El Comandante Hugo Rafael Chávez Frías (Sabaneta de Barinas, 1954-Caracas, 2013) encontró progresivamente una resonancia poco vista antes en el pueblo venezolano. Y esa comunidad nacional también se sintió reconocida, respetada y atendida en un conjunto de políticas públicas del Gobierno Bolivariano, producto de la sensibilidad especial de su presidente; uno de nosotros, alguien que emergió del pueblo mismo.
Aquel que históricamente ha sido socialmente más vulnerable. Lástima que fuera tan incomprendido, inclusive por aquellos que estuvieron más cerca de él. Particularmente en su gestión de gobierno, no digo sus familiares, que eso es otra cosa. Sino del entorno de su equipo político. Los traicioneros, pues, de todas las edades, los oportunistas de todo pelaje que se le arrimaron al Gigante por interese crematísticos y relaciones de comensalismo y parasitismo, como se podría decir.
El Comandante se fue haciendo sí mismo, fue construyendo un liderazgo. Pero no solo él, ya que como afirma Paulo Freire en su Pedagogía del oprimido nadie se forma solo, sino que se fue haciendo junto al pueblo.
Y esto no es un cumplido sentimental sino una forma de comprensión de este líder como fenómeno social, en sentido de que parece haber en la historia de las sociedades humanas una tendencia que dice relación con que por imponderables de la historia en determinadas coyunturas, se dan sus propios gobernantes.
Se configuran líderes que aglutinan en torno a sí nuevos actores sociales. Juntos promueven los cambios rápidos, reestructuran las relaciones de poder, los mecanismos de control social y hasta tocan el plano de la cultura, no solo la economía y la política, aunque éstos sean los más notorios. Por eso se dice que toda revolución es cultural, y ello es lo que garantiza su permanencia en el tiempo.
¿Son entonces, como dice un amigo mío, que en su juventud era comunista y ahora es de la más recalcitrante derecha, que 14 años de la Revolución Bolivariana o 15, son muchos ya y no se le ha visto el queso a la tostada? ¿Frente a las dificultades presentes, como esta de una economía inflacionaria e improductiva, inflacionaria y dependiente, descontento social entregar su conducción a los sectores tradicionales de Venezuela? ¿A un años de la muerte del Comandante Hugo Chávez no podrán sus herederos mantener su legado y tiene que pactar con tutiri mundachi? ¿Apenas resisten frente a las cuerdas?
A mí, particularmente, dice otro amigo mío en la Plaza de los libreros de Barquisimeto, que soy alguien no solo oscuro por mi color de piel sino un ciudadano de a pié, como gustaba decir el historiador Federico Brito Figueroa para referirse al pueblo llano, ese que siguió al Comandante Chávez a pié juntillas, porque confiaba en sus intuiciones, que me perdonen, pero no me gustan las reunioncitas con toda esa punta de golpistas, ¿tan mal estamos que requerimos establecer esos consensos?
Sigue, él mismo se da contestación, parece que sí. Sobre todo en la economía. Y no solo porque lo haya dicho Jorge Roig y Egugenio Mendoza hijo haya hecho esa declaración de amor a la patria, manifestándose casi como el único empresario que no cree en eso que dan en llamar riesgo país que ahora se abate sobre Venezuela, sino todos, incluso los ministros impulsan un nuevo modelo económico. ¿Fue un error entonces todas aquellas expropiaciones, ocupaciones y demás amenazas que auspiciara el querido Comandante Hugo Chávez?
Los cambios rápidos producen metafóricamente un sacudimiento en la sociedad, trato de decirle, tienen amplias reacciones en su contra, sus líderes son incomprendidos; y uno de los principales problemas que tenemos en Venezuela actualmente es que la vida no le alcanzó a Chávez, Dios sabrá por qué, como él mismo lo dijo, para ver consolidado el proceso que iniciara, donde la historia enseña que supone dos o tres generaciones posteriores. Así que, junto a llorar a Chávez a un año su partida a otro plano, tendríamos que acompañar al camarada Presidente Nicolás Maduro, claro no como ministros y burócratas, que semejantes dilemas no llegarán a nosotros sino desde nuestra cotidianidad.
Decirle también a los camaradas que están en tan elevados puestos, me interrumpe el amigo otra vez, que tengan mucho guillo con esa reunioncitas y acuerdos, ya que esas genes son de los que tiran la piedra y esconden la mano… Nada de pactos, como uno que se llama de Nueva York y el más famoso: el de la Quinta Punto Fijo, por cierto, ¿cómo harán Evo Morales en Bolivia y Rafael Corra en Ecuador para mantener e estos años una economía más sana que la venezolana?
Responder la pregunta sobre la economía es un asunto a enfrentar a un año sin Chávez, la otra tiene que ver con el aspecto cultural, el desarrollo de un nuevo ethos fundante del relaciomiento social en Venezuela y una nueva ciudadanía, una materia que quien esto escribe impartía en Misión Sucre, establecer pactos para la convivencialidad; que por cierto, con todas estas guarimbas parece que ha quedado al descubierto que, como dice Francis, la gente bien y de clase media, no aprendió nada de sus clases de Moral y Cívica o Educación Familiar y Ciudadana, Etica Profesional y las lecturas de don Fernando Savater con Etica para Amador….
A, pero no solo el cuadro anterior alude a la oposición, aunque a las pruebas uno se puede remitir sino que en el chavismo necesitamos mucha más moral y cívica, moral y luces siguen siendo nuestras primeras necesidades, Chávez lo sabía y trabajó en esa área denodadamente, entregó su vida a esa tarea. Pero como dice una canción nadie piense que se ha ido, se ha desparramado en la brisa….
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