El triunfo electoral del Presidente Chávez el 7 de octubre 2012, demostró que la mayoría del pueblo es chavista, y dos meses después, ante el hecho sobrevenido, el Comandante expresó “Mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que (…) ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela”. Abogó por la continuidad del proceso revolucionario, sólo posible si la victoria se sella con Nicolás Maduro, civil, sindicalista, quien ha cumplido cargos de responsabilidad estratégica, que junto al máximo líder de la Revolución Bolivariana el comandante Chávez, desarrollaron esa compleja arquitectura geopolítica desde la Cancillería venezolana, para la unidad de América latina y El Caribe. Maduro, un dirigente gremial y político responsable, supo establecer relaciones con figuras y liderazgos del mundo entero, virtudes necesarias para quien aspira a la inmensa responsabilidad, de echarse sobre los hombros, la pesada carga de los destinos de la Patria Bolivariana. Es por lo tanto imperativo, que el triunfo de Nicolás Maduro, la victoria del líder probado, sea contundente, absoluta, plena.
Esta contienda requiere más que nunca, que el pueblo movilizado esté en la calle, debemos demostrarle al mundo, ratificarlo, que aquí, desde hace 14 años, manda el pueblo, que aquí todos somos Chávez y con Maduro el pueblo está seguro. Salgamos y volquémonos responsablemente a depositar los millones de votos en las urnas electorales, démosle un apoyo contundente y sellemos con el amor permanente, el juramento ante la Patria, ante el líder fundamental que contrastó la independencia definitiva de Venezuela, y el continuo cambio de las viejas estructuras, y la defensa de los logros vigentes en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El momento lo exige, en este suelo sagrado de nuestra América, bajo el cielo que cubre el compromiso frente al eterno líder, el Comandante Chávez, quien nos devolvió a Bolívar y su espada invicta en combates por la libertad, de lucha permanente por los ideales nacionales, la continuidad del proceso de cambios y transformaciones, que se han logrado gestar en la República Bolivariana de Venezuela. Procurando la mayor justicia social, la mayor suma de felicidad posible, es fundamental que continuemos ese legado y pongamos todas nuestras fuerzas para acompañar a Nicolás Maduro, cuando asuma las riendas de la gestión pública. Su liderazgo afectivo, eficiente y transparente, estará rodeado de los mejores cuadros de dirección que el momento demanda para la República Bolivariana de Venezuela; los cargos de dirección política y administrativa, tendrán el respaldo de los colectivos, desplegados en la ejecución del Plan de la Patria 2013-2019.
Continuaremos profundizando los logros del nuevo modelo de sociedad socialista, buscando los mayores niveles de conciencia y responsabilidad. Contrarrestaremos los males endémicos de la funesta herencia neoliberal, del modelo enquistado en el viejo estado de cosas, que la derecha obcecada y ruin, quiere, pretende seguir imponiendo, por mandato del imperialismo. Seguiremos enfrentando y neutralizando a sus medios, sus vicios y sus perversiones, no volverán. Son dos modelos antagónicos, las concepciones históricas, políticas, sociales, ideológicas de la decolonización, requiere de la firme y probada voluntad política, militar, económica y social, a tono con los nuevos tiempos, con el resurgir de la Patria en vías hacia el Socialista del siglo XXI. Para su concreción, para que se materialicen las expectativas de triunfo, ya disponemos de nuevos mecanismos e instituciones, y lo fundamental, la intención para el combate contra la ineficiencia, el burocratismo y demás perversiones capitalistas, que pretenden desviarnos del curso de las políticas públicas, de la cosa pública.
Todo será posible si mantenemos el rumbo firme, y al colocarle la banda presidencial en los hombros del conductor Nicolás Maduro, camarada probado en 14 años de gobierno revolucionario, por quien supo soldar los lazos de hermandad y las nuevas estructuras políticas, necesarias para cohesionar a la nación y demás factores, desde una eficiente labor revolucionaria, de un equipo de hombres y mujeres responsables, que siempre y en permanente unión al pueblo cívico militar, hemos encarnado todas las victorias.
Chávez vive la lucha sigue.
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