Venezuela: Golpe de Estado (No es por el petróleo)

El golpe de estado en Venezuela aun está evolucionando y cada día que pasa sin una acción fuerte por parte del gobierno se sigue consolidando hacia su éxito final; es como un rio de lava que va avanzando lentamente desde la falda del volcán hacia el pueblo, si no se le pone un muro de contención a tiempo llegará al pueblo y lo incendiará completamente hasta hacerlo cenizas.

Éste no es el golpe de estado que conocemos históricamente hablando, con militares alzados y una mini guerra, o con manos blancas, o con grandes marchas, o con francotiradores apostados para matar marchantes; no, este es un golpe de estado inusual y extraordinario, dirigido en persona por el presidente Donald Trump de los Estados Unidos.

Cómo todo golpe de estado, exitoso o no, éste también cayó por sorpresa, lo cual le da la ventaja inicial de la que aún el gobierno venezolano no se ha repuesto; nadie se imaginó que aquel 23 de enero se desarrollaría el plan de Trump y el muchacho elegido tendría los cojones yla locura suficiente para llevarlo a cabo.

Ante el desarrollo de esa acción, el gobierno se paralizó y permitió el avance, obviamente que alguna estrategia deben tener, pero si es cómo la que están usando para detener el ataque de la guerra económica, esto está perdido completamente.

Cada día mas países se le suman a los gringos; esa es su especialidad y, cómo ya sabemos, esa unión no es de gratis: se están repartiendo a Venezuela. Trump, que se autoproclamó presidente de nuestro país, lo estas repartiendo a sus aliados bajo la aprobación del diputado a la AN Juan Guaidó, a quien el emperador del norte nombró gobernador de su nueva adquisición; como en los tiempos pasados de la colonia: un emperador se anexa a un país lo toma como su colonia bajo la amenaza de las armas y nombra un gobernador de entre sus propios ciudadanos.

El gobierno legitimo de la República Bolivariana de Venezuela, está bajo la dirección de Nicolás Maduro Moros, gústele a quien le guste (el que no votó, no voto, punto) pero está permitiendo el cisma de que países del mundo acepten que aquí hay otro presidente nombrado por los Estados Unidos, sin tomar acciones contra esos países, ni contra el susodicho "presidente impuesto".

No hay ningún cisma en la historia de la humanidad que se haya resuelto sin guerra, ni uno solo y aquí hay un cisma ya casi que oficialmente declarado; por una parte el presidente constitucional quien maneja todo a nivel interno y por otra parte el impuesto que es reconocido en una buena parte del mundo exterior y por una buena parte de la población de país; El constitucional con las armas de la república y su ejército, y el otro con las armas del impero del norte y su ejército.

¿Cómo llegamos hasta aquí? ¿Por qué? ¿Por petróleo?, no definitivamente por petróleo no es, aunque por supuesto es parte del por qué; pero a Estados Unidos le sale más barato y menos traumático comprarnos todo lo que tenemos a tomar al país por asalto para quedarse con los pozos de oro negro; para eso tienen una maquinaria que produce billetes de lino sin ningún tipo de control y lo pueden enviar al mundo por contenedores si eso quisieran o necesitaran.

Entonces ¿De qué se trata todo esto? Hay muchas cosas más en Venezuela, cosas que eclipsan el tener la mayor reserva de petróleo de la humanidad, esas cosas comienzan por nosotros mismos, Venezuela tiene venezolanos patriotas que están caminando hacia algo que ningún país sudamericano ha caminado: hacia la independencia del imperio del norte, que hasta ahora (desde que nos sacudimos al imperio español de encima) nos ha considerado su patio trasero, bajo la consigna de América para los americanos, siendo ellos los americanos y nosotros "América".

De ahí viene la reacción del imperio, estamos desconociendo su supremacía, eso no lo tolera ningún imperio y ha sido motivo de guerra desde siempre; por eso mataron a Hugo Chávez, pensando que hasta ahí llegaría el incendio que éste produjo en nuestras mentes hacia el despertar de una nación poderosa e independiente. Por eso, antes de nombrar al traidor Guaidó como gobernador de la provincia de Venezuela, el imperio se había asegurado que todos los gobiernos lacayos de la América del Sur se plegarían a la orden del emperador; unos por temor y la mayoría por tomar un pedacito del despojo que suelta el imperio para sus siervos.

Por otra parte, desde que los servicios de inteligencia detectaron que Venezuela podría en cualquier momento lanzar una moneda con respaldo real (petróleo, oro, diamantes, coltán, hierro, aluminio ect) tomó el toro por los cuernos y emitió un decreto declarando una emergencia nacional por ser Venezuela "una amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad nacional".

Lanzar el Petro fue un acto de enfrentamiento a la potencia, imperdonable para ellos y justificó los informes que tenían previos a ese suceso, hasta ahí van a permitir y hasta ahí permitieron. Sin más ni más Estados Unidos decidió aplacar la rebelión venezolana de una manera inusual y extraordinaria: simplemente nombró un presidente y obligó a sus aliados y a sus víctimas a que lo aceptaran, bajo amenaza, bajo chantaje y bajo lo de siempre, negocio.

No es poca cosa lo que Estados Unidos está repartiendo en Europa: la primera reserva de petróleo de la humanidad, la de gas, la de oro, la de coltan y pare de contar. Bajo la administración directa de Trump ellos tendrían los privilegios del mayor despojo jamás realizado (se queda chiquito ante el que hizo el imperio español desde 1492 hasta 1810).

Estamos en una peligrosa encrucijada, por una parte nuestra pobre Fuerza Armada Nacional (pobre en relación al imperio del norte) está afinando todo para inmolarse por la patria y morir con la botas puestas, bajo la premisa de que, al igual que en aquella gesta que vivimos, cualquier cosa puede suceder, así que la única pelea que se pierde es la que no se enfrenta; y por otro lado el ejercito del norte ya nos tiene cercados con Brasil y Colombia al sur y oeste y ellos mismos por el Mar Caribe.

No tenemos muchas esperanzas de éxito en una guerra así pero igual la pelearemos pues esa es nuestra naturaleza. Será una guerra cruel y cruenta donde los gringos se saciaran sus instintos vampirezcos al ver la matazón que se generará entre chavistas y opositores culpándose mutuamente del momento al que se llegó. Cuando termine el desastre, verán que ni del tal Guaidó ni de los lideres visibles de la oposición quedaron ni las cenizas, lo mismo para muchos dirigentes visibles del chavismo; entonces entrarán y pondrán lideres nuevos y la bandera de la barra y las estrellas hará sombra en toda la república. Ese es su plan.

Esta en nosotros evitarlo, está en nosotros el lograr que las aguas no lleguen al tenebroso rio al que nos llevan.

Al reconocer al cisma como algo real, llegó el momento de negociar, no podemos invisibilizar a la masa de opositores que apoyan a Guaidó esperanzados en que el diablo los va a salvar de lo que el mismo diablo ha generado. No podemos invisibilizarlos como ellos hacen con nosotros.

Ellos existen y son de verdad también, ellos están siendo empujados por el vampiro del norte, engañados con espejitos. Esa masa tiene una porción minoritaria resentida que nos odia, se sienten con derecho superior al gobierno; ayer oí a Guaidó decir para la televisión de España que ellos son el 90% del país y que la pequeñísima porción de venezolanos que sigue a Maduro es porque somos asesinos o hemos cometido delitos de robo y algunas fechoría; en esas circunstancias para el mundo exterior el chavismo como fuerza multitudinaria no existe, para ellos TODO el país tiene gorras blancas y piden a Maduro que se vaya. Aquí por el co9ntrario sabemos que no es así y que la oposición sigue siendo minoría.

Aun en estas duras circunstancias no todo se ha perdido aún nos queda una carta a usar en caso de extrema necesidad y esa sería la negociación de entre dos fuerzas, si llegase el caso de que ellos sigan creciendo como tal.

En esas circunstancias deberíamos negociar para quitarle al imperio la oportunidad de llevarnos a la destrucción total.

En ese caso el gobierno debería:

1.- Renovar la directiva del CNE donde la participación de TODAS las fuerzas políticas del país sea justa, proporcionar y representativa.

2.- Convocar a un plebiscito o referéndum preguntando al pueblo si quieren la renovación de todos los poderes de la República. (Lo hizo emparan, Lo hizo Bolívar: "Yo tengo pruebas irrefutables del tino del pueblo en las grandes resoluciones; y por eso siempre he preferido sus opiniones a las de los sabios")

3.- De ser positivo al voto para la realización de elecciones generales, convocarlas a la brevedad.

4.- Disolver la ANC (estamos viendo que están a la sombra de los acontecimientos sin ninguna utilidad en este momento, su misión de evitar la guerra civil que estuvimos a punto de vivir ya terminó con éxito; en esta escalada no tiene fuerza alguna)

La oposición debería:

1.- Desligarse del gobierno del imperio del norte y renunciar a la proclamación ilegal que el emperador Trump le dio al diputado Guaidó.

2.- Abortar el cisma y colocar a la AN a derecho, con Guaidó de presidente de su seno.

3.- Aceptar de manera firme, sin ninguna objeción el resultado del referéndum por anticipado, sea cual fuere.

4.- reconocer la autoridad del gobierno constitucional que dirige Nicolás Maduro Moros y trabajar en unión para el desarrollo perfecto de la consulta popular.

5.- renunciar a la guerra económica como forma de lucha política, donde quien sufre es el pueblo pobre.

Que gane quien más votos logré y se salve la patria de una guerra en la que nadie ganará nada y todos perderemos mucho.

 

 



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Oscar Jiménez


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