Para algunos el tiempo de la crítica o más bien de la tolerancia a la crítica les duró poco, ya han salido como cual jauría de focas alteradas a atacar aquellos que militantemente han hecho suya, y no de ahora, sino desde hace bastante tiempo la necesidad indiscutible de la crítica revolucionaria y clasista.
Tal es el caso de Raúl Bracho, al leerlo no veo más que el reflejo de esa política de censura sistematizada bajo los mismos argumentos ya gastados; Pero tras 14 años de: "estamos en elecciones", "enfoquémonos en lo realmente importante", "no sean contra revolucionarios". Etc. Me pregunto ¿es acaso casualidad este tipo de posturas?. Estoy seguro que no, y es a eso a lo que quiero llegar, más allá de creer que esto es una idea individual de este compañero, debemos percatarnos de varios elementos:
De la necesidad de la crítica revolucionaria y no de la autocrítica pequeño burguesa y burocrática.
la AUTOCRÍTICA, aunque algunos la han tomado como la critica necesaria dentro de la revolución, no lo es, este espejismo revela claramente la intención de cercenar el derecho y el deber de las bases militantes a alzar su voz DIRECCIONADA ante los problemas y las irregularidades dentro del proceso revolucionario. No mis camaradas, no nos creamos ese cuento de que tenemos que darnos golpes de pecho por los errores que según "TODOS" hemos cometido. Eso es lo que desean los burócratas, disfrazar SUS errores y masificarlos para hacerse los pendejos frente a su ineficiencia y poca respuesta a las exigencias del pueblo.
Tras el mandato de la autocrítica de darnos nuestros respectivos golpes de pecho individuales y como cual exorcismo y después de 3 padres nuestros seguir avanzando, se oculta el rechazo a la crítica revolucionaria por aquellos que prefieren verse en un espejo y autocriticarse. Prefieren ser ellos mismos quienes evalúen su gestión antes de que sea el pueblo quien los emplace. Tengamos cuidado con eso de la autocrítica, pues busca hacernos ver a TODOS los revolucionarios como los responsables por igual de los errores cometidos hasta ahora. Aquí quien tiene mayor responsabilidad son las direcciones, esa que tiene poder de decisión, que tiene poder político, grandes privilegios económicos y que lamentablemente esta consumida casi en su totalidad por la enfermedad de la burocracia con todo y su carácter de clase burguesa. Esa burocracia es la que ahora conscientemente de lo que hace, trata de mimetizarse como un todo dentro de este proceso.
Se debe aclarar para aquellos que andan banalizando el poder de la crítica y satanizándolo bajo argumentos de que como pueblo, no podemos hacer las veces de jueces morales; que no se trata de eso. Aunque bien podríamos hablar de su moral y la nuestra, se trata más bien de que la abismal separación existente entre la base y la dirección se acorte hasta que exista en la realidad una misma política y más allá del panfletarismo, un protagonismo del pueblo en la praxis.
Luego de 14 años y un 7 de octubre que le dejo un gran sabor de victoria a nuestro pueblo, no debemos permitir que nos roben de nuevo el momento de profundizar la revolución, llego la hora de salir de los que no sirven y avanzar hacia una verdadera transición al socialismo. Nuestra tarea no es una vez más dar un cheque en blanco a quienes dirigen este proceso, aunque ellos pretendan eso. Hagamos respetar nuestro derecho y nuestro deber no solo de la crítica revolucionaria, sino de nuestra necesidad histórica de avanzar como clase trabajadora y como pueblo organizado, a tener el poder de decidir y la responsabilidad de guiar este proceso hacia el socialismo. Aunque con nuestras propuestas y críticas al sonar, salgan las focas a chillar, seamos capaces de gritar Ni Burocracia Ni Capital, Socialismo y más revolución.
El autor es: Miembro de Marea Socialista