En los últimos días, Cuba se convirtió nuevamente en blanco de ataques de la derecha externa y del reformismo mundial. Los primeros intentan desprestigiar al Socialismo, declarar una vez más el fin de la historia; los reformistas de todos los pelajes aprovechan para ejercitar el odio escondido hacia la Revolución Cubana. Extrañamente estos últimos, adalides de la ambigüedad y la vacilación, pretenden reclamarle a Cuba su relación con los gringos, algunos audaces y disparateros se atreven a escribir que hubo traición al gobierno venezolano. Veamos.
La Revolución Cubana, como toda Revolución, es un fenómeno mundial, no se puede estudiar aisladamente como si fuese un asunto sólo de Cuba. Al contrario, hay que situarla en la historia y en su relación con todo el continente, con África, con el mundo todo.
La Revolución Cubana triunfa contra todos los pronósticos de reformistas y dogmáticos. Se le dijo de todo, desde aventureros, voluntaristas hasta anarquistas, rompe unidad, facilitadores del arribo de batista. Cuba triunfa en una época cuando las dictaduras del continente abrían paso a gobiernos socialdemócratas que mantendrían por método más disimulados la dominación capitalista en el continente, recordemos que casi simultáneamente con la caída de pérez jiménez triunfa la Revolución Cubana; allá Revolución Socialista, aquí medio siglo de pacto de punto fijo.
Triunfó la Revolución consciente de que "el papel de los revolucionarios es hacer la Revolución", y luego desde el poder entendió que la Revolución es un asunto internacional. No regateó apoyo a los movimientos insurgentes en la América, en África; es suficiente para comprender la magnitud de esta solidaridad recordar que uno de sus gigantes, el Che, salió al mundo a cumplir el deber internacionalista de una Revolución si es verdadera; no hay movimiento revolucionario en la América sin ser tocado por la mano solidaria de la Revolución Cubana.
Así fue, así es la relación de Cuba heroica y solidaria con el continente. Lamentablemente no fue posible el triunfo de los movimientos revolucionarios, y los gobiernos reformistas triunfantes aislaron a Cuba, la expulsaron de la oea, se plegaron a los designios gringos, y así aquel bastión de dignidad pagó y aún paga haber salido de la férula imperial. Comenzó así una época difícil que se agrava con la caída del bloque socialista. En este medio siglo de alta penuria, Cuba mantuvo en alto la idea del Socialismo, no le importó haber quedado prácticamente sola en el mundo, por sobre la desidia de la América reformista, siempre fue ejemplo para los grupos revolucionarios que conseguían sobrevivir en la tierra firme del continente, esperanza de la posibilidad de un nuevo mundo.
Hoy, en el infecundo desierto de un continente tomado por el reformismo y la ultraderecha, con los gringos en ofensiva y Chávez, la esperanza asesinada, con el mundo en una carrera demencial hacia el abismo capitalista, Cuba toma medidas, acciones de resistencia. La atacan los reformistas y la derecha. Los Revolucionarios respetan sus decisiones, saben (el aval de su historia así lo autoriza) que siempre por encima de cualquier contingencia el Socialismo tiene allí un faro.
Cuba no puede ser juzgada sin juzgar primero a los revolucionarios del mundo que dejaron a esa Revolución sola, aislada. Cuba siempre será ejemplo para la Humanidad, sus líderes históricos son guía para los revolucionarios del mundo. La actitud frente a Cuba define a los revolucionarios.