Siria, Turquía, Irak, y probablemente nuevos estallidos por venir en las ensangrentadas zonas de Palestina, son el epicentro de una lucha mundial donde se debaten tres tipos de actores locales: las ligas mercenarias fundamentalistas apoyadas por los gobiernos islámicos (y detrás de ellos la OTAN) con amplio control territorial desde Afganistan hasta Siria, extendiéndose hacia el norte y centro de Africa. Los gobiernos de raíz laica-nacionalistas (Turquía-Siria-Egipto), o islámico-chiítas como el de Iran, frutos de las tensiones históricas engendradas por la intervención imperialista en la zona desde la caída del gobierno del imperio Otomano, que ya a estas alturas se debaten entre su propia autonomía y fuerzas propias como es el caso de Irán, o su anexión como piezas de respaldo a algunas de las fuerzas directamente imperialistas, caso de Egipto y Turquía adjuntos a la OTAN y EEUU, o gobiernos casi despedazados cuya existencia en este caso solo la pueden garantizar fuerzas externas como Rusia y el apoyo indirecto de Iran y China. Sumemos el punto israelí (nacionalismo hebreo) que viene siendo en este caso una extensión directa y mimetizada completamente a los intereses del capital transnacional y occidental. Y por último están las fuerzas populares en lucha (palestinos, kurdos, yemalíes, fuerzas sociales urbanas en los distintos países), cuyo brote disperso y sin proyecto unificador y emancipador que no sea un reclamo vago de democratización de las naciones en los momentos del la “primavera árabe”, en su mayoría sirvieron más bien de respaldo a la estrategia caótica y divisionista imperialista comenzada en Irak, luego en Libia y por último Siria. Su constitución desde la rebelión de Tunez como fuerzas de emancipación social fue imposible, siendo sustituidas por el cortejo islamista (hermanos musulmanes en el caso egipcio) francamente reaccionario y proimperialista.
De allí la importancia clave del pueblo kurdo revolucionario y su ejemplo para toda la región y el mundo. La extensión de la lucha kurda más allá de las fronteras con Turquía (país donde vive alrededor de la mitad de la población kurda) se da igualmente en los momentos del estallido de la primavera árabe. Aparecen las milicias que van apropiándose de gran parte del norte de Siria en lo que llaman la región de Rojava (Kurdistán occidental en kurdo), sin mayor resistencia del gobierno central acosado por el comienzo de una guerra civil generalizada. Dichas milicias absorben todo lo que ha sido el legado ideológico y político-militar de la vieja batalla kurda a partir de la formación del PKK en Turquía, tomando para sí el proyecto del confederalismo democrático, la liberación de la mujer, la comunidad ecológica y la ruptura con todo nacionalismo y estatismo. Son milicias federativas, que asumen tres centros básicos de liberación: la mujer, el autogobierno de los pueblos, la unidad de naciones y religiones, organizados unitariamente en asociaciones libres comunitarias con capacidad de defensa propia a través de las milicias de hombres y mujeres las YPJ y YPG. Estamos hablando de una lucha armada de liberación que termina siendo el único centro victorioso de lucha revolucionaria actualmente en el medio oriente.
Al tratarse de una lucha de liberación el enfrentamiento termina gestándose contra tres enemigos básicos: las ligas mercenarias islámicas, principalmente la barbarie del ISIS. Los Estados autoritarios nacionalistas, principalmente Turquía y el enfrentamiento imposible de evitar con el proyecto arábico nacionalista de Al Assad en Siria, y el imperialismo. Son tres frentes de batalla, cuyo tratamiento ha sido distinto de acuerdo al desarrollo de la guerra. Ha sido una batalla en evolución en estos momentos dividida en tres frentes de batalla:
El frente de Turquía una vez que Erdogan destroza las conversaciones de paz establecidas desde el año 2011, a raíz del avance electoral del HDP y su presencia en el parlamento y su evidente condición de retaguardia estratégica del ISIS. Ciudades como Diyarbair, Batman, y toda la región sur montañosa de Turquía son escenarios de permanentes masacres y enfrentamientos entre la población kurda y la fuerzas militares y policiales turcas. Es la región del norte del Kurdistán denominada Bakur.
El frente Sirio en la amplia región de Rojava (kurdistan occidental), siendo Kobane la ciudad heroica reconquistada por las milicias kurdas (fundamentalmente mujeres) luego de una terrible batalla de 4 meses contra el ISIS que marcó la mundialización del conflicto kurdo. Y es donde se libran las mayores batallas alrededor de Alepo, Al Raqa, Al Bab, y se afianza el poder revolucionario y autogobernante en Qamishla, Efrin, Masaka, Tel-Abyad, Gire Spi, Manbij. Es una larga línea territorial de centenares de kilómetros dividido en tres grandes cantones (Kobane, Efrin, Cirize) que configuran hacia futuro un proyecto confederativo de “vida libre” y “civilización democrática” como dirá Ocalam.
El frente de Irak donde el movimiento kurdo revolucionario ha podido avanzar y tomarle partido al control territorial que los kurdos liderizados por el jefe feudal Barzani , reaccionarios tradicionalmente aliados a los EEUU e Israel, que han establecido allí desde la cuidad de Arbil. Sobre la zona norte limítrofe con Siria las milicias kurdas en Shenjal, Sinjar y Dohuk le disputan esta hegemonía a los antiguos jefes feudales, rompiendo el interés de los EEUU de creas un Kurdistán vasallo entre Siria e Irak que quiebre la unidad de estos Estados.
La situación en Irán parece ser la mas débil para los kurdos donde sus iniciativas de liberación han sido muy reprimidas y de cuya realidad conocemos poco, a parte de las continuas denuncias sobre los presos políticos kurdos (alrededor de 11 mil presos políticos kurdos) y ahorcamientos permanentes de sus militantes por un régimen que independientemente de sus posturas externas, internamente reproduce las mismas aberraciones teocráticas y autoritarias liderizadas por los ayatolas en el poder.
De todas ellas podemos recoger dos grandes intentos en estos momentos en proceso de desarrollo de un poder constituyente originario, que no va dirigido al separatismo y la formación de nuevos Estados sino a la constitución de ciudades y territorios de autogobierno y puesta en práctica del proyecto de confederación democrática. Las iniciativas llevadas adelante en diversas ciudades turcas sobre el territorio del kurdistan, donde se ha intentado luego de la bestial represión que continúa desconocer el actual gobierno turco. Y la iniciativa ya muy avanzada dentro del norte de Siria llamada Federación Democrática del Norte de Siria, donde comunidades kurdas, además de turcómanas, asirias, árabes, procederán a la formación de un territorio autónomo y de autogobierno revolucionario. Septiembre 2016 es el momento en que estaría planteada la formación de dicha federación y la aprobación de su texto constituyente.
Lo importante de todo esto, dentro de una zona donde todo se centra geopolíticamente en la lucha por el control de áreas verdes y húmedas de las montañas y valles contiguos, de zonas claves para lo que es el paso de fuentes de gas y petróleo, y fuentes existentes de petróleo propiamente y que es sin duda el punto de partida de este genocidio infernal que viene presentándose desde hace 5 años en esta vieja zona babilónica, es que de alguna manera le quiebra la hegemonía precisamente a la mera lógica geopolítica (el juego confrontativo de intereses de partes y potencias siempre entre la paz y la guerra) y se presenta como una lucha capaz de abrirle una cuña fantástica a la lucha libertaria propiamente, a la batalla universal y de todos. Su devenir es incierto y no tenemos dudas que sucederá con ella lo que pasa con todas las grandes revoluciones, que a la final tendrán que valerse de sus propias fuerzas para enfrentar a todos los Estados, mercenarios y ordenes particulares de dominación, que son en definitiva, más allá de sus contradicciones particulares, parte de un único orden global de dominio. Rusia que parecía ser la alianza táctica más importante de los kurdos, con posibilidades de hacerse estratégica, ya estos momentos le acaba de dar la espalda al conjunto movimiento kurdo de liberación con su alianza con Erdogan, sus silencios ante la los ataques del ejército Sirio, y una invasión turca apoyada por EEUU al norte de Siria que no van a confrontar, a menos que arriesguen una guerra con la OTAN. Los rusos a la final tomarán parte por un Estado Sirio que si sobrevive jamás aceptará una revolución social a su interno y una refundación confederativa y democrática de su Estado. Los EEUU apoyando a los kurdos en Manbij y Raqqa, los kurdos obligados a aceptar esa alianza momentánea, pretenderán aupar el nacionalismo kurdo y juntarlo al de los jefes chovinistas y feudales kurdos de Irak (con muy pocas posibilidades de éxito), pero a la final como lo están probando seguirán su geopolítica del caos y el debilitamiento de las naciones, tratando de dividir el propio movimiento de liberación kurdo, y sostener por supuesto Erdogan su perro fascista de presa. Las cartas están echadas e irán mostrando la suerte de este gran pueblo que se va ganando la solidaridad del mundo.
Adjunto el Link de la 1era parte de este trabajo
Para profundizar en el tema recomiendo la descarga y lectura del siguiente material
Libro: CIVILIZACIÓN, La era de los dioses enmascarados y los reyes encubiertos
Autor: Abdullah Öcalan