Nuestra revolución se ha venido consolidando a lo largo de estos 13 años. ¿Cómo ocultar que la sociedad Venezolana hoy, es más madura y consciente de su destino y porvenir? El pueblo sabe que las elecciones son una manera de participar y hacer valer sus derechos, aunque hasta ahora su protagonismo se ha limitado a asistir a elegir al candidato que considera ser el más indicado para que gobierne.
El resultado de las elecciones del domingo pasado, nos muestra un mapa político totalmente favorable a los cuadros de la revolución, sin embargo, también podríamos decir que la diferencia entre las dos opciones es corta, lo que significa que existe un alto porcentaje de la población que no comparte el proyecto que impulsa el comandante Hugo Chávez; una tendencia muy parecida a la ocurrida durante las elecciones Presidenciales, pero con el añadido de un aumento de la abstención.
Muchos analistas han considerado el fenómeno abstencionista como normal, debido a que no se trataba de una elección Presidencial, argumento que apoyaría la hipótesis de que al pueblo solo le importa tener un buen presidente. Y entonces, ¿qué sucede con los gobiernos locales? ¿Será que un buen presidente, podrá realizar una excelente gestión si en cada región encuentra piedras de tranca que impiden el avance de cada plan u objetivo a lograr? Pues sencillamente no es así. Y entonces si partimos de esta tesis, debemos aceptar y asumir que el pueblo aún no está formado ideológicamente para comprender y ver esta realidad.
La derrota aplastante que sufrió la oposición en 20 de los 23 estados que conforman nuestro país, no se debió a que el pueblo esté consciente de que la revolución es el único camino para alcanzar la mayor suma de felicidad posible. La victoria revolucionaria, o sea de los que salieron a votar, se debió a que confían fielmente en el comandante y le son leales a su mando. La otra razón, la malísima gestión que han desarrollado gobernadores que pertenecen a la oposición lo que produjo el llamado voto castigo, que también fue aplicado a algunos gobernadores de la revolución en contiendas pasadas.
Las gobernaciones que quedaron en manos de la oposición, no se debieron a la excelente gestión de sus mandatarios, pues estos estados muestran la desidia y la falta de gobierno. Nada funciona y todo lo justifican alegando que el gobierno nacional no les entrega los recursos a tiempo o incompletos, ¿quién podría creer tan grande estupidez? Pues muchos compatriotas hoy lo creen. Sin embargo era imposible perder en esos estados. Y entonces, ¿qué ocurrió?
En los casos de Lara y Amazonas, se trató de divisiones internas y descontento por la designación de los candidatos apartando a los liderazgos autóctonos.
El caso de Miranda fue realmente asombroso. ¿Cómo perder Miranda con todo lo que el gobierno nacional ha beneficiado a ese estado? Metro cable, Cable tren, Metro de Los Teques, unido al mejor candidato que posee el comandante, el camarada Elías Jaua, y ¿entonces?
En el artículo “La Ambigüedad de los Candidatos de la Revolución” se explicaba lo complejo de su candidatura. La victoria alcanzada en las elecciones Presidenciales en el estado Miranda, hizo creer al comando Carabobo que todo había salido excelente, obviando una reestructuración de sus integrantes. .Mas bien, todos fueron ratificados y felicitados. ¿A quién vamos a culpar; al pueblo por ser mal agradecido? Esto sería un argumento superficial y evasivo. Y, ¿por qué el pueblo piensa así? Sencillamente, el partido no ha hecho su trabajo de educación sociopolítica. El estado Miranda, tiene la particularidad de estar rodeado de una cantidad de espejismos del modelo capitalista: centros comerciales, grandes tiendas de comidas rápidas, unidos al bombardeo constante de las televisoras comerciales, y las cableras, que incitan a la población a anidar el sueño americano. La formación ideológica no se puede limitar al “Aló Presidente” o la “Hojilla”. La educación ideológica debe ser constante y profunda, unida al control y regulación de la publicidad difundida por los medios de comunicación que patrocina la llamada libre empresa.
El estado Miranda también es ingobernable: servicios públicos que no funcionan, calles deterioradas, la basura, la buhonería y el caos ocupan las calles de este estado, pero lo más cruel, es que gran parte de sus pobladores consideran que todo es normal; pareciese que se adaptaron a vivir sobre la basura y la delincuencia. Esto se debe a la enajenación y disociación de la cual han sido objeto.
A pesar de esta realidad, era imposible perder. Pero los sesudos analistas que forman parte del partido y pertenecen al comando Carabobo, volvieron a fallar en la campaña, unidos al equipo que asesoró al candidato, quien no logró conectarlo con las verdaderas bases del pueblo. El comando de campaña se apoyó en la llamada economía informal, olvidando que a este sector solo le importa vender, ¿qué vendedor informal podría apoyar a un candidato que le ofreció reubicarlo en espacios alejados de las estaciones del metro y de las aceras, que son los espacios donde han visto florecer sus negocios? Otro error, la alianza con los venezolanos naturalizados, obviando que la mayoría de ellos adversan al gobierno. Si los venezolanos no poseen conciencia de clase, o no están formados ideológicamente, ellos menos. Las misiones tuvieron una participación limitada, y les faltó lo más importante: el movimiento estudiantil y la clase obrera; hasta los testigos nuestros que trabajaron en los Centros Electorales, fueron escogidos por la gente del comando, truncando la participación verdadera del pueblo.
Mucho de ese pueblo que se abstuvo de votar, no se sintió tomado en cuenta, y muchos de los que fueron a votar, no sabían cómo hacerlo. Entonces nos preguntamos, ¿quiénes eran los llamados a explicar la forma de realizar su elección, y así evitar errores y minimizar los votos nulos? pues no existe otra respuesta, el CNE y el comando Carabobo, que claro, ya me imagino los análisis, eludiendo su responsabilidad.
Por otro lado, la mayoría de los coordinadores del comando, eran los concejales, quienes temían que Elías pudiese eliminar las alcaldías para crear el estado comunal, por lo que su labor fue de frenar las visitas casa por casa y así evitar la conexión con el pueblo.
La derrota de Elías en Miranda, solo se puede deber a los seudodirigentes que lo rodearon. Algo semejante a lo que ocurrió con Jesse Chacón en el municipio Sucre. No se puede seguir argumentando que se trata de un estado escuálido y por eso no se triunfa; el pueblo responde, pero debe ser tomado en cuenta.
Los cuadros revolucionarios del estado Miranda, deben tener la capacidad de revisar las estructuras del partido, cambiar a quienes haya que cambiar y aperturar la entrada del pueblo que hoy se siente excluido y apartado. Esta es la razón de que haya aumentado el apoyo a otros partidos aliados,
Las instituciones han otorgado infinidad de beneficios a los habitantes de este estado pero no les ha dado formación socio-política.
El estado Miranda cuenta con muchísimos profesionales, dispuestos a trabajar para consolidar este proceso, pero debemos captarlos en las aldeas universitarias, en los barrios, y en las calles, Más por su trabajo, capacidad y ejemplo moral, que por su discurso revolucionario. Debemos dirigir la mirada al pueblo, que es quien aun sigue necesitando, la clase media siempre estará dispuesta a venderse al mejor postor, ya lo dijo el libertador: “Creo más en el saber del pueblo que en la sabiduría de los sabios”
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