Indiscutiblemente, las medidas tomadas por el tren ejecutivo para preservar al país de los efectos, aún imprevisibles, de la crisis que afecta a la mayoría de los países del mundo, son acertadas.
La eventual disminución de los altos sueldos que existen dentro de las instituciones del estado constituye un paso adelante y muy significativo para la evolución del proceso revolucionario. Dichos sueldos realmente son extravagantes y constituyen una afrenta al pueblo que lucha y trabaja en condiciones modestas por el verdadero desarrollo del país. Es evidente que las cifras a repartir entre esto altos ejecutivos, magistrados y otros, llegan a constituir un factor alarmante para toda la población que se siente burlada por esos privilegiados personajes. Esta medida por lo tanto, constituye un acto de necesidad y de justicia social.
La medida de no solo mantener sino incluso aumentar el salario mínimo hasta un 20% es también un acto de justicia social. La revolución no debe ni puede abandonar a su pueblo a su propia suerte como era habitual en la IV República. Todas las misiones y programas educativos son indispensables para el corazón de la revolución. Así pues señores, esta medida tiene un gran contenido de justicia social.
Cuando no se paralizan los planes de desarrollo integral del país como los son: la construcción de acueductos, plantas de tratamiento de agua, red ferroviaria nacional, desarrollo agrícola o fabricas e industrias en diversos campos para promover el trabajo y aumentar el Standard de vida del trabajador venezolano, se está pensando en el carácter social que debe tener esta revolución bolivariana y socialista.
Ahora bien señor Presidente, la crápula trabaja y obliga necesariamente a tomar otras medidas para evitar la especulación en el mercado. Para evitar la sustracción de esa ganancia que estaría en manos de las clases más desposeídas del país, se hace SUPER NECESARIO un verdadero CONTROL DE PRECIOS tanto para la producción nacional como para los productos importados (repuestos para automóviles o insumos para la industria).
El pueblo venezolano, independiente de su capacidad o posición dentro del proceso revolucionario, se lo agradecerá toda la vida. No lo olvide.
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