El gobierno tiene una falla ideológica de origen: cuando abandonó al Socialismo y se entregó a la socialdemocracia, dio un vuelco en su comprensión del fenómeno social; fragmentó el complejo espiritual-material, ocupándose sólo de lo material. De esta manera, lo espiritual, los valores, la ética quedó al garete, a merced de los vientos de la conciencia capitalista que consolidó su hegemonía.
Esta ética capitalista donde el centro de la vida es el lucro, la mercancía rige las relaciones humanas, la razón de la existencia es la lucha de todos contra todos, esta ética absurda no permite las soluciones sociales, se interpone como un virus maligno en todas las acciones. El "bachaqueo", la especulación, la corrupción, hasta las relaciones personales tienen su fundamento en ella.
Todo lo que el gobierno intente hacer que requiera una respuesta social estará destinado al fracaso rotundo. Todo será signado por el egoísmo, será la suma de estos egoísmos. Gran parte del esfuerzo del Estado se pierde en intentar controlar la ética capitalista, tarea inútil.
En lo político la situación es igual pero más dramática. La masa se educa en el clientelismo, "si me das eres bueno, de lo contrario busco nuevos proveedores". Y si recordamos que las expectativas materiales en estas condiciones son insaciables, entenderemos lo voluble de la política socialdemócrata, y el drama de los gobiernos que necesariamente dejan de ser buenos proveedores, comprenderemos las piruetas y trucos de que se valen para permanecer aun con la pérdida del apoyo de la masa clientelar.
La situación del gobierno actual es peculiar, su pasado chavista le pesa sobre la conciencia y el ejercicio de entregarse. El imperio, bajo la capitanía de trump, no perdona ese pasado, le aterra el ejemplo, no le inspira confianza un gobierno con ese aroma y no le satisface la conducta ambigua. Necesita control absoluto sobre la energía y la minería, sabe que en algún momento tendrá que enfrentarse a China, a Rusia. El gobierno hace piruetas para ganar el amor de Washington, pero los gringos le exigen que cumpla la alternabilidad, base de la gobernabilidad capitalista, esencial para renovar la hegemonía política.
Los gringos y la oligarquía internacional nos atacan, quieren una sucesión dentro del capitalismo, rápida, deben arreglar sus fuentes de petróleo cercanas para poder negociar con los chinos, los rusos, los indios, controlarles la yugular energética. Pueden llegar a la solución militar. Nosotros debemos prepararnos de la única manera que eso es posible, el dilema hoy es "Volver al Socialismo o derrota", "Volver a Chávez o derrota". Esa es la única manera de salvar al gobierno y salvar a la posibilidad socialista.
Sabemos que es difícil que el gobierno rectifique, que se desprenda de la mentalidad capitalista y burocrática que lo infesta, pero es nuestro deber decir esto no sólo al gobierno, sino también a la masa, a sus dirigentes. De esta manera se estará perfilando la respuesta a una solución militar gringa. Debemos resistir a los gringos con la consigna que nos dejó Chávez: "Patria Socialista", "Viviremos y Venceremos". No es posible triunfar sin un vigoroso regreso a Chávez, al Socialismo, sólo así habrá Patria, concretaremos el sueño de Chávez.
No podemos repetir el caso Honduras, tumban el gobierno y luego unas elecciones normalizan la dominación capitalista. Si se meten no reconoceremos más gobierno que el del Presidente Maduro, pero no para seguir por la senda capitalista, sino para cumplir el mandato de Chávez: construir el Socialismo, cumplir el Plan de la Patria.
