del pueblo, y desprecian lo que más dicen exigirle al gobierno: transparencia, elecciones limpias y libres, con veedores de la comunidad internacional, de la crema de la crema de los más sagrado y pulcro de Occidente.
  5. ¡No contenta con ser la reina de los más bárbaros procederes, por más de catorce años, pretende seguir, a fuerza de trácalas y artimañas, eternizándose en su Rectorado!
  6. Lo cierto es que seguramente logra lo que está buscando, seguir atornillada al gozo del poder, a los reconocimientos y pleitesías, a los jugosos viáticos y a los bienes que le prodigan las secretas cajas chicas, crípticas y encaletadas. Y sobre todo, seguir recibiendo en su protervo antro de ladrones, a gentuza como Juan Guaidó, a embajadores de la asquerosa Unión Europea. Seguir siendo respetada como el sumun de la sabiduría, así, tal cual como funcionan todas las demás protervas universidades autónomas: UC, LUZ, ULA, UDO.
  7. Finalmente, a ti Belmonte, el de los bemoles sin nombre, no te sale sino coger para el monte.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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