¿Qué es lo que buscamos? (I)

A través de este mundo de desasosiego, sacudido por disturbios, guerras, contiendas, luchas, odios, desestimación y perdida de todo sentido humano, buscamos el criterio de la vida, la felicidad de la misma y el conocimiento para podernos entender y aprender a vivir en sociedad, pero como hombres conscientes de hombres; buscamos consagración hacia el socialismo humano, satisfacción, paz y tranquilidad, para ello es necesario comenzar a trabajar por la verdadera ideología que es lo único que nos puede unir para luchar y trabajar por la causa en el mundo.

Latinoamérica y el Caribe siempre han aspirado a su libertad, pero por encima de esta aspiración siempre ha estado la pequeña burguesía y la dictadura de una democracia abstracta, por supuesto fundamentada socialmente por esa pequeña burguesía quienes han depositado la política en sus innumerables partidos cuyo objetivo único es la radical redistribución de la propiedad, que en gran parte estuvo socializada y comunitada por nuestros antecesores los indígenas, es importante hacer constar que Jesucristo en sus momentos sagrados nos habló de una propiedad comunitaria, de una libertad y una justicia para quienes trabajaban y eran esclavos y pobres y que luego la iglesia cristiana corrompieron todas estas ideas porque todas se unieron a los explotadores tal y como ocurre hoy.

¡Que cosa mas desagradable es revisar la historia nuestra y saber que uno es el dueño de todo y que los que le trabajan carezcan de pan y techo¡ Sabemos que la voluntad de Dios es que todos los hombres posean lo suficiente y no el que a uno le sobren los bienes de este mundo y los dilapide suntuosamente y otro que tiene un mayor merecimiento y es mucho mas necesario para el ser de la comunidad, no pueda poseer un bolívar, un peso, un sol, un dólar, un euro, un real.

Nunca reinará el bienestar sobre la tierra hasta que no sean todas las cosas comunes. De ahí que nuestras naciones “subdesarrolladas” con ese pequeño grupo de incansables espíritus socialistas propugnen la renovación del mundo de tal manera que el socialismo siglo XXI hará todas sus cosas racionalmente y la vida se organizará según los imperativos humanos y lógicos. Al llevarse a cabo este ordenamiento comunista, cesará la necesidad de un gobierno, se exterminará la corrupción, la inseguridad, la anarquía, la burocracia y ya no habrán ladrones ni hombres avariciosos.

La tradición de las generaciones socialistas muertas pesa como una amarga y trágica pesadilla sobre el cerebro nuevo del pensador revolucionario socialista. Y aun en estos momentos que hablamos y trabajamos en la nueva transformación, evocamos con gran inquietud los espíritus del pasado y los tomamos en sus doctrinas, sus ideas y sus practicas políticas y militares, porque es el animo de “desclavizarnos” para entrar en un nuevo y seguro escenario, es así como nos afincamos en sus nombres, sus consignas de orden, sus vestidos y sus hábitos. Todo ello porque necesitamos esclarecer el socialismo siglo XXI.

Jesucristo, Bolívar, Marx, Gramsci, El Che, nos enseñan como continuar las lecciones que nos dejaron en una sola herramienta, cinco hombres que en el drama de sus vidas hicieron una sola historia, la que se ha ido acumulando paulatinamente en un inmenso tesoro de valores socio políticos y morales, contribuyendo a una formación ideológica y práctica del verdadero ejercito liberador y humano.

Venezuela inspira su política internacional en el pensamiento de Bolívar en toda su conceptualización política y social, lo que la saca de esa estatua teórica en que lo convirtieron sus adoradores, por eso se lucha por proseguir el proceso de la integración latinoamericana y del Caribe, bajo formas que ahora impone la realidad, pero el propósito es el mismo, la solidaridad activa de nuestros pueblos para integrarnos con fuerza propia en un sistema mundial que garantice la felicidad humana. La proposición es grandiosa, pero para el imperio estadounidense es un tema carnoso y lo mas trágico que en esa carnadura están clavados también y en contra los picos críticos y terroríficos donde abunda toda suerte de pajarracos politiquillos y burgueses intelectuales. Ellos, “cueste lo que cueste”, luchan para deformar el pensamiento original de Bolívar y de Marx. El mundo latinoamericano tiene lacras que impiden su unidad y niegan valor moral a su gestión. Es por eso que tenemos pueblos hermanos sometidos al despotismo, al ultraje, a la violación del imperio, y lo mas infrahumano en contra de toda su gente, lo que hace que en la mayoría de nuestras naciones se fragüen conspiraciones apoyadas y dirigidas por ese imperio, tal y como ocurre contra la República de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, las penetraciones norteamericanas en Colombia, Panamá, México y Honduras etc., etc. Los pueblos estamos reclamando cambios en nuestras estructuras y una nueva orientación y protección en la organización de Estados Americanos.

Nuestras conciencias tienen que hacerse creyentes del socialismo, pero a la vez tenemos que estar claros que para construir el nuevo socialismo tenemos que estar abiertos a las rectificaciones, son innumerables los errores que se han cometido ante las enormes dificultades de aplicar socialismos adversos al humanismo, tal y como lo hizo la ex unión soviética, que eclipsó la verdadera doctrina de Marx y termino entregándose a los brazos del imperio mercantilista, depredador, agresivo y explotador y lo que representó la derrota casi definitiva del socialismo humanista.

Hoy el capitalismo nos amenaza con una fuerza voraz, incluso su disposición llega hasta la supervivencia misma de nuestros pueblos y de ahí que en estos tiempos se registrara una enorme elevación de conciencia anticapitalista, patrimonio, sin duda, de las clases mas explotadas, por lo que se extiende como un reguero de pólvora por toda Latinoamérica y el Caribe y dentro de los sectores mas amplios de sus sociedades. En Latinoamérica y el Caribe, sus gobiernos neoliberales han vendido y venden, las empresas públicas, las cuales han sido compradas por las transnacionales de los países ricos. Esos programas los han llamado “privatización necesaria”, pero los resultados desastrosos e indicadores nos apuntan que solo en el periodo de 1990-2000, la transferencia de mas de 400 mil millones de dólares del patrimonio publico de nuestras naciones a diversos poderes económicos imperialistas nunca se convirtieron en una inversión social, como lo habían pintado, nunca llegaron para mejorar las condiciones de vida de los pueblos, sino que constituyeron uno de los mayores “desafueros” humanistas, como son el escándalo mayor de la corrupción en la historia contemporánea. Una eficaz mafia política-empresarial se apropió de toda esa inmensa riqueza acumulada con el trabajo y el ahorro de las generaciones actuales. De ahí que hoy Latinoamérica sea el continente más desigual del planeta.

Eso ha significado el resultado de las privatizaciones, una doble expropiación. Las transnacionales del norte repatriaron beneficios fabulosos a costa del empobrecimiento de nuestras patrias. Así los ricos latinos y caribeños se hicieron más ricos, despojando a las mayorías de la riqueza social que representaban esas empresas públicas.

(Continuará…)




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Víctor J. Rodríguez Calderón


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