El velatorio electoral de Franklin Brito y los candidatos a sepultar el 26-S

Los parientes de Franklin Brito pueden decir lo que sea. Quién puede ser capaz de criticar el dolor de una señora que haya perdido a su esposo, a una hija o a un hijo que haya perdido a su padre: definitivamente nadie; es de humanos tener comprensión y pedir a Dios conformidad y sosiego para esta familia sumida en el más profundo pesar.

Que acudan a las instancias internacionales, que acusen al Gobierno bolivariano, a quienes ellos quieran, están en su derecho. Que lloren, que se desahoguen, pero de allí a tener que calarnos esa actitud desalmada, esa hipocresía de la oposición llorando a Brito por todo el país, aparentando un dolor que no sienten, imposible.

Vean esta otra mentira insoportable, allá aquel que no quiere observar tamaña falsedad: EEUU dijo estar entristecido por la muerte del productor agrícola. ¿Qué tal? Un país caracterizado por abarrotar las páginas de los medios de comunicación social del mundo con sus sangrientos ataques en los que pierden la vida miles de hombres, mujeres y niños, está acongojado porque en Venezuela muere una persona. Siempre es triste la partida de un ser humano, pero esa tristeza se le cree a quienes tengan sensibilidad y ese no es el caso de los norteamericanos, ni tampoco de los oponentes al proceso revolucionario quienes los secundan en Venezuela.

Los adversarios siempre cometen el error de creer que los venezolanos son de memoria corta, por eso se equivocan, como se equivocaron desde el principio exhibiendo a Brito deteriorado, buscando conmover a la población e intentando responsabilizar al Gobierno ¿por qué? porque olvidaron que el aspecto que terminó presentando este agricultor lo tenían cientos de niños desnutridos en los diversos sectores del país. ¿Se acuerdan? Los enemigos de la revolución no, pero la mayoría del pueblo lo tiene vivito en la memoria.

En Venezuela desfallecían los pequeños de hambre y esa misma gente que mostraba las fotos con la apariencia famélica del productor y dicen lamentar su situación, nunca hizo nada por esos muchachos. El presidente Hugo Chávez asumió el poder y de inmediato puso en práctica el Plan Bolívar 2000 para evitar que siguieran muriendo. Eso, amigos lectores, es historia patria.

Los adversarios aprovechan –y no se trata de difamar- este deceso como punta de lanza para la venidera campaña comicial irrespetando la memoria del difunto. Se visten de luto como si estuvieran de verdad compungidos. Inhumanos, hicieron del velatorio de Franklin Brito un show electoral, pero eso sólo les servirá para recibir cristiana sepultura el 26 de septiembre. El pueblo nunca les perdonará que hayan jugado con el dolor ajeno.

(*)Periodista

albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán(*)


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