El PSUV ha organizado casi seis millones de personas en unos 14.000 batallones. De ellos, alrededor del 20% participa activamente en actividades del partido. Quedan más de cuatro millones que no accionan activamente, por diversas razones. Los hay quienes se sienten socialistas, solidarios con el proceso, pero no desean comprometerse en actividades más allá del apoyo político, del voto y la asistencia a algunos eventos masivos. Otros no disponen del tiempo necesario, debido a ocupaciones laborales o familiares. Por diversas razones es fundamental poner a participar de alguna manera a estas personas.
Gramsci nos alertó acerca del peligro que representa que un partido tenga su militancia constituida principalmente por personas estrechamente ligadas a una posición económica o política relacionada con el gobierno revolucionario, como funcionarios públicos y voceros de organismos como los Consejos Comunales, pues tienden a asumir posiciones conservadoras, a dejar de representar las aspiraciones y sentimientos de las masas trabajadoras. Principalmente cuando se trata de funcionarios remunerados. Este no es el caso del PSUV, pues más de un millón de militantes supera ampliamente las personas ligadas a alguna posición en los diversos gobiernos a nivel nacional, regional, municipal, o local. Pero sí representa un porcentaje importante que puede convertirse en inercia política. Es importante, por tanto, encontrar formas de poner a participar en el partido a la mayor cantidad posible de compatriotas.
Una forma alternativa es la conformación de batallones sectoriales: en las fábricas, en las empresas, en los centros de trabajo en general, en los liceos y universidades, en los gremios, en los sectores como la cultura, deporte, etc. Quien no pueda participar en su comunidad, tal vez pueda hacerlo en su centro de trabajo o estudio, en su gremio o sector. Principalmente creo importante la organización de batallones en los centros de trabajo y estudio, por el carácter revolucionario de clase que pueden agregar. La clase trabajadora venezolana está muy desorganizada, está muy influida por el capitalismo. Al movimiento de los trabajadores le urge la politización, el empuje revolucionario. Similar argumento podemos decir acerca de los estudiantes y docentes.
Existen ya algunos batallones con esas características, pero pocos. Propongo que con motivo de la reapertura de las inscripciones para el PSUV, se apertura también, masiva y prioritariamente, la conformación de batallones sectoriales, con una meta amplia, digamos de organizar de esa forma no menos de un millón y medio de compatriotas.
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