El imperio, todas sus embajadas y agencias de inteligencia; algunos organismos internacionales, periodistas e intelectuales, así como también sus financiados micropartidos políticos, ONG, periódicos controlados por la desprestigiada SIP, canales de televisión y emisoras de radio alineadas con la AIR, tratan inutilmente de engañar y manipular al pueblo venezolano, para obstaculizar la aprobación de la modificación constitucional propuesta por el Presidente Hugo Chávez, e impedir la construcción del socialismo del siglo XXI. Cuando nuestro pueblo votó en 1998, en forma aplastante, democrática y mayoritaria por el programa bolivariano del Comandante Chávez, lo hicimos conscientemente, porque estábamos pidiendo la refundación profunda de la República y un verdadero cambio político, económico, cultural y social, para superar la tragedia neoliberal heredada del pasado reciente, es decir, nos encontrábamos hartos de todos los politiqueros civiles y militares de la cuarta república, farsantes, corruptos, saqueadores, violadores de los derechos humanos y de los comerciantes de la independencia y la soberanía nacional. Es imprescindible recordar que más tarde, el 15 de diciembre de 1999, fue aprobada mediante referendo constituyente la Constitución Bolivariana y proclamada por la Asamblea Nacional, cinco días después, el 20 de diciembre, sin que el pueblo venezolano o los parlamentarios tuvieran una pistola apuntando a su cabeza. En esa Constitución se definió que tomamos esa decisión soberana, en ejercicio de los poderes creadores y originarios del pueblo e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico del Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes. Lamentablemente, en la elaboración de esa Carta Fundamental se colaron algunos errores y lagunas, razón por la cual es obligatorio hacer las modificaciones del caso de 58 artículos, que es lo que está haciendo ahora la Asamblea Nacional, con la participación de casi toda la nación incluyendo sectores de la oposición, por lo que para el pueblo es irresponsable y repudiable, la actitud de quienes afirman que esas modificaciones son anticonstitucionales, fraudulentas o “moralmente inaceptables”, como dice el obispo Porras.
Esta nota ha sido leída aproximadamente 7121 veces.