01. Nuestra condición no es más que la voluntad de un colectivo al cual jamás vamos a “representar”, sino a reflejar fielmente en sus decisiones y sentimientos.
02. Nuestro afán no será jamás la aspiración de cargos burocráticos, sino entregarnos con fervor patriótico a las tareas de la revolución. Si llegásemos a esas posiciones, mantendremos vivo el ejemplo que Chávez dio: “Soy un subversivo en Miraflores”.
03. Si abrigábamos en nuestra individualidad un salto económico para vivir con lujos, llegó el momento de desecharlo totalmente; y para ello debemos preparar, en primer lugar, a nuestras familias. Una especie de “apostolado” es nuestro norte.
04. Hoy somos, mañana no. Si nos portamos mal, nuestro respectivo Batallón nos revocará; debiendo ser nosotros los primeros en promoverlo. No hay revolucionario sin sinceridad intrínseca.
05. Nuestro más preciado deber será, de ahora en adelante, convertirnos en el mejor vecino; el más abnegado padre o madre; el más cooperador de los compatriotas; y el primero en sacrificar lo propio para auxiliar al prójimo.
06. Desechar las miserablezas humanas. Ni el odio, ni la envidia, ni la infamia, ni el chisme, ni la ambición, ni la petulancia, marcarán nuestros pasos; aún cuando estén presentes en nuestro ser por inyección capitalista. Cuando actuemos así, no hará falta que nos revoquen, ¡renunciaremos!...
07. Fidelidad, lealtad y entrega desinteresada con la revolución bolivariana, y un amor infinito por el pueblo al que servimos, serán nuestra oración obligada de cada día.
08. Aceptamos que no hay más líder imprescindible en este proceso que Hugo Chávez, por ser el único capaz de conducir en paz, en democracia y con total identidad con el pueblo, la transición del oprobio a la grandeza. Todos los demás seremos siempre “una simple paja en el viento en este huracán revolucionario”.
09. Seremos los primeros en puntualidad, responsabilidad, honestidad, cumplimiento de las tareas, seguimiento de las metas y motivación de los camaradas al trabajo orgánico y productivo, pero bajo la premisa de que jamás nos las estaremos “comiendo”. La autorregulación permanente será el vértice de nuestra conducta.
10. Jamás optaremos por privilegios ni prebendas obscenas. Nuestro mayor patrimonio serán la conciencia limpia y el deber cumplido; y lo que ganemos para el sustento será el producto de una actividad sana y acorde con los valores del Socialismo.
¡Hacia la implantación del Sexto Motor: La Reconversión Personal!
(*)Vocero del Batallón Socialista “Antonio Ruperto Carrera”.
Sector Petare-Tarabacoa, municipio Bolívar, estado Sucre.
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