Como lo expresara Jacques Benigne Bosuett: "La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir". Lo sabemos, los "escuálidos", con sus más de 4 millones de votos querían, ¡y quieren!, entrar de nuevo, para dirigir el juego político, económico y social. Sacar a Chávez y "montarse" era, es, y seguirá siendo, su principal objetivo. Lo que no imaginábamos, es que dentro del propio movimiento de colectivos, de partidos y organizaciones, que apoyamos a Chávez, se generaría una angustia, un desasosiego y, hasta un malestar, cuando el Presidente Chávez señaló sin tapujos, con su particular manera de decir las cosas, cuando "huele" una posibilidad para avanzar, que a partir del 2007, habría un solo y ¿unido? Partido Político de la revolución venezolana, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Ya veremos que ocurre y cuál es el nombre que se adopta.
Lo que hay que resolver de inmediato es, si se dejan dentro del nuevo partido, en posiciones importantes, a líderes de los partidos y organizaciones que no quieren y no están dispuestos a sacrificar sus privilegios. ¿Cómo hacer para que asuman que su salida de la dirección del nuevo partido puede darle posibilidad a otros que quieren entrar? ¿Ustedes se imaginan un nuevo Partido de Unidad Socialista sin que participen en posiciones claves los que hasta hace poco ocupaban los cargos de dirección nacional, regional, municipal de los partidos? ¡No, hermanos! Sería una maldad. Aunque, ya muchos de ell@s tienen su responsabilidad bien definida en la Asamblea Nacional y deberían dedicarse exclusivamente a sus tareas legislativas ¡Para hacerlo bien! Sin embargo, es muy difícil, casi "inconcebible", que no apiren a tener dos y hasta más cargos, a pesar de que ahora sobran "voluntarios" y verdaderos revolucionarios para ocupar las direcciones nacionales, regionales, estatatales, municipales, parroquiales, comunales y hasta familiares, del nuevo PSUV, o como se decida llamar. Lamentablemente, muchas veces, nos comportamos como hacían los de la cuarta, esa que tanto criticamos. Pues bien, así como predije, casi en forma profética, y exacta, la diferencia de votos con la que ganaría Chávez, en el primer boletin del CNE, me atrevo a asegurar, que los líderes o responsables políticos de los partidos u organizaciones que han decidido o los que decidan disolver o eliminar sus partidos de origen, pondrán como condición, continuar jugando un papel estelar en la conducción del nuevo partido.
Ellos y ellas dirán, con toda razón: ¿para qué se milita en un partido político sino es para aspirar a posiciones de poder? Sobre todo si se hace en nombre del bien público y de las exigencias que reclama el momento histórico que vivimos. Si yo me visto para jugar beisbol y soy el pichert estrella ¿me van a poner a jugar banca o me van a sacar del juego? ¡No es justo! Tampoco es justo, ser cuarto bate, dueño del equipo y además, novio de la madrina ¿No les parece? La Democracia Participativa Protagónica y Co-responsable no pueden ser enunciados o letra muerta. Debemos dar el ejemplo y demostrar que de verdad es en serio la cosa. Llegó el tiempo de que aflore el verdadero carácter revolucionario y socialista que pregonamos. Llegó el tiempo de ser como el Ché, Jesucristo y Bolívar: auténticos y desprendidos. Llegó la hora de definir la dirección que tomará este proceso. Llegó el momento de demostrar que el discurso de "más poder para el pueblo" y de que el "pueblo es el verdadero gobernante", es sincero y transparente. El Presidente Chávez tiene la mayor responsabilidad en esta decisión y no la puede delegar. No pueden haber excusas, de ninguna índole. Se necesita ¡Todo el poder para el pueblo! Incluso, para aquellos que engañados y enajenados por los medios de comunicación y otros aparatos ideológicos, se dejaron convencer de que era verdad lo de la tarjeta Mi Negra y otras mentirillas. El pueblo salva al pueblo. Y el pueblo se ha venido organizando en UBEs, pelotones, escuadras, cooperativas, empresas de producción social, mesas de agua y de energía, como patrulleros o guardianes de la industria petrolera y en nuevas formas sindicales innovadoras, como UNT, o vienen participando en forma destacada en los CLPP y en los Consejos Comunales, o han asumido otras formas de organización como el Frente Cívico Militar, Clase Media en Positivo, Frente Francisco de Miranda o en muy diversas fenoestructuras políticas, culturales, deportivas, ambientalistas, religiosas e incluso militares, como los reservistas. Han demostrado que "el pueblo es sabio y valiente", que asume retos y los cumple. Llegó la hora de que el pueblo sencillo, humilde, los profesionales patriotas que defendieron, hasta con sus vidas, la industria petrolera; la gente de a pie, los obreros y trabajadores manuales e intelectuales del campo y de la ciudad, asuman la conducción política del nuevo PSUV. Incluyendo a revolucionarios que hoy están excluidos. Y para ellos, tienen que ser los cargos de mayor relevancia, para que se fogeen y aprendan, como lo hicieron quienes nunca habían asumido este reto ¡se les agradece! Esta es la gran oportunidad de "darle más poder al pueblo", no porque los anteriores no sean parte del pueblo, sino porque ya tuvieron su oportunidad. No puede negarseles que ocupen cargos de relevancia en el gobierno, en la Asamblea Nacional o en otras instancias de poder político ¡No! Sería injusto, pero, dejemos sólo a los mejores. Chávez sabrá quienes son. Y si algún partido, dejara de participar en el PSUV, porque prefiere mantener su independencia y renuncia a participar en el gobierno o en el nuevo partido ¡Felicitaciones! Llegó la hora de luchar por principios, con desprendimiento total, y asumir los riesgos de defender nuestros ideales. En el PSUV, debe acabarse con el predominio del oportunismo, la corrupción, la burocracia, el arribismo y la traición solapada. Eso sí, con equilibrio.