Oswaldo Álvarez Paz: el padre de la constituyente, pero el amigo equivocado

Con el más sincero respeto hoy nos vemos en la imperiosa necesidad de darle repuesta, en esta nueva entrega, a la información de prensa que ofreció el dirigente de Copei, Oswaldo Álvarez Paz, a quien no solo admiramos por su larga trayectoria política, sino también porque lo estimamos de verdad, y porque reconocemos de manera pública y sincera que gracias a su apoyo, cuando era gobernador del Zulia, pudimos recuperar nuestra salud por intermedio de una intervención quirúrgica de columna que gracias a su gestión hizo posible que en el Hogar Clínica San Rafael nos pusieran de nuevo activos.

Hago esta observación, primeramente, porque en mi caso no se podrá decir en un futuro inmediato que de desagradecidos está lleno el mundo. Reconozco, con la frente muy en alto, que fui uno de los periodistas del ex gobernador del Zulia, cuando en esa época, el comandante Francisco Arias Cárdenas lo apresó, en la Residencia Oficial, aquella madrugada del famoso 4F, que dio pie para que surgiera poco tiempo después y con fuerza el comandante Hugo Chávez Frías y junto a él la revolución.

De la esposa de Oswaldo, María Eugenia Rodríguez de Álvarez, "La Cuchi" para los amigos, y "La dama de la Laguna", para los habitantes de Sinamaica, también nos retrotraen agradables recuerdos, más cuando fue ella de la idea, junto a este suscrito, de llevarle electricidad y agua potable a la etnia zuliana que habita en tan paradisiaco lugar, en el preciso momento cuando en su condición de primera dama dirigía en ese entonces, desde la Fundación del Niño, todos los programas sociales en el Zulia, lo que hizo que Álvarez Paz repitiera en la gobernación.

Ya ante la gravedad de la situación que padecía el país bajo el gobierno de Rafael Caldera, cuando se declararon en quiebra todos los bancos, por igual nunca olvidamos que fue precisamente Oswaldo el primer político en todo el país en plantear que la única manera de apaciguar los ánimos y la crisis que azotaba a Venezuela era convocando a una constituyente. De allí que los entendidos le reconocen al líder copeyano esta propuesta, que posteriormente promulgó o copió el propio comandante Chávez.

Los discursos de Oswaldo siempre calaron en la sociedad zuliana. Es innegable que uno de las "delfines" de Rafael Caldera, (el otro fue "El Tigre" Eduardo Fernández) manejaba no solo muy bien el discurso, sino también las ideas socialistas, sobre todos aquellas que tenían como meta darle mejores niveles de vida a los más necesitados. Esto hizo, en nuestro caso, que nos sintiéramos a gusto trabajando al lado de Oswaldo, bajo la dirección del colega y amigo periodista, además de escritor, Oscar Silva.

El tiempo pasó. Fue en ese entonces cuando se produjo, por primera vez, a través de un proceso abierto, limpio, y democrático, que Copei escogiera a través del voto libre y secreto, con "El Tigre" como Secretario General, al candidato presidencial que representaría a la tolda verde. Oswaldo, desde luego, alentado por un buen puñado de dirigentes y empresarios de todo el país, asomó su nombre, pero fue en ese momento cuando el ex presidente Caldera dijo aquella afamada frase que él no se mediría en ese sainete, para luego darle paso a la creación del partido Convergencia.

Oswaldo, en ese entonces, ya estaba "montado", como se dice en criollo, en el burro. No le quedaba de otra sino arrearlo, sin embargo en diálogo privado con su equipo de periodistas de confianza dejó correr el comentario que el gran escollo a vencer era precisamente Caldera, aun cuando él, de manera personal, lo había invitado antes, en la propia Quinta "Punto Fijo", a medirse abiertamente, no sin antes ofrecerle su apoyo incondicional y sincero y la votación del Zulia.

Ninguno de los planteamientos que se le hicieron a Caldera en esa oportunidad tuvo eco. El ex presidente una vez más demostró que el único que tenía derecho a ser candidato de Copei era él, como en efecto ocurrió por varias décadas, y ahora como veía que Oswaldo estaba a punto de ganar la contienda interna prefirió separarse del partido, el partido que él mismo fundó, pero el mismo partido que estuvo también a punto de enterrar, para salir luego con su candidatura.

El resto de la historia es archiconocida por todos los venezolanos. Caldera organizó a Convergencia y ganó de nuevo la presidencia de la República, pero el tiempo no perdona, su avanzada edad hizo que fueran sus hijos los que gobernaran y dejaran al país en un calamitoso y profundo desastre.

La crisis que vivió la nación, a partir de ese momento, hizo que llegará poco tiempo después Carlos Andrés Pérez, como inquilino de Miraflores, pero los males se recrudecieron bajo el gobierno de AD, que dio paso, más adelante, al estallido social de Caracas, y posteriormente al 4F, producto de las recetas impuestas por el FMI.

Oswaldo después de todas esas circunstancias se apartó, si no del todo, si largo tiempo de la política…una vez que ganó el comandante Chávez lo vimos reaparecer, con cierta fuerza, pero después lo vimos apoyando acciones desmedidas en contra del gobierno revolucionario, al extremo que fue detenido, mucho tiempo después, supuestamente por incitar al golpe.

Lo que no entiendo de la conducta de Oswaldo, hoy en día, es que salga apoyando las triquiñuelas del diputado de Voluntad Popular (VP) Juan Guaidó, a quien se atreve llamar presidente interino. Eso hace que nos de tristeza, pues la inteligencia y el talante del Oswaldo, que yo conocí en el pasado, allá en mi Zulia querido, no estaba dispuesto ni mucho menos preparado para apoyar semejantes actos inconstitucionales.

Hoy, sin que se vea que deseo atacar a ese gran líder venezolano, repito, a quien estimo mucho y respeto, me veo en la necesidad de analizar su última información de prensa, que es el motivo real de esta nueva entrega.

Según Oswaldo "existe una incertidumbre creciente en la población", por cuanto es poco lo que se conoce de los temas que se discuten en Barbados. Según el reconocido líder hay que evitar que esa incertidumbre se transforme en frustración o desesperanza, para luego decir que el rechazo en contra de quienes dirigen el país crece y que el 90 por ciento desea cambio. Agrega además que no es aceptable una convivencia con Nicolás Maduro.

Mi primera repuesta a esta información de Oswaldo me inclina a rechazar lo que plantea, pues a solo un año de ser reelecto de manera contundente, la gran mayoría de los venezolanos desean que el Presidente Maduro complete, como debe ser, su período constitucional.

Cierto si es lo que plantea Oswaldo que la mayoría del país quiere un cambio, pero ese cambio no significa que el chavismo debe agarrar sus maletas para irse. Lo que desean la mayoría de las familias venezolanas es que la oposición deje a un lado el entraba miento al gobierno, que permita la gobernabilidad y sobre todo que se deje a un lado los diabólicos llamados a que se nos sigan aplicando mayores sanciones y menos que se produzca en perjuicio del país una invasión armada. La mayoría del país quiere, además, que cesen las acciones o intentos golpistas, que nada bueno le profesan o deparan a la nación.

Oswaldo, más adelante, deja entrever que "el ciudadano común (yo dirigía que un reducido grupo de opositores) desean que cese la usurpación, como si Guaidó hubiese sido electo por la mayoría de los venezolanos.

Apoyar semejante planteamiento nos parece inverosímil a sabiendas de quien lo plantea. No obstante Oswaldo utiliza una acción que no es descabellada, como es aquella que llama a todos los sectores de la sociedad a las tareas de la reconstrucción democrática, pero yo diría más bien a la de todo el país, porque precisamente los desmanes que se vienen dando desde el seno de la ultraderecha se deben precisamente al exceso democrático en que se ha incurrido en la nación.

En otro punto el gran Oswaldo plantea que es necesario convocar a un nuevo proceso electoral, que permita elegir la figura del Presidente. Claro está lo hace en virtud de que la oposición no ha podido llegar por la vía expedita de nuevo a Miraflores, como si todo se tratara de complacer a quienes quieren llegar de nuevo al poder, y por lo visto a la fuerza.

¿Qué repuesta le tiene mi estimado amigo a los millones de venezolanos que apostaron por la reelección del Presidente Maduro?.

Pregunto: sus decisiones no valen, deben quedar en el pasado solo por el capricho de cinco o diez que copian la receta impuesta desde el imperio?

Oswaldo más adelante plantea también la posibilidad de convocar un plebiscito o referéndum para preguntarle directamente al pueblo sobre su visión presente y con relación al futuro inmediato.

Sobre este particular, insistimos, el pueblo solo quiere paz, oportunidades, tranquilidad, sosiego, trabajo y sobre todo que cese el injerencismo. El país en pleno probó con Chávez, primeramente, las mieles de la revolución, con Maduro ha tenido que sortear los descarados ataques que se han fraguado desde el imperio en contra de la nación. De allí parte la "terquedad" de la mayoría de los venezolanos de seguir apoyando a la revolución.

Oswaldo, más adelante alienta la iniciativa de la Alianza Nacional Constituyente Originaria (ANCO), la cual viene haciendo los referidos planteamientos con fuerza. Según deja entrever el líder copeyano, la misma se fundamenta en varios artículos de la Constitución vigente, sobre todo en su Artículo 5°, según el cual la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce mediante el sufragio.

En este último punto de las declaraciones de Oswaldo debemos detenernos. ¿Cómo es que el Artículo 5°, según el cual la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce mediante el sufragio, sirva para convocar un nuevo proceso electoral a destiempo y fuera del marco legal, y no sirva para convalidar el proceso electoral cuando resultó reelecto el presidente Maduro?

Subrepticiamente vemos entonces que Oswaldo apela a los postulados ciertos de la Constitución para apoyar un nuevo proceso electoral, pero desconoce, así como si nada, el pasado proceso que eligió de manera legal de nuevo a Maduro como presidente.

A nuestro entender la vía de convocar un nuevo proceso eleccionario solo descansa en la voluntad del Presidente de la República. Solo él, y nadie más que él, porque está en pleno ejercicio de su mandato, por demás legal, es quien puede o no convocar nuevas elecciones, a menos que así lo determine la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

Oswaldo finalmente afirma que la consulta deberá ser organizada al margen de las autoridades actuales por la estructura especial que a tal efecto construya la propia sociedad venezolana. Invita además a la discusión de la propuesta, pues considera que se trata de una enorme contribución para el desarrollo democrático de Venezuela en esta hora tan difícil.

Remata diciendo: "Tengo la seguridad de que tanto el sector militar como en la comunidad internacional se tendría una determinación clara y definitiva de lo que se necesita".

Debemos cerrar nuestra intervención diciendo que tal como Oswaldo plantea las cosas pareciera que desea bien para el país, y eso no lo dudamos, lo que pasa es que el planteamiento que hace el ex gobernador del Zulia tienden a complacer los caprichos de la oposición, que siempre se han salido del marco legal o constitucional.

Oswaldo igualmente afirma que aplicar ese nuevo esquema contribuye con el desarrollo democrático en el país, pero más bien sentimos que se estaría dejando a un lado la decisión que asumieron la mayoría de los venezolanos al elegir de nuevo al presidente Maduro y por el contrario se alentarían los caprichos de no más de veinte dirigentes de la oposición que se metieron entre ceja y ceja llegar al poder, cueste lo que cueste.

El líder copeyano también hace alusión a los militares y a la comunidad internacional que sabrían determinar lo que se necesita., ¿¿¿???

Sobre este último punto se nos viene a la mente el Grupo de Lima, que solo ha actuado desproporcionadamente y de manera injerencista en los asuntos internos de Venezuela, con el firme propósito de promover el golpe y defender, como descaradamente lo viene haciendo, los interés del imperio.

En cuanto a la Comunidad Económica Europea nos quita el ánimo de fijar también posición en torno de este grupo, que solo se desvive por criticar al gobierno venezolano, mientras en Europa, precisamente, la vida se hace cada día más precaria e insoportable para sus ciudadanos.

Yo de Oswaldo plantearía, sobre todo a la oposición, como lo viene haciendo Claudio Fermín y el propio Eduardo Fernández, que reconozca, en primer lugar, al presidente Maduro, en segundo lugar aceptar el diálogo y un tercer planteamiento sería evitar que en los asuntos internos de Venezuela se inmiscuyan otras naciones, como lo ha venido haciendo el imperio que dicta las pautas en detrimento de que se mantenga el gobierno legítimo que nos dimos los venezolanos. Por demás solo me resta saludar afectuosamente a Oswaldo, y desde luego a doña María Eugenia, a quien siempre le profesaremos cariño y el debido respeto.



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Italo Urdaneta

Periodista, historiador y profesor universitario

 italourdaneta@gmail.com

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