En este sentido, es oportuno
aclarar que sin desconocer el cúmulo de particularidades y de hechos
inéditos que caracterizan a nuestra Revolución Bolivariana, y aún
entendiendo que no es posible comparar el contexto y las circunstancias
en las que se originó la formación del socialismo cubano con las circunstancias
en las que se está gestando el venezolano, no por ello podemos negarnos
a revisar la experiencia de la revolución cubana liderada por su comandante
Fidel Castro a quien Ignacio Ramonet en su reciente obra: “Biografía
a dos voces”, considera el último “monstruo sagrado de la política
internacional” y tiene razón pues a Fidel le ha tocado luchar nada
más y nada menos contra diez presidentes estadounidenses ( Eisenhower,
Kennedy, Jonson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush padre, Clinton y
Bush hijo), y esta ardua experiencia y el combate que ha tenido que
librar Fidel y el pueblo cubano del cual ha salido consecutivamente
airoso, ha sido justamente gracias a la construcción de un Partido
Único, y tal realidad, sin animo de desconocer las distancias, tiene
mucho que ver con la experiencia o con el proyecto socialista que hoy
se desee construir en cualquier latitud geográfica, incluida , por
supuesto, Venezuela.
La razón de todo esto
es muy sencilla, pues el gobierno estadounidenses sea este de tendencia
Republicana o Demócrata en sinergia con sus aliados lacayos tendrán
como tarea en el plano internacional combatir cualquier modelo alterno
de sociedad al capitalismo y a la cosmovisión neoliberal y por ende
harán cualquier esfuerzo, sin escatimar las consecuencias, por mantener
intacto el sistema de valores que le son inherentes al proyecto hegemónico
estadounidense. El siglo XX lo demostró con sus guerras e invasiones
efectuadas a toda marcha, por un lado, por impedir el ascenso
del socialismo y por el otro, por el interés de apoderarse de los yacimientos
petroleros en los países productores. No obstante, luego de la caída
de los países socialistas del este, diseñaron nuevos argumentos y
otras figuras “justificativas”, tal es el caso del terrorismo
y el narcotráfico, como si antes no hubieses existidos estos
flagelos, pero en fin con ellas se sigue buscando, igualmente el control
de las fuentes energéticas y el aniquilamiento de cualquier régimen
político progresista. En esa honda precisamente se acaba de producir
la visita del Sr. Bush y su equipo de exterminadores por varios países
de nuestra América Latina. De manera que, en América Latina y particularmente
en Venezuela los revolucionarios tenemos que tener claro esa realidad
y por eso la necesidad impostergable de la unidad de todos los revolucionarios
para avanzar en esa dirección, por supuesto sobre un plano programático
e ideológico marxista, de lo contrario no podríamos hablar de socialismo
y por ende no resultaría fructífera nuestra lucha contra el capitalismo.
En relación con esto,
no hay que pasar por alto que la postura firme y ejemplar del pueblo
cubano contra los dictados del Consenso de Washington, y en fin todo
lo que ha sido su histórica oposición al imperio de EEUU ha contribuido
significativamente en el despertar de nuestra América, no es casual
que el Comandante Chávez a escasos 9 meses de haber salido de la cárcel
visitará en diciembre de 1994 al pueblo cubano, y que Fidel lo recibiera
con todos los honores con los que se recibe a un Jefe de Estado, pues
si algo tienen claro Fidel y Chávez es que en ninguna parte del mundo
existe una región como la América Latina cuyos países poseen una
cultura e historia muy similar y además sufren los mismos problemas
y tienen el mismo enemigo.
Hecha esta breve introducción pasemos a analizar la experiencia cubana, a fin de profundizar en la importancia del Partido Único de los revolucionarios en el desarrollo de una sociedad que aspire a la construcción del socialismo.
EL PARTIDO UNICO CUBANO Y SU FORMACIÓN.
El proceso de la formación
del Partido Único en Cuba o en todo caso del nuevo Partido Comunista
Cubano se gesta entre abril de 1961 y octubre de 1965, es decir, unos
años después del triunfo de la Revolución ocurrida el 01 de enero
de 1959, específicamente el 16 de abril de 1961, en víspera de la
invasión financiada y organizada por la CIA contra Girón, que es también
cuando se proclama el carácter socialista de la Revolución cubana.
Dos hechos son importantes mencionar en su formación, en primer lugar
que el Partido surge del proceso revolucionario que se desarrolla dentro
de la situación creada en Cuba con el Golpe a Batista en marzo de 1952,
y en segundo lugar de la unión de todas las fuerzas revolucionarias
que participaron en la lucha de liberación nacional. De allí que pudiéramos
señalar que entre 1959 y 1961 el gobierno revolucionario cubano se
inspira en un Programa nacional-liberador, democrático y popular, lo
cual se constituye, si se quiere, en el preámbulo de la etapa socialista
que se inicia con playa Girón.
Es importante destacar,
que durante la fase de lucha insurreccional cubana, pasando por el triunfo
de la revolución en enero de 1959 y hasta el 16 de abril de 1961, prácticamente
no existieron diferencias marcadas de ideologías, de principios, y
de programas entre Fidel y los principales dirigentes del Movimiento
26 de julio, de un lado, y el Partido Socialista Popular –antiguo
Partido Comunista de Cuba fundado en 1925- y los principales dirigentes
del Directorio 13 de Marzo. Sin embargo, eran tres organizaciones completamente
distintas, cada una de las cuales tenía su dirección, su táctica,
y su esfera de acción y por tanto concebían distintos métodos de
lucha, por ejemplo, el PSP evaluó en su momento como erróneo la lucha
armada y el mismo asalto al Cuartel Moncada liderado por Fidel. Pero
el hecho de que entre estas tres organizaciones no existieran diferencias
básicas en lo ideológico, facilitó su unión en un solo partido de
carácter marxista. Este partido que como ya indicáramos se forjó
el 16 de abril de 1961, tomó el nombre de Organizaciones Revolucionarias
Integradas (ORI). Sin embargo, el 24 de junio de 1961 se efectuó un
Pleno del Comité Central en el cual participaron también los
máximos dirigentes del Movimiento 26 de julio y del Directorio
13 de Marzo y se adoptó por unanimidad la decisión de trabajar en
la creación de un nuevo Partido con el nombre de Partido Unido de la
Revolución Socialista de Cuba (PURSC) y al unísono se acordó que
Fidel fuese su máximo líder.
Ahora bien, aún cuando
existía una sinergia y coincidencia ideológica entre las organizaciones
políticas afectas a la revolución cubana, se genera en el corto periodo
que va desde ese año de 1961 y hasta 1963, un proceso complejo, arduo
y de depuración para la creación de la nueva organización:
El Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) que finalmente
nace en mayo de 1963, una vez que las ORI pasan a llamarse definitivamente
PURSC. Hay que destacar que tal modificación organizacional no se trataba
de un simple cambio de nombre, por el contrario la nueva estructura
y en fin su composición suponen un cambio cualitativo que impacta positivamente
su calidad y el mismo era producto de un riguroso sistema para el ingreso
en sus filas –que no lo tenían las ORI-, de allí que el ingreso
al nuevo Partido se producía sobre la base de dos normas fundamentales,
una que consistía en consultar a los trabajadores en los
centros de trabajo a fin de conocer su opinión sobre lo que a
su juicio, podían ser considerado trabajadores ejemplares y elegirlos
como tales y en segundo lugar, también se podría lograr el ingreso
mediante la selección realizada por los organismos de base en función
de las personas que a su juicio tenían el merito suficientes para formar
parte del partido.
Hagamos un pequeño paréntesis
para señalar que hoy en día el acceso a las filas del Partido Comunista
Cubano (PCC) se realiza sobre la base de los principios de patriotismo,
antiimperialismo, y fidelidad al socialismo y el comunismo como vía
de alcanzar la igualdad plena de la sociedad. La edad mínima es a los
30 años, pero en casos excepcionales, y por méritos, pueden ser parte
de su filas jóvenes menores de 30 años que sean además militantes
de la Unión de Jóvenes Comunistas, lo cual implica lo que comúnmente
se conoce como la doble militancia.
Superada esta etapa y
lograda la unidad en el PURSC, posteriormente, a finales de septiembre
de 1965 Fidel, en su carácter de máximo líder de la organización,
informó de los acuerdos de la dirección Nacional del PURSC consistentes
en cambiar el nombre del Partido, constituir el Comité Central, el
Buró Político, el Secretariado, las Comisiones de Trabajo y fusionar
los dos periódicos del Partido en uno solo, dándole un nuevo nombre
al mismo. Es así, como El 02 de octubre de aquel año se celebró la
primera reunión del Comité Central del PURSC en la cual se adoptaron,
entre otras decisiones, que en lugar de los dos periódicos que se venían
editando, Hoy y Revolución, se concentraran los recursos
humanos y materiales en un solo órgano que llevaría el nombre de
Granma, el cual continua siendo hasta hoy el periódico oficial
del Partido Comunista de Cuba. El segundo de los 5 acuerdos de
aquel importantísimo Comité Central, tiene que ver con el nacimiento
de una nueva organización. En torno a esto es importante citar textualmente
lo que comentó Fidel sobre este periodo de unidad que se habían producido
en el año de 1961, como ya lo señaláramos, y particularmente sobre
la necesidad impostergable de construir ahora un tipo de organización
distinta, es decir, el Partido Comunista de Cuba:
«Primero fuimos ORI
en -los primeros pasos de la unión de las fuerzas revolucionarias,
con sus aspectos positivos y sus aspectos negativos; después fuimos
Partido Unido de la Revolución Socialista, que significó un progreso
extraordinario, un extraordinario avance en la creación de nuestro
aparato político. Esfuerzo de tres años en que, de la cantera inagotable del pueblo,
se extrajeron incontables valores surgidos de entre las filas de nuestros
trabajadores, para llegar a ser hoy lo que somos en cantidad, pero sobre
todo lo que somos en calidad. Pero Partido Unido de la Revolución Socialista
de Cuba dice mucho, pero no dice todo; y Partido Unido da todavía la
idea de algo que fue necesario unir, que recuerda todavía un poco los
orígenes de cada cual. Y como entendemos que ya hemos llegado al grado
tal en que de una vez por todas y para siempre ha de desaparecer todo
tipo de matiz y todo tipo de origen que distinga a unos revolucionarios
de otro y hemos llegado ya al punto afortunado de la hi de nuestro proceso
revolucionario en que podamos decir que sólo hay un tipo de revolucionario,
y puesto que es necesario que el nombre de nuestro Partido diga no lo
que fuimos ayer, sino lo que somos hoy y lo que seremos mañana, ¿cuál
es, a juicio de ustedes, el nombre que debe tener nuestro Partido? (En
medio de grandes ovaciones se oyen de todas partes los gritos de «Comunista»,
«Comunista»).¡Partido Comunista de Cuba!.
(Tomado de Grobart, Fabio. Trabajos Escogidos. Editorial
Ciencias Sociales. La Habana, 1985, pp. 231-250.
Esto es una muestra de
que los lideres del proceso revolucionario cubano interpretando dialécticamente
el desarrollo de su Organización, en correspondencia con la conciencia
revolucionaria de sus miembros y de los objetivos que desde ya se trazaba
su entonces reciente revolución les permitió adoptar en el primer
Comité Central del PURSC, la construcción del Partido Comunista de
Cuba, pues ya la realidad y las condiciones objetivas y subjetivas no
calzaban dentro del modelo organizacional de 1963, ni mucho menos con
el que se inicia la unidad en 1961. Sobran entonces las razones para
asegurar que la unidad de las fuerzas revolucionarias cubana sobre un
único programa e ideología han sido los factores decisivos en la consolidación
de la Revolución cubana. Tal como lo ha expresado Fidel en reiteradas
oportunidades “Sin el Partido no podría existir la Revolución,
sin el Partido nada Podría darle continuidad a la Revolución”.
(Guía de estudio historia de Cuba, s/e).
En este mismo orden de
ideas, conviene señalar que aunque con este nuevo paso dado en octubre
de 1965 se produce un giro paradigmático en la organización política
revolucionaria del pueblo cubano, hay que destacar que el punto culminante
de todo este proceso se llevó a cabo una década después con la celebración
del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en 1975, el cual dotó
al Partido de una Plataforma Programática y de unos Estatutos, así
como de las Resoluciones que fijan su posición y sus tareas en cada
uno de los diferentes frentes, tanto internos como externos para la
construcción del socialismo. Esto nos demuestra que su constitución
ameritó un proceso largo y complejo de maduración producto de
una conciencia política que sustituyo un tipo de organización por
otra, una vez que se concreto un solo tipo de militante revolucionario.
A partir de este momento
y hasta nuestros días, el nuevo Partido Comunista de Cuba heredero
directo del Partido Revolucionario Cubano (PRC) que fundó José Martí,
en 1892 para luchar por la independencia de Cuba ante España y cuya
primera fundación como Partido Comunista se produjo en 1925 por
Julio Antonio Mella, Carlos Baliño y José Miguel Pérez y que toma
en 1944 el nombre de Partido Socialista Popular (PSP), ha ido perfeccionando
su estructura y sus funciones sobre la base de los principios establecidos
en sus estatutos y se erige en la organización que bajo los principios
leninistas del centralismo democrático, conjuga una disciplina estricta
y consciente con la más amplia democracia interna, para lidera y motoriza
a la sociedad cubana, uniendo, organizando, guiando y orientando a los
obreros y a todo el pueblo trabajador, así como a todas las demás
organizaciones sociales y al Estado en sus actividades por hacer realidad
lo que constituye su finalidad programática suprema: Construir la sociedad
libre de toda forma de explotación. En efecto, el Partido Comunista
Cubano es la vanguardia organizada de la nación cubana y la
fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, tal como
se establece en el articulo 5 de la Constitución cubana.
EL PAPEL Y LA IMPORTANCIA DEL PARTIDO
EN EL DESARROLLO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA.
Como se puede apreciar, Cuba, gracias a la unidad de todos sus revolucionarios en una sola organización o partido único, ha logrado conducir una política respetable y de soberanía a escala internacional llegando incluso a desafiar a EEUU, cuyos dirigentes pese a su poderío financiero, bélico y carácter fascista no han podido desviar el curso de una sociedad que se decidió a ser libre. Mucho meno han podido los lacayos del imperio en sus más de 600 intentos incluida la Invasión de Bahía de Cochino en 1961 ni derrumbar el socialismo ni asesinar a Fidel. En efecto, el pueblo cubano aprendió y entendió tempranamente, luego del triunfo de la Revolución que como reacción ante las agresiones constantes venidas de fuera era necesario la unidad y la organización del Partido Único sobre los principios del marxismo-leninismo. El mismo Fidel ha reiterado en numerosas oportunidades que “sin esa base teórica no habrían podido concebir una estrategia revolucionaria correcta y victoriosa, es decir, no habrían logrado liberarse del dominio imperialista”. (Para mayor información revisar articulo que publicamos en Aporrea.org, el 13 de enero de 2007).
Asimismo, cabe señalar que el Partido Único cubano luego de lograr en la postrimería del siglo XX que la sociedad cubana saliera airosa de aquel cruento y difícil periodo especial que se produjo tras la caída de los países socialistas del este, más recientemente en mayo de 2002, un mes después del Golpe de Estado en Venezuela, tuvo que librar una nueva batalla para impedir que se materializará aquella “exigencia” de Bush para que Cuba cambiara el sistema social y político y que en su lugar estableciera el régimen capitalista y el sistema de democracia representativa. Como se sabe la respuesta fue contundente y de carácter irrevocable, Cuba es y será Socialista, no lo dijo Fidel, lo dijo el pueblo cubano en toda su extensión y desde todos los rincones gracias a la conciencia política, a la coherencia, calidad de sus dirigentes y militantes e igualmente al peso moral de su prestigiosa organización el Partido Comunista Cubano. Ciertamente, mediante una reforma a la Constitución, promovida con el registro de más de 8 millones de firmas del total de los electores, lo cual representa el 96,71% del voto nominal en la Asamblea Nacional del Poder Popular el 26 de junio de 2002 fue declarado de manera irrevocable el carácter socialista de su sistema político.
En definitiva, el pueblo
cubano y su revolución han logrado con el Partido Único contribuir
en la generación y formación política del pueblo, amen de poner
a raya el burocratismo y a las desviaciones de todo tipo. Sin
duda, han dado el paso necesario para la construcción de una nueva
ética, de allí que la creación y funcionamiento del Partido no se
ha elaborado para privilegios y abusos de poder, por el contrario
el Partido y sus miembros están para cumplir con el deber.
En este sentido, debe
dejarse claro que el Partido Único Cubano tiene como principio que
no postula, postula el pueblo, lo hacen los vecinos de cada circunscripción
en asamblea, es decir, son estos quienes designan y escogen a los candidatos
que los van a representar en el Parlamento, ahí no interviene el Partido,
interviene la base, es decir, las comunidades, de forma tal que el pueblo
en pleno elabora su modelo de participación de abajo hacia arriba y
no a la inversa y por tanto todos los ciudadanos elegidos en los procesos
electorales pueden forman parte de la Asamblea Nacional del Poder Popular,
independientemente de que militen o no en el Partido Comunista. La razón
es muy sencilla, el Partido Comunista no es una organización electoral,
y por tanto no puede postular candidatos, y como no hay lista de partidos,
se vota directamente por el candidato que se desee. Además acotemos
que todos los órganos representativos del Poder del Estado son electivos
y renovables. Sin embargo, bajo la rigurosidad y los efectos de
la aplicación de una verdadera contraloría social, todos los ciudadanos
que resulten elegidos tienen que rendir cuenta de su actuación y por
tanto pueden ser revocados en cualquier momento de su mandato.
Finalmente, debemos señalar
que la organización de un Partido con un contenido programático e
ideológico único que agrupe a todos los revolucionarios en nuestra
Venezuela Bolivariana será garantía de éxito para afrontar las nuevas
batallas que se aproximan y por ende para construir la patria grande
que Bolívar soñó y que Ali Primera le cantó. No hay duda, en estos
últimos 8 años desde el mismo momento que se instala nuestro comandante
Hugo Chávez en el poder hemos sido testigo de todas las agresiones
y vicisitudes que se han sucedido, así podemos citar los intentos
de paros nacionales, Golpe de Estado, y por si fuera poco el desarrollo
de una acción macabra contra la industria petrolera (PDVSA) que dada
sus características pudiéramos definir como la Primera Guerra Cibernética
del Siglo XXI, afortunadamente la unidad del pueblo venezolano con su
Fuerza Armada Nacional logró derrotarla, pero como sabemos, todo esto
al igual que la oposición irracional mediática, los intentos fallidos
de magnicidios contra el presidente y las acciones por desestabilizar
la economía e impedir la seguridad alimentaría, han sido orquestadas
desde afuera en sinergia con los sectores económicos y políticos lacayos
del imperio norteamericano y por tanto me temo que dado el carácter
y avance que ha tomado nuestra revolución, no solo en sus fueros internos,
sino también en el ámbito internacional convirtiéndose en un modelo
de referencia política para el tercer mundo y para todos aquellos países
que aspiran el manejo de sus recursos de forma soberana, es lógico
suponer que las estrategias y esfuerzos del pentágono se radicalizaran
como lo muestra la realidad, pero, igualmente no tengo la menor duda
de que no podrán nunca mas humillar la patria grande de Simón Bolívar
que ha despertado para siempre como un faro de luz que alumbrara el
camino para la siembra del socialismo en el siglo XXI.
PATRIA O MUERTE.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
*Consejero de la República Bolivariana de Venezuela en la República Argelina Democrática y Popular.