Sigue Bolton vagando como un alma en pena. Una fantasmagórica viuda olvidada en el laberinto de sus propias contradicciones. Su pasado lleno de maldades, crímenes y asesinatos a nivel planetario le pasa ahora factura. Quedó huérfano, execrado de las alturas del poder político. Está probando las amargas mieles del fracaso y sufre del ostracismo por parte del aparato burocrático de inteligencia y espionaje que tanto defendió. Sus antiguos patrones y asociados ahora le dan la espalda.
Bolton representa la maldad en su estado más puro. Totalmente alienado y deshumanizado es incapaz de reconocer sus propias atrocidades. Tiene las manos manchadas de sangre de cientos de guerras, operaciones de exterminio y violaciones al derecho internacional que han salido de su maquiavélica mente. Ha pasado años azuzando la confrontación y la agresión contra enemigos que solo existen en su desquiciada imaginación. Ahora cosecha los frutos del odio y del dolor causado. Su fracasada causa, la del “golpismo democrático”, es repudiada por todo el planeta.
Bolton es además el maestro de la intriga. Ha perfeccionado las técnicas comunicacionales para disolver y aniquilar la verdad mediante la construcción de refinadas mentiras. En masivas campañas comunicacionales (Fake News le llaman), es capaz de justificar guerras, invasiones y agresiones. En este tema es el mayor experto mundial, la viuda negra, que todo lo que toca se destruye y muere.
Por eso no extraña su nueva ofensiva contra Venezuela. Sangra por la herida. Masculla con soberbia. No hay nada de remordimiento o reflexión con respecto a sus fracasadas acciones criminales de injerencia que han violado recurrentemente las normas internacionales y que ponen en riesgo la paz mundial e impiden el libre desenvolvimiento de los pueblos del mundo que no se someten a las nefastas políticas impuestas por el imperio norteamericano.
Bolton confesó impúdicamente para el medio ABC que han estado empeñados en que “los otros países del hemisferio mantengan la presión económica sobre Maduro. Y creo que eso es todavía más importante aquí en EE.UU.”, ratificando así los ilegales intentos de bloqueo económico y financiero que ejecutan perversamente desde la Casa Blanca para impedir que un país soberano, como Venezuela, pueda comercializar sus productos esenciales (comprar y vender petróleo, gasolina, alimentos y medicinas) en el mercado internacional sin ningún tipo de interferencias. Estados Unidos encarna a la perfección al bravucón que abusa de su posición de dominio económico y político para coaccionar a instituciones a nivel mundial (bancos, navieras, empresas petroleras y gobiernos lacayos) con el fin de bloquear a terceros países.
Como solo le gusta la diplomacia del garrote, mediante la voz de los misiles, Bolton se opone tajantemente a cualquier posibilidad de diálogo directo entre las partes. Con amargura recuerda cómo Trump se reunió (sin su consentimiento) con Kim Jong-un y señala que “Creo que sería un error para él verse con Maduro. Y siempre hay un riesgo de que lo haga. Y sí, creo que habla en serio cuando lo dice. Lo bueno es que hemos sido capaces de impedírselo hasta el momento”. Estas palabras evidencian que las estrategias del Halcón Bolton hace rato que están totalmente divorciadas del espíritu democrático que Estados Unidos fútilmente intenta vender. No existe nada de tolerancia hacia el adversario político, ni respeto hacia su soberanía e independencia. Todo es un macabro juego donde las fronteras de la moral y la tolerancia se van moviendo de acuerdo a sus intereses.
Bolton confirma nuevamente ser el autor intelectual del golpe de Estado del 30 de abril del año 2019. Ninguneando a los próceres neofascistas López y Guaidó, señala ante la amarga derrota, que “este tipo de operaciones está plagadas de riesgos”. Creo que muchos de los dirigentes del régimen que estaban negociando con la oposición actuaron de mala fe o se echaron atrás en el último minuto”. Bolton es incapaz de reconocer la férrea voluntad del pueblo venezolano y su Fuerza Armada Nacional Bolivariana de defender la Constitución, la democracia y el gobierno legítimamente electo por el poder de los votos. Nadie apoyó sus conjuras de laboratorio que solo perseguían imponer la salida violenta.
Sobre sus amenazas de invadir o atacar Venezuela, el enajenado Bolton señaló que “El presidente Trump y yo estábamos de acuerdo en que la opción militar estaba sobre la mesa. No era nuestra primera opción, pero existía. Y los rusos, los chinos y especialmente los cubanos debían saber que no les permitiríamos establecer otra base militar más en este continente”. Habla aquí sobre sus tormentosas pesadillas construidas al calor de la Guerra Fría. Reminiscencias que distan mucho del espíritu de cooperación, solidaridad y respeto que Venezuela mantiene con Rusia, China, Cuba y otros países del orbe.
Finalmente, queda claro que en la mente del enajenado Bolton no hay nada de remordimiento, ni moral, ni ética alguna. Reconoce descaradamente que han “sometido al régimen a mucha presión”. Pero es incapaz de asimilar la cruda realidad: el recurrente fracaso de las criminales acciones de injerencia del imperio más poderoso del planeta.
Bolton jamás reconocerá, ni hará mea culpa por el dañino impacto, en la vida cotidiana del pueblo venezolano, del ilegal bloqueo financiero y comercial desplegado en contra del país. Lo peor, es que con aciaga esperanza, la viuda Bolton señala que “La lucha continúa y EE.UU. y otros tienen que aplicar más presión”. No hay nada promisorio en el futuro de Bolton, tropezará de nuevo con la misma piedra en un bucle eterno de desmanes y fracasos.
Bolton es la noticia del periódico de ayer. Va pasando rápidamente de moda y su minuto de gloria se diluye frente a nuevas revelaciones sobre el infausto personaje llamado Donald Trump. Ahora le tocó el turno, bajo el escrutinio de las luces de neón, a la sobrina del presidente de Estados Unidos Mary Trump (sangre de su sangre) quien ha sacado el candente libro “Demasiado, pero nunca suficiente: cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo”, el cual ya alcanzó record de ventas con más de un millón de ejemplares vendidos, donde la irreverente sobrina suelta mordaces frases para el ideario colectivo: Trump es “un narcisista traumatizado por su padre”; “Era un sociópata de alto funcionamiento, racista y sexista, además de insensible y controlador”; “estaba destinado a convertirse en un hombre completamente incapaz de liderar este país, y es peligroso permitirle que lo haga”; “no tiene principios. ¡Ninguno!”; “No se alienta el responsabilizarse de sus propios fallos. Engañar es una forma de vida”.
Puras perlas que requerirán un análisis más detallado en los próximos meses de cara a su intento de reelección presidencial. Pero es indudable que esta familia es una grave amenaza, inusual y extraordinaria, para la continuidad de la vida de toda la humanidad. Dios nos libre de él.