En Colombia, gracias a nuestra revolución socialista a la venezolana, en la actualidad, una persona puede decirle a un político de la derecha y con militares al lado: ¡Dotorrrr perdone que le nombre, (y repitió el perdón) perdone que le nombre a Hugo Chávez Frías! Y el compatriota que estaba al lado dijo: ¡socialista!
Sí, es gracias a lo que nuestra revolución transmite a muchos de los compatriotas de la América grande que los pueblos pueden expresar con arrechera lo que sienten. Ya estamos viendo que en Colombia se hacen manifestaciones y salen a las calles con pancartas a reclamar sus derechos. Hace dos o tres añitos, nadie se atrevía a salir a protestar o lanzar tamañas expresiones porque al rato, o más tardar en la noche, era hombre o mujer muertos. En Colombia, desde hace 15 años nadie se pone una camiseta con la esfinge del Che, una gorra con una estrella roja o la bandera de Cuba. Nadie puede o supongamos que podía, leer en público un libro de Marx, de Antonio Gramci o hablar de Cuba o de Fidel. Desaparecieron las consignas de las paredes con leyendas de rebeldías. Las pocas paredes que se pintan con consignas de las FARC, lo hace el ejército o los paramilitares que hacen grafitis para desacreditar a las Farc luego de asesinar (los paracos) a campesinos, líderes cívicos o sindicalistas.
Desde acá aplaudo al compatriota colombiano y ruego a Dios no lo maten. Aunque ahora no creo que los paramilitares se presten a ser los encargados de ejecutarlo en público porque ya están comprendiendo que sólo los usan y luego los desechan. Ya los paracos saben lo que les pasó a sus “jefes”, están en las cárceles gringas de por vida y seguirán presos en las mentes de todas generaciones que conozcan la historia de sus actos. Los compatriotas colombianos ahora se cuidan de su mismísimo ejército, los cuerpos de inteligencia y policías.
¡Patria socialista o muerte!
¡Chávez es socialismo!
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